Pablo Milanés, el legendario cantautor cubano, murió este martes a los 79 años, según confirmaron en su página oficial de Facebook. “Con gran dolor y tristeza, lamentamos informar que el maestro Pablo Milanés ha fallecido esta madrugada del 22 de noviembre en Madrid”, dice el mensaje. “Agradecemos profundamente todas las muestras de cariño y apoyo, a toda su familia y amigos, en estos momentos tan difíciles. Que descanse en el amor y en la paz que siempre ha transmitido. Permanecerá eternamente en nuestra memoria”.
El músico llevaba un tiempo hospitalizado. El 12 de este mes, su Oficina Artística había compartido un comunicado en el que anunciaba la cancelación de toda su actividad por encontrarse “hospitalizado, en una condición estable, siendo tratado de los efectos de una serie de infecciones recurrentes que en los últimos tres meses han venido afectando a su estado de salud”.
“Esta situación clínica es secundaria a una enfermedad oncohematológica que sufre desde hace varios años, y que le exigió instalarse en Madrid a finales del año 2017 para recibir un tratamiento inexistente en su país”, agregaba. En 2014 se había sometido a un trasplante de riñón, donado por su esposa, la historiadora Nancy Pérez.
Milanés fue uno de los fundadores, junto a artistas como Silvio Rodríguez, del movimiento de música cubana conocido como Nueva Trova, que se diferenciaba de la trova tradicional por su contenido político. Con el tiempo, Milanés se volvería crítico con el gobierno de su país.
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“Es irresponsable y absurdo culpar y reprimir a un pueblo que se ha sacrificado y lo ha dado todo durante décadas para sostener un régimen que al final lo que hace es encarcelarlo”, escribió en julio del año pasado cuando varias protestas tenían lugar en la isla. “Desde hace mucho tiempo, he venido expresando las injusticias y errores en la política y gobierno de mi país. En el año 1992 tuve la convicción de que definitivamente el sistema cubano había fracasado y lo denuncié. Ahora reitero mis pronunciamientos y confío en el pueblo cubano para buscar el mejor sistema posible de convivencia y prosperidad, con libertades plenas, sin represión y sin hambre. Creo en los jóvenes, que con la ayuda de todos los cubanos, deben ser y serán el motor del cambio. A los 78 años seguiré expresando estas mismas opiniones mientras mi salud me lo permita”.
Su última presentación en Cuba había sido en junio de este año, cuando agotó las entradas para el Teatro Nacional y el espectáculo debió trasladarse al Coliseo de la Ciudad Deportiva, cuatro veces más grande.
El artista publicó más de 40 discos a lo largo de su carrera, que incluían temas como “Amo esta isla”, “Yolanda” o “Para vivir”, y en 2018 había declarado al diario chileno La Tercera que no pensaba en su retiro. “Nunca lo he contemplado. Cuando era más joven, cuando tenía 30 y pico de años, dije: 'Cuando llegue a los 50 me voy a retirar'. Hoy tengo 75 y no pienso en lo absoluto en retirarme. Yo no concibo la jubilación. No sé qué soledad, qué tristeza, qué repercusión puede tener en el espíritu humano la jubilación, pero realmente yo no la concibo”.
En esa misma charla, declaró que no le gustaba la música actual. “No sólo por el ritmo, que es muy aburrido; es como una letanía. Esa es la palabra exacta que puedo encontrar. Una letanía que no cambia. Desde lo musical y popular, las canciones deben ser más variadas, debe variar el ritmo, la melodía. Los textos deben ser delicados. No puedes ser grosero al cantar, pensando que las canciones educan, forman un gusto en el sentido popular. El reggaetón carece de todo eso: de gusto, de melodía y de canto también, es una letanía que es insoportable”.
“Las compañías lo han explotado, han formado un público en el mal gusto, una juventud que está cuestionada en estos momentos por mucha gente que sabe lo que es buena música. Y es una lástima que esté pasando eso en el mundo, por el reggaetón y las compañías transnacionales que lo están respaldando en el mundo entero”.
Pablo Milanés tuvo cinco parejas, siendo la segunda de ellas, Yolanda, la más conocida debido a la canción epónima. Con ella tuvo a tres de sus siete hijos: Lynn, Liam y Suylén. Esta última tuvo una hija con Camilo Guevara, hijo del Che. Con Zoe Álvarez tuvo otra hija, un hijo con Sandra Pérez y mellizos con la mencionada Nancy Pérez.
El tanatorio San Isidro de Madrid instaló una capilla ardiente para que familiares y allegados puedan despedirlo.