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Federico Valverde, Nicolás de la Cruz y Darwin Núñez, en el festejo del tercer gol de Uruguay ante Chile, en el estadio Centenario.

Foto: Sandro Pereyra

Con clase, Uruguay venció 3-1 a Chile

4 minutos de lectura
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En el debut de las Eliminatorias, la selección celeste ganó tras gran juego colectivo y muy buenas individualidades.

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La fiesta fue redonda. Siempre es fiesta empezar un camino hacia el Mundial, pero mucho más fiesta es si se empieza con triunfos. El cuadro de Marcelo Bielsa salió a ganar y lo hizo tras una actuación formidable, por momentos pasando por encima a Chile. Nicolás de la Cruz salió ovacionado porque fue figura, por los dos goles y porque la rompió, como en el campito, pero en la cancha grande. El otro gol fue de Federico Valverde, que ahora será el capitán pero rinde como siempre.

1. Las presiones

La presión está a la orden del día del fútbol. Es la salsa, el picante. Se parece a un cuchillo de doble filo, también, porque está esa presión buena de la que hablan los jugadores, eso de sentir el nervio en el pecho, y está la que se tiene por la responsabilidad, por el inicio de un nuevo ciclo con deportistas que, hayan defendido a la celeste o no, ahora tienen que tomar la posta.

También está la presión estricta del juego, esa que un rival usa como método para apretar a su contrario (y viceversa). Ahí se paró el juego en los primeros minutos. Porque, claro, los técnicos se conocen, entonces sus equipos salieron sabiendo cómo o dónde podrían pasar las cosas. Hubo 15 minutos en los que ganaron las presiones: las de los filos del cuchillo y la de los equipos marcando. Pese a eso, todo sucedía con un ritmo alto, exigente, donde nadie podía quedarse quieto.

Festejo de gol de Nicolás de la Cruz, Uruguay vs Chile en el Estadio Centenario

Foto: Sandro Pereyra

El que supo romper las presiones en el primer tiempo fue Uruguay. La celeste tuvo la primera a los 13 minutos con una corrida vertiginosa de Darwin Núñez. Fue un sprint infernal, en el que dejó por el camino a jugadores que parecían postes. Atajó el arquero Brayan Cortés, y ese duelo se repetiría.

De ahí en adelante los de Bielsa desataron los nudos de la presión chilena. Nico de la Cruz fue la inteligencia, la visión con y sin pelota; también Manuel Ugarte, que juega como si fuera un 5 antiguo pero tiene la técnica de los galácticos; y la zurda, siempre punzante, donde Joaquín Piquerez y Maximiliano Araújo fueron dos flechas: siempre para adelante.

La izquierda, precisamente, fue la banda donde nacieron los dos goles del primer tiempo. El primero fue una joya: es difícil encontrar precisión para el pase a 200 kilómetros por hora; sin embargo, Uruguay la tuvo, a esa velocidad el centro rastrero fue para Darwin, que tiró una pared de campito con De la Cruz, y como en el campito salieron gritando el gol.

Cuando Uruguay pegó con ese gol, Chile (que no venía jugando mal) tambaleó. Casi de inmediato Núñez tuvo otro mano a mano tras pase quirúrgico de De la Cruz, pero otra vez le ganó Cortés. Parecía que se iban los 45 iniciales 1-0, pero apareció Valverde, pájaro de buen agüero. Receta repetida: Piquerez, Araújo, ese tándem por la zurda, Nico de la Cruz recibió a metros de la medialuna y se la pasó a Valverde, que estrenó la cinta de capitán con grito sagrado.

Festejo de gol de Federico Valverde , Uruguay vs Chile en el Estadio Centenario

Foto: Sandro Pereyra

2. Nuevos señores

El fútbol también es la cancha donde los gurises se hacen grandes. No por el paso del tiempo –que sí, también–, sino por los momentos en los que tienen que asumir el momento, su momento, la hora en que la responsabilidad es casi una obligación.

Se habló mucho del recambio en Uruguay. De los que no fueron citados, de los que ya no están, y a la vez se dijo poco de los que sí abrieron las Eliminatorias rumbo al 2026. La crítica también es un arma de doble filo, de doble discurso también.

Pero los que hablaron fueron ellos, en la cancha, ese lugar donde los chiquilines también se expresan. Entonces los Ugarte –que recuperó una veintena de pelotas–, ni que hablar los Valverde, De la Cruz, Núñez, pero también la defensa –a la que se le intentó criticar o poner en duda porque nunca habían jugado juntos antes–.

Las cuotas de magia –altas cuotas–, fueron de De la Cruz y de Valverde, quienes la dejaron chiquita y avisan con lo que saben que están acá, son ellos; Núñez hizo todo bien: generó espacios, ganó en velocidad, defendió las pelotas detenidas en los córneres en contra. La pena es que le faltó el gol: sumó dos chances más, una se la sacó de nuevo el arquero, la otra la tiró arriba. De todas maneras, se fue aplaudido por el estadio.

Festejo de gol de Federico Valverde en el partido Uruguay-Chile en el estadio Centenario

Foto: Sandro Pereyra

3. El sistema

Es lo de Bielsa: hacer jugar desde una propuesta. El equipo le funcionó de forma ideal. En primer lugar, la defensa, esa “desconocida”, que casi no tuvo fisuras y, además, fueron los primeros elaboradores del juego, porque tanto Matías Viña como Seba Cáceres salieron jugando o driblando.

La mitad de la cancha, también ordenada y con mucho recorrido, fue la mayor virtud, el motor de todo: pasó por arriba a los chilenos. Con todo lo que se generó desde ahí, si Uruguay hubiera tenido mejor puntería terminaba goleando.

El mundo se seguirá preguntando por qué Pellistri no juega en el Manchester United; buen partido del chiquilín que parece destinado a siempre rendir de celeste; Araújo y su punta de lanza también fue un azote para los rivales, incluso provocando el cambio de lateral derecho porque el titular le tuvo que pegar para controlarlo.

En suma: hay equipo, nuevo equipo. Ahí están.

Detalles

Estadio: Centenario (Montevideo, Uruguay)
Árbitros: Darío Herrera, Ezequiel Brailovsky y Gabriel Chade (argentinos)

Uruguay (3): Sergio Rochet; Nahitan Nández (86′ Bruno Méndez), Sebastián Cáceres, Matías Viña, Joaquín Piquerez; Federico Valverde, Manuel Ugarte; Facundo Pellistri (70′ Brian Rodríguez), Nicolás De La Cruz (86′ Felipe Carballo), Maximiliano Araújo y Darwin Núñez (72′ Maximiliano Gómez). Entrenador: Marcelo Bielsa.

Chile (1): Bryan Cortés; Nayel Mehssatou (66′ Juan Delgado), Gary Medel, Guillermo Maripán, Gabriel Suazo; Charles Aránguiz (65′ Arturo Vidal), Erick Pulgar, Marcelino Núñez (89′ Rodrigo Echeverría); Diego Valdés; Ben Brereton y Alexander Aravena (81′ Darío Osorio). Entrenador: Eduardo Berizzo.

Goles: 38’ Nicolás de la Cruz (U), tras preciosa jugada colectiva; 45’ Fede Valverde (U), tiro cruzado desde afuera del área; 72’ Nicolás de la Cruz (U), toque corto en el área chica; 73’ Arturo Vidal (CH), tras carambola.

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