No hay forma de proyectar o evaluar previamente los niveles de competitividad que pueden presentar los rivales antes de un sorteo, pero sí es posible evaluar la complejidad de algunos viajes por la conectividad de América del Sur y en particular de Uruguay. También, echando mano de subjetividad e insumos históricos, se puede pensar el grado de dificultad de clubes poderosos y populares. Todo eso les tocó a los nuestros.
A la cancha y a competir
El primero de los clubes uruguayos en aparecer en el sorteo de la Sudamericana –y, por lo tanto, en la noche de los sorteos en Luque– fue Cerro Largo, que estaba en el bombo 3. Salió sorteado para el grupo B cuando ya se sabía que en esa serie estaban el argentino Defensa y Justicia y el ecuatoriano Universidad Católica de Quito, y luego cerró el grupo el brasileño Vitória de Salvador. ¿Más complicado no había?
Sí, claro que sí: el segundo en aparecer fue Racing, también en el tercer bombo, en el que ya se sabía que estaban el colombiano América de Cali y el argentino Huracán de Parque Patricios. Pero le esperaba un final con increíble premio/castigo: otra vez el brasileño Corinthians. A la escuelita le tocó un grupo bastante parecido al del año pasado –con un argentino, en aquel caso Argentinos Juniors, y un brasileño, otra vez Corinthians–, aunque aquella vez debió enfrentar a un paraguayo, Nacional de Asunción, y ahora tendrá a un grande de Colombia, América de Cali.
El último en aparecer fue el último uruguayo en saber que iba a jugar la Copa Sudamericana porque estaba en la Libertadores. Por eso cayó en el bombo 4 y fue sorteado para el grupo 1, en el que ya estaba el multicampeón Independiente de Avellaneda, de Argentina. Además, deberá ir al techo del mundo, Potosí, para enfrentar al Nacional boliviano, y enfrentar al el histórico Guaraní de Paraguay.
Todos tienen grupos complicados. Cerro Largo es el único que no tiene un grande en su serie, pero deberá emprender dos viajes largos, a Salvador de Bahía y a Quito, además, obviamente, de cruzar a Buenos Aires. Empezará el campeonato recibiendo –ojalá que en Melo– a Defensa y Justicia, y después tendrá en una semana los viajes a Ecuador y Brasil.
El grupo de Racing está salado tanto por la jerarquía histórica de los rivales como por el vuelo a Cali. Arrancará jugando en el Viera o en el Centenario, donde recibirá al América de Jorge Polilla da Silva. En la segunda presentación irá a Parque Patricios, en Buenos Aires, para enfrentar a Huracán y cerrará la primera rueda en San Pablo frente a Corinthians.
Boston River recibirá en Uruguay a Guaraní –¿será en el Campeones Olímpicos de Florida?–, luego cruzará a Buenos Aires para para enfrentar a Independiente en Avellaneda y cerrará la primera ronda, de local, ante Nacional de Potosí.
La primera fecha se jugará en la semana del 1º de abril y la segunda en la del 8 de abril. Clasificarán a los octavos de final los ganadores de cada, serie mientras que los segundos irán al repechaje con los terceros de la Libertadores.
Los grupos de la Sudamericana
Grupo A: Independiente, Guaraní, Nacional de Potosí y Boston River.
Grupo B: Defensa y Justicia, Universidad Católica (Ecuador), Cerro Largo y Vitória.
Grupo C: América de Cali, Huracán, Racing (Uruguay) y Corinthians.
Grupo D: Gremio, Godoy Cruz, Sportivo Luqueño y Atlético Grau.
Grupo E: Cruzeiro, Palestino, Unión de Santa Fe y Mushuc Runa.
Grupo F: Fluminense, Unión Española, Once Caldas y San José.
Grupo G: Lanús, Vasco da Gama, Puerto Cabello y Melgar.
Grupo H: Atlético Mineiro, Caracas, Cienciano y Deportivo Iquique.