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Diego Alonso, el sábado, en el estadio Centenario.

Foto: Federico Gutiérrez

Diego Alonso contó cómo entrena la selección y puso especial énfasis en los ejercicios de presión

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“Si no soportás el proceso, no podés vivir el propósito”, dijo el DT celeste.

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“Si no soportás el proceso, no podés vivir el propósito”, fue la frase con la que el entrenador de la selección uruguaya, Diego Alonso, cerró su disertación sobre “Metodología integrada a los sistemas tácticos”. Este enunciado puede ser la punta del iceberg de la narrativa de Alonso como entrenador de Uruguay, algo así como “el camino es la recompensa” del Maestro Tabárez. Aunque si se comparan, el cambio conceptual que propone el actual seleccionador es bastante más duro que el de su predecesor. Tiene sentido. Su personalidad obsesiva no es una novedad y el propio Alonso ya lo dejó claro en una entrevista con ESPN: no soporta perder.

El auditorio Mario Benedetti de la Torre de las Telecomunicaciones fue la sede de la serie de conferencias denominada “Metodología integrada aplicada al fútbol”. La figura central del evento fue el mundialmente reconocido preparador físico del Atlético de Madrid, Óscar Ortega, pero la metódica presentación de Alonso y su importancia como seleccionador fue el punto más alto del evento, que reunió un importante marco de público.

El seleccionador comenzó su oratoria dividiendo su método de trabajo en cuatro secciones: poscompetencia, scouting, precompetencia y competencia.

Después de la competencia

Comenzó por el final y explicó la labor de gestión que se hace luego de que los futbolistas terminan de jugar para la celeste. El primer paso es organizar una logística de regreso para los jugadores con el objetivo de darles “el mejor servicio posible''. Por ejemplo, contó que se busca el mejor vuelo posible para cada uno, con las mejores escalas y en el menor tiempo posible. El objetivo es dejar contentos a los clubes y generar un buen relacionamiento con ellos.

También se elabora un reporte médico sobre el estado de los futbolistas para que sus clubes sepan en qué condiciones llegan en esa materia. El médico de la selección, Alberto Pan, desarrolló un vínculo con el doctor de cada uno de los equipos a través de esos intercambios. Lo mismo ocurre con el preparador físico, que se encarga de enviarle a su similar de cada club qué trabajos hicieron los jugadores durante su estadía con la selección. Todas esas interacciones son importantes porque buscan un segundo objetivo: generar un vínculo con importantes profesionales de cada institución para poder hacerles consultas cuando sea necesario.

El scouting

La etapa siguiente es el scouting y empieza una semana después de la competencia. Alonso contó que ahí hay varias tareas y la primera es controlar el rendimiento y la condición de los jugadores de Uruguay. “Usamos un sistema de estadísticas que se llama Driblab que nos permite controlar a todos los futbolistas uruguayos. Tenemos un segmento de futbolistas, más o menos 150 o 160, y un sistema de alarma con el que nos ayuda la empresa. Con determinados indicadores nos dice si los jugadores elevan el rendimiento o descienden”, contó.

La herramienta es muy útil porque el cuerpo técnico no tiene tiempo para seguir esa cantidad de jugadores, sólo pueden ver los partidos de 60 o 70: “Sabemos que si hay determinado jugador que está mejorando su rendimiento y está fuera de esa lista nos avisa. Y no es en una semana, tiene que mejorar durante muchas semanas”, señaló. Cuando un jugador mejora su rendimiento, se pone en la lista de 70 y 60 jugadores que el cuerpo técnico se divide para ver los fines de semana. Se elaboran informes de cada partido sobre cómo se desempeñó el jugador y en qué contexto.

En caso de percatarse de una posible lesión durante el partido, el doctor se contacta con el jugador para hacer un control sanitario y preguntarle cómo está. Al igual que dijo en numerosas veces anteriores, el entrenador subrayó que “el jugador de selección es jugador de selección los 365 días del año”. En esa misma línea, va el trabajo de contacto constante con los jugadores para que se sientan futbolistas de selección todo el tiempo: “Les mostramos videos de los partidos pasados y sobre lo que nosotros queremos para los siguientes”, dijo.

Antes del partido

La etapa precompetitiva comienza tres o cuatro semanas antes de la competencia y el primer paso es hacer la lista de convocados. Se le pide información física a los clubes sobre los jugadores, se le consulta a cada futbolista su rutina de entrenamiento individual y su dieta. En el caso de los últimos dos puntos, el objetivo es reproducir las mismas condiciones durante su estadía con el combinado uruguayo. Además, el cuerpo técnico hace un reporte arbitral para saber cuales son las características que tienen los árbitros. Incluso, averigua si tienen sobrenombre para “darle la posibilidad al jugador de que pueda llamar al árbitro por su sobrenombre si es un poquito canchero o amable”.

Luego se elabora la estrategia para los partidos que se van a jugar. Alonso afirmó que para ese momento ya se tiene clara la estrategia y los comportamientos que van a buscar durante la competencia. “El sistema de juego no es lo más importante, te puede ayudar a que los jugadores puedan cumplir los roles que tienen, pero yo creo en los comportamientos”, afirmó el entrenador y ejemplificó: “No es lo mismo jugar con línea de 5 y que tus carrilleros sean dos extremos, que si son dos centrales”.

“Se juega como se entrena”

Alonso puso énfasis en el entrenamiento con un sparring y destacó que la instancia es importante porque los entrenadores de selección pasan mucho tiempo sin entrenar en cancha, ya que hacen mucho trabajo de oficina: “Perdés la voz, el timing, el ojo, el dar indicaciones. Lo hacemos para entrenar nosotros”, planteó. Pero en segundo lugar y más importante, se hacen para saber las dimensiones de los ejercicios que se deben realizar en los entrenamientos, porque al tener muy poca cantidad de tiempo para trabajar no se puede probar “si un ejercicio sale bien o sale mal”.

Los videos son una herramienta importante, comentó que le dan uno a los jugadores con lo que va a entrenar en una sesión. Ya en la competencia, previo a salir a la cancha se les muestra un video sobre una situación de juego que entienden que puede llegar a suceder durante el partido. “Entrenamiento específico” fue uno de los puntos en que el entrenador más se explayó. Lo denomina específico porque todo lo anterior a él también es entrenamiento: “No es sólo la hora y media de cancha, es todo lo otro que hacés. Desde que recibes al jugador hasta que se va”.

Como los jugadores llegan en distintos momentos, el entrenamiento se divide en dos etapas: una con los que llegan antes del fin de semana y otra con los que lo hacen el lunes. “Sábado y domingo es entrenamiento de comportamiento individual porque no tenemos a todos los jugadores juntos”, dijo Alonso, y como ejemplo puso el caso de Giorgian de Arrascaeta en la primera fecha de eliminatorias que dirigió: “Sabíamos que el primer partido era difícil que iniciara, pero en el segundo podía ser muy posible que jugara, así que entrenamos su comportamiento para el partido con Venezuela”.

Con todos los jugadores disponibles a partir del lunes el entrenamiento se centra en los objetivos, que tienen que estar bien claros. Para Alonso, los entrenamientos tienen que ser intensos, “siempre con progresión de menor a mayor”. Y con continuidad: “Los tiempos cortos para mí no existen, si un jugador termina el ejercicio tiene que tomar agua y estar concentrado porque enseguida pasamos a otro”, afirmó.

El entrenador no se quedó sólo con las palabras, sino que mostró videos de varios ejercicios que realizó en los entrenamientos con la selección. “Se juega como se entrena”, es una frase muy común en el ámbito del fútbol, los trabajos que presentó Alonso estuvieron en armonía con sus numerosas declaraciones ante los medios, en las que manifestó que quería que su equipo fuera intenso en la presión. La primera prueba la mostró Uruguay en la cancha, la segunda, en la forma en que entrena el equipo. Hizo énfasis en los trabajos de presión constante y resolución rápida en los que la premisa es: “Si recuperamos hacia adelante atacamos, si recuperamos hacia atrás damos continuidad a la jugada”.

Eficiencia: la palabra sagrada

Envuelto en la incertidumbre de si va o no va al mundial, Ortega explicó su metodología de trabajo acompañado por Alonso, pero también por el preparador físico Nicolás Dos Santos y el analista de rendimiento de la selección uruguaya, Guilherme de Melo. El Profe abrió su conferencia, “Metodología integrada y planificación”, definiendo la metodología integrada como “la combinación entre métodos globales y analíticos que buscan llevar al deportista al máximo rendimiento”. Para el que no conoce sobre conceptos de entrenamiento deportivo puede sonar un poco a mandarín básico, pero este humilde espacio hará el intento de explicar lo que dijo Ortega.

El método global propone tareas en las que se trabajan acciones que ocurren en el juego, trata de recrear las condiciones de la competencia para que los jugadores entrenen de forma específica lo que van a vivenciar en los partidos. “Para que haya globalidad es necesaria una situación de juego que tenga oposición real”, señaló Ortega. Para esta concepción, “la periodización táctica y el microciclo estructurado son los agentes más importantes”, explicó. “La periodización táctica trabaja sobre el modelo de juego [...] El microciclo estructurado trabaja sobre el enriquecimiento individual y técnico del futbolista en situaciones de juego para eliminar complejidades altas que se van a presentar”, continuó.

Por otro lado, el método analítico consiste en trabajos descontextualizados del juego, se utiliza para entrenar un área técnica específica. Generalmente, estos ejercicios consisten en la repetición de una misma acción para que el jugador la pueda pulir. Ortega comentó que hoy en día se dice que ese método es antiguo: “Estoy de acuerdo con los métodos globales, mejoran mucho la parte cognitiva, la toma de decisiones, el conocimiento del juego. Pero también tienen razón los del método analítico cuando dicen que los métodos globales no desarrollan al máximo las capacidades condicionantes -resistencia, fuerza, velocidad-. Los métodos analíticos sí lo logran”, planteó.

Según él, la metodología integrada está en el medio de ambas, es la que posibilita más opciones, eso la convierte en la metodología más inteligente porque “el abanico de posibilidades es muy grande”. Destacó que la palabra sagrada de esta forma de entrenamiento es “eficiencia” y esa es la base de la consagración y los éxitos del Atlético de Madrid.

Apuntó que “hoy en día se dice que si uno toma un método convencional, como puede ser un fraccionado o un intermitente, parece que no trabaja fútbol. No es así”. Argumentó su punto contando que los grandes equipos del mundo combinan todas los tipos de entrenamiento: “La metodología integrada es el arte de saber combinar todas las vertientes que existen y utilizarlas en los momentos correctos del año”.

En su oratoria, Dos Santos hizo referencia al concepto de eficiencia que también mencionó Ortega. Durante su presentación, titulada “Desarrollo de la cualidad condicionante: Resistencia”, puso énfasis en que hay que trabajar con los futbolistas para que tengan las piernas “frescas” en el lugar más importante del campo de juego: las áreas. “La mayor parte del juego se hace en baja intensidad. Lo que define el juego son acciones de alta intensidad y precisión técnica”, dijo, por eso los jugadores no deben estar congestionados cuando llega ese momento. Eso se logra con eficiencia.

El evento también tuvo una sorpresa, la presencia del preparador físico Gabriel Moreira, que le puso la cuota de humor a la noche haciendo que el público y los oradores hicieran una serie de ejercicios analíticos similares a los que se trabajan en baby fútbol. La imagen puede tornarse bastante más divertida si uno se imagina a Ortega -reconocido por su duro carácter- y Alonso -que tampoco parece muy chistoso- ante el escenario de dominar una pelota imaginaria con la cabeza.

La conferencia la cerró Guilherme de Melo, que debido a su origen portugués se defendió en un portuñol bastante entendible. El nombre de su presentación fue “Control del entrenamiento de la selección uruguaya” y durante ella contó los diferentes trabajos que realiza como analista de rendimiento. Uno de sus principales retos es transformar los datos en información. A partir de lo que recogen las áreas médicas, nutricional, técnica, videoanalistas, preparadores físicos y fisioterapeutas, se reúne toda la información y “se crea un número, un algoritmo para que Diego pueda tomar mejores decisiones”.

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