Deporte Ingresá
Deporte

Cristiano Ronaldo de Portugal, y Gerard Piqué, de España, ayer, en el estadio Fisht de Sochi, Rusia.

Foto: Pierre-Philippe Marcou

Empate entre España y Portugal

1 minuto de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Grupo B. De trámite cambiante, Cristiano Ronaldo fue decisivo.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Sin duda, ha sido el mejor partido en lo que va del Mundial. Por la emoción, porque también se definió en la hora, como Uruguay-Egipto e Irán-Marruecos, pero además porque fue excelente futbolísticamente, tuvo seis goles y varias alternancias en el tanteador: fue ganando Portugal en dos ocasiones, luego lo dio vuelta España y al final terminó empatado. Partidazo con todas las letras.

La figura de la noche rusa fue Cristiano Ronaldo. Exuberante y preciso, eficiente y determinante. El crack portugués hizo los tres goles de su selección: el primero (4’) de penal tras una falta que le cometieron a él; el segundo (44’) fue un tiro lejano, sin pretensiones, pero que tuvo la floja intervención de David de Gea; y el tercero (88’) fue una joya arquitectónica, tiro libre con comba por fuera de la barrera que se metió en el ángulo. Suele decirse que el talento define. También se dice que los grandes jugadores se ven en los momentos decisivos. No vamos a descubrir lo que el portugués significa para el presente –y seguramente para la historia del fútbol–, pero ayer dio otra muestra más de que es un fenómeno.

Más allá de la actuación individual de Cristiano Ronaldo, también hay que decir que España es España y tiene con qué tirar: buen toque, transiciones siempre al pie, trata de distraer por un lado mientras suben los laterales por el otro, suma hombres al ataque con facilidad, y muchos de ellos tienen talento suficiente como para desequilibrar las cosas. Uno de los talentosos es el brasileño Diego Costa. Fue el artífice de los dos empates españoles: el 1-1 y el 2-2. Este último resultado fue el que le permitió a España jugar mejor. Se acomodó, prácticamente acorraló a Portugal, logró pasar 3-2 con el gol de Nacho y pudo ampliar diferencias.

Y ahí quedó. Poder pudo, pero no lo hizo, entonces el poder quedó a mitad de camino hasta que apareció Cristiano Ronaldo.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

¿Te interesa el deporte?
Suscribite y recibí en tu email la newsletter de deporte.
Suscribite
¿Te interesa el deporte?
Recibí la newsletter de deporte en tu email todos los domingos.
Recibir
Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura