“La esencia es bastante amplia, es la cotidianidad del ser humano, que abarca muchos aspectos: el amor, como es evidente, pero también el desamor y los aspectos sociales, sin ignorar sus contradicciones y su ideología”. Así explica su obra Pablo Milanés desde Madrid, por teléfono, ya que, justamente, la gira que lo traerá al Auditorio del SODRE el 8 de abril se llama Esencia. No obstante, el cantautor aclara que se titula así porque rescata canciones de su discografía que estuvieron en el anonimato “muchos años”, porque, como suele pasar, hay discos de los que el público recibe una o dos canciones, que admira, pero “ignora el resto”. Para Milanés esas canciones en realidad son las que finalmente proporcionan “la esencia” de su obra, y pone como ejemplo “Hay”, “En saco roto”, “Todos los ojos te miran”, “Diario de Mauricio” y varias más, como “Los Días de gloria”. “Los días de gloria / se fueron volando / y yo no me di cuenta. / Sólo la memoria / me iba sosteniendo / lo que un día fue. / Vivo con fantasmas / que alimentan sueños / y falsas promesas, / que no me devuelven / los días de gloria / que tuve una vez”.

Por supuesto, en los conciertos de esta gira tampoco faltan los éxitos de siempre del cubano, como “Para vivir”, “Ya ves”, “Yolanda”, “Si ella me faltara alguna vez” y “El breve espacio en que no estás”. Para Milanés es un verdadero misterio por qué algunas canciones triunfan y otras no. “Se han dado casos en que hice nueve canciones pero mi intención era hacer diez, entonces compuse una de relleno, de apuro, que resultó ser la más popular del disco. E hice canciones que estoy seguro que han tenido más calidad que las que han triunfado y han quedado en el anonimato”, comenta.

Hace tiempo que Milanés tiene dos discos entre manos, a punto de publicar: uno de standars de jazz estadounidenses como “Fly Me to the Moon”, que acaba de editarse en Cuba y pronto verá la luz en el resto del mundo, y también un álbum de versiones de sus temas en estilo salsa, que seguramente esté listo a mediados de este año. Y, como si todo esto fuera poco, a sus 76 años sigue componiendo, porque esa es la chispa que mueve su motor, para así salir de gira. “Cantarle al público es lo que más me emociona. Tuve muchas operaciones quirúrgicas en mi vida, tengo un cuerpo muy delicado, pero lo que lo mantiene vivo es el trabajo, la actividad, los proyectos y las ganas de trabajar”, señala.

En escena Milanés está acompañado por los músicos Miguel Núñez (piano), Osmani Sánchez Barzaga (percusión) y Sergio Félix Raveiro (bajo). El cantautor recuerda que la última vez que se presentó en Montevideo, en setiembre de 2017 –también en el Auditorio de SODRE–, en algunas canciones estaba apoyado por una orquesta, pero piensa que con el trío logró hacer una síntesis del acompañamiento de sus canciones “que va muy bien”, ya que con los arreglos se genera una dinámica y unos matices que lo complacen mucho. Otra vez la palabra “esencia” sobrevuela las canciones.

Del último concierto en Montevideo recuerda sobe todo la reacción del público, que se mostró emocionado, pero también la presencia del ex presidente José Mujica, a quien admira “mucho”. “Soy un revolucionario que admira a todo este tipo de gente, pero los que más me han impresionado en la vida, después de tantos años de conocimiento de todos, han sido Pepe Mujica y Nelson Mandela; entonces estaba muy emocionado pensando en su presencia”, cuenta. Agrega que además cantó “Hombre preso que mira a su hijo”, un poema de Mario Benedetti que él musicalizó, y que alude a lo que fue “la esencia de su vida, el tiempo que estuvo preso”.

Pese a mencionar a Mujica, hace años que Milanés tomó la decisión de no hablar más de política, y no sólo públicamente. “No hablo de política ni siquiera con mis amigos. Cuando me reúno con mis amigos juego al dominó, hablamos de un libro, de una película, de los amigos que están y los que no. Y salimos más sanos y más puros de esos encuentros. [La política] está muy sucia, ya no vale la pena”, sentencia. El compositor tampoco ve con buenos ojos la música actual, no solamente en América Latina sino también a nivel mundial, ya que piensa que hubo “un retroceso extraordinario en la calidad”, en cuanto a la expresión de sentimientos, de la espiritualidad, del nivel de poesía y de ritmos e interpretaciones. “Me tiene absolutamente decepcionado”, agrega. Por eso se enorgullece de que todavía haya un público que tenga “sensibilidad” para admirar su obra. “El mundo está viviendo esta etapa y hay que esperar a que pase, como todas las cosas. Pero creo que es un ciclo de las obras de arte en general, y de la cultura, que contiene una decadencia, porque la cultura va acorde con los movimientos de la sociedad y la sociedad esta muy descontrolada, con una tendencia hacia lo peor”, sostiene.

Para el concierto del 8 de abril Milanés espera, antes que nada, “que vaya el público”. “Porque siempre que hay más de cinco personas entrego la vida y doy lo mejor de mí”, finaliza.