Peñarol ganó con gran demostración. Sobre todo para sí mismo, luego de perder la clasificación a la segunda fase de la Copa Libertadores y de caer en el debut frente a Progreso. Pero también fue una victoria importante porque le ganó a River, primero pese a la caída, y con los tres puntos se prende en la pelea por el grupo B. Más claro: quien gane el miércoles en el atrasado entre Peñarol y Boston River, quedará primero solo. Williams Martínez en contra, Cristian Palacios en dos ocasiones, Maximiliano Rodríguez, Cristian Rodríguez y Ramón Arias fueron quienes convirtieron en el carbonero.
1.La contundencia
Primero fue por la fortuna. O la mala pata, también, visto desde el otro lado. Martínez se estiró para restar una pelota que cayó desde la derecha en forma de centro, pero le dio mal y goleó a su propio arquero. Iba poco tiempo, no se había armado el partido, Peñarol ya estaba arriba 1 a 0.
Después sí, con gran poder de resolución, el aurinegro pasó por arriba a River. En ocho minutos llegó el aluvión de goles, los tres con el manual del contragolpe aplicado a la perfección, por derecha, por el centro o por izquierda. 4 a 0 en 36 minutos de partido. Acá y en cualquier lado, es mucha diferencia.
2.En automático
Si River tenía algún resquicio de esperanza de ponerse en partido, la cosa le quedó inalcanzable cuando, al minuto del complemento, Williams Martínez se fue a las duchas por doble amonestación. Para colmo de males, poco rato después nadie se percató de Cachila Arias, no le arrimaron la marca y cayó el quinto.
El 6-0 fue una buena síntesis de lo visto: otro corte pasado el mediocampo, Peñarol salió rápido con pases cortos, Fabián Estoyanoff profundizó por la derecha y gol de Palacios. Hay historias que se repiten.