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Ignacio Alonso, durante su encuentro con la diaria.

Foto: Alessandro Maradei

Ignacio Alonso, presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol: “Se pudo haber evitado la intervención”

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En la calle hace frío. Uno pasa por el estacionamiento de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) –único ingreso posible en tiempos de coronavirus– y respira otro tipo de frío: el de la soledad. La maquinaria del fútbol local ya está andando; las oficinas de la calle Guayabos empezaron a recibir a sus trabajadores, que de a poco van armando la logística del Campeonato Uruguayo de la nueva normalidad. Ignacio Alonso, economista, presidente de la AUF y fanático de las charlas en largo, avisa: “Acá se respira política todo el día”.

¿Cómo avizorás la reanudación del Campeonato Uruguayo?

Bien intenso, raro. Una de las cosas que hay que probar son las ganas de la gente de ver fútbol, creo que están esperando que vuelva. Va a ser una prueba de resistencia de la actividad como tal, mantener el mismo nivel de atención que habitualmente tiene el fútbol, y en el caso del nuestro, ver cómo será el espectáculo sin gente y 100% televisado.

¿Qué planes hay para retomar la actividad? ¿Y para contener a los clubes (y personas) más afectados tras la crisis de covid-19? El fútbol uruguayo no se caracteriza por ser solvente a nivel económico (o financiero).

Lo que intentamos, a toda costa, fue que nadie perdiera su trabajo. Desde el 13 de marzo tratamos de que a todos los integrantes formales vinculados por el fútbol les llegara un sustento para aguantar hasta que se retomara la actividad. Hoy, salvo algunos puestos vinculados al personal de recaudación, en general, todos están volviendo: jugadores, entrenadores, árbitros, árbitros de juveniles, del femenino, y cuando podamos del futsal; la Asociación vuelve con todas las actividades.

Con respecto a las transferencias, se generará un impacto; otro impacto que puede existir (hoy, más álgido que nunca) es lo que estamos viendo respecto de las copas internacionales, algo que está cuestionado. A mediano plazo, en ese sentido, hay una señal de incertidumbre, de alerta, porque nuestro fútbol es algo también por su relación con el exterior.

¿Hay un diagnóstico económico al respecto de la situación de los clubes pospandemia?

Los equipos que tienen presupuestos más bajos son los que van a trasladar mejor su paso por la crisis; los que van a estar con mayores complicaciones son los que tienen presupuestos más altos. Yo sigo mucho el fútbol de la B, conozco los presupuestos, lo que deben, la forma en que se organizan, y esas unidades, que son muy básicas, te diría que van a terminar de forma muy controlada la temporada. Los que van a sentir más esto son aquellos que tienen una estructura mayor, que apuestan a las transferencias como parte principal de su ingreso: básicamente los equipos medianos, que pueden tener dificultades si no se revitaliza el mercado de transferencias. El primer tramo de la crisis la estamos terminando con un acuerdo general entre clubes, jugadores, árbitros, entrenadores y la AUF; hubo una suerte de diálogo social que favoreció la salida.

¿Es viable en nuestro medio cumplir con los protocolos sanitarios?

Creo que sí. El tema es no uruguayizarlos: “Dejame entrar como cámara el clásico”, esas cosas. En general, hay un respeto por lo que se está proyectando. Y los clubes también. Hasta ahora han pasado las fases de entrenamiento, y de acuerdo a lo que nosotros vamos controlando a través del área de seguridad, tenemos muy buenos ejemplos de cumplimiento.

Hablemos de gestión

“Si tenemos un buen cronograma de actividades del fútbol uruguayo, bien comunicado, vamos a poder llegarle a la gente en un ámbito que está cada vez más competitivo desde el punto de vista de la oferta”, dijiste. Más allá de la coyuntura de la pandemia y sus consecuencias, no da la sensación de que esa comunicación esté tan clara.

Es la gran preocupación que tenemos: cómo llegarle a la gente. En cuanto a publicidad de nuestro campeonato, comunicación, tenemos mucho para hacer todavía. Estamos en camino, se está fusionando el área de marketing con la de comunicación y la comercial. Que se trabaje interactuando, cerca del Comité Ejecutivo, estamos trayendo a toda la barra para la AUF a pesar de que el edificio no es muy funcional para trabajar.

“Estamos muy avanzados en el proyecto de la televisación del fútbol femenino”.

A 15 meses de asumir como presidente, ¿cómo analizás tu gestión al frente de la AUF?

Estoy muy contento. Pudimos llevar a la realidad algunas cuestiones impensadas, como demostrar que somos capaces de administrar activos audiovisuales; pudimos asociarnos con la OFI [Organización del Fútbol del Interior] en el armado y la televisación de dos torneos; pudimos trasladar la experiencia a la selección y tuvimos un ciclo de seis partidos con una cobertura propia, y esa idea la fuimos trasladando a la negociación de los derechos de televisación de las Eliminatorias. Ordenamos la casa desde el punto de vista económico, se mejoró la B, la C; en el aspecto político tenemos llegada a todos los sectores (no solamente al fútbol tradicional): seguimos adelante con el fútbol femenino, que se jugará en el estadio Charrúa y en el Complejo Rentistas. Estamos muy avanzados en el proyecto de la televisación del fútbol femenino por AUF TV, pero de manera frecuente, no sólo los clásicos. Y avanzamos en el concurso del proyecto de infraestructura que habíamos prometido.

¿En qué parte se encuentra la negociación con Tenfield?

Lo que estamos negociando es la venta de los derechos de las Eliminatorias. Hicimos una licitación internacional, que por los acuerdos de mercados entre las empresas no tuvo las ofertas que nosotros esperábamos obtener, y la declaramos desierta. Hay un llamado nacional que unimos al internacional, y estamos negociando parte de las opciones. Hasta ahora no hemos tenido acuerdo, dado que no sabemos cuándo va a comenzar realmente la competición, aunque está prevista para octubre. Hoy no hay contrato vigente con Tenfield por la selección, está libre. Del fútbol local sí se ha hablado de una extensión, en ese caso hay un contrato hasta 2025.

Ignacio Alonso, durante su encuentro con la diaria.

Foto: Alessandro Maradei

Basaste tu plan de trabajo en tres pilares: el aumento de los ingresos, tanto de las selecciones como de competiciones internas; el aumento del desarrollo y la infraestructura; y la jerarquización de las competiciones nacionales. ¿Qué se logró? ¿Qué falta por hacer?

El aumento de ingresos, por la situación de la pandemia, no lo hemos podido lograr; sí veníamos trabajando muy bien lo comercial, pero este es un golpe muy fuerte para el fútbol. En cuanto a infraestructura, cerramos el llamado por fondos de la ley de juego [una parte de la recaudación de Supermatch se destina a la AUF y a la OFI; la Ley de Presupuesto estableció que se vuelque 50% del incremento de recaudación de IVA por pronósticos deportivos], que trabajamos allá por 2015. Con eso, logramos un fondo aproximado de 55 millones de pesos para destinar a infraestructura; por lo menos 14 equipos se presentaron con proyectos de toda clase al llamado que hicimos. Además, les estamos poniendo énfasis a los fondos FIFA, buscando aplicarnos con un complejo de desarrollo en la Escuela Naval, donde centralizaríamos el trabajo de las selecciones femeninas y el arbitraje. La idea es, también, que ahí existan canchas de fútbol sala y de fútbol playa.

¿En qué estado de situación volverá el fútbol femenino? ¿Y el amateur? ¿Y el del interior?

El campeonato de selecciones de OFI se va a terminar, el de clubes no. La C este año puede llegar a jugarse con 19 equipos (vuelve el primer fin de semana de setiembre: campeonato a dos series, con play off y un repechaje): están los del año pasado más El Tanque y Miramar, que quieren volver a jugar (están haciendo gestiones para pagar lo que deben). Recibimos una nota de Artigas Capital, y una nota de Keguay, que está fusionado con Canadian; estamos evaluando si es el mejor momento para que se integren a un campeonato de tres meses, o si lo mejor es que lo hagan el año que viene. Esos son los dos equipos que presentaron una nota para pedir afiliación. Se habló de unos riverenses, que se han comunicado pero no han presentado solicitud de afiliación. La idea nuestra no es tomar cualquier equipo del interior para que venga a la capital o a las ligas de la AUF, si tenemos una relación con OFI tiene que haber un visto bueno de ellos y de la liga local. Tienen que ser proyectos genuinos, por lo menos que tengan una validación local.

El femenino también arranca el primer fin de semana de setiembre, con una cantidad de partidos interesante y esa proyección de televisarlo. El objetivo es que el producto le llegue a más gente, que se tome el hábito de ver en la televisión o en su dispositivo móvil los partidos de fútbol femenino; que se genere un mercado, que las marcas confíen, se generen patrocinadores; es el único camino a la profesionalización.

Todo política

¿La intervención de la FIFA en la AUF generó algunas rispideces?

Creo que salió bien. Trabajaron muy bien: Pedro [Bordaberry] sigue vinculado al fútbol; Armando [Castaingdebat] nunca dejó de estar vinculado al fútbol; y Andrés [Scotti] también. Las rispideces son parte del enfrentamiento político que venía existiendo de antes, había de todo.

¿Ya no existe ese enfrentamiento?

Sigue, pero bajo otras formas. Siempre va a existir, acá se respira política todo el día. Se pudo haber evitado la intervención, no se entendió que esto podía terminar como terminó. Se pudo haber votado el estatuto en abril, se pudo haber votado un articulado que trajo [Edgar] Welker en acuerdo con la Conmebol, allá por agosto; creo que pudo haber terminado de otra manera. Lamentablemente, se dio aquel quiebre con la intervención, pero el trabajo que hizo la comisión normalizadora fue muy bueno: logró votar el estatuto y organizar las competiciones esos meses que estuvieron acá. Las disputas hoy van en otro plano, siempre van a estar condimentadas por lo comercial, y siempre estarán condimentadas por oposiciones políticas.

Ser presidente era tu objetivo. ¿Es tal como lo esperabas?

Siempre va un poco más allá de la realidad de lo que uno espera. Pensé que podía cesar un poco aquel enfrentamiento que hubo en determinado momento; nosotros, desde antes de asumir, tuvimos choques (se me hicieron tres denuncias, antes de asumir, después de ganar). Toda esta situación de parate en el fútbol generó una despresurización: hoy con una cantidad de actores hablamos mejor, en otros términos. Creo que en este momento el ambiente está mejor.

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