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Laboratorio de Biotecnología, en el Parque Científico y Tecnológico de Pando (archivo, agosto de 2017).

Foto: Pablo Nogueira

Adolescentes mujeres pueden acercarse a la profesión científica y desarrollar proyectos con el acompañamiento de mentoras

4 minutos de lectura
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La convocatoria está abierta hasta el 30 de julio.

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“No podés ser lo que no podés ver”, resume Soledad Machado, una de las integrantes del equipo coordinador del proyecto Quiero ser científica, gestionado desde el capítulo uruguayo de la Organización para las Mujeres en Ciencia para el Mundo en Desarrollo (OWSD, según su nombre en inglés) con el apoyo de varias instituciones (ver recuadro). Precisamente, el proyecto apunta a que adolescentes uruguayas tengan un acercamiento a mujeres científicas que les cuenten sobre la profesión y las ayuden a desarrollar un proyecto de investigación.

“Todo el mundo sabe qué hace un doctor, un abogado, un psicólogo, pero parecería que los científicos no existen en Uruguay y ocurre todo lo contrario; hay mucha ciencia y muy buena”, reflexionó Machado. La científica estuvo de acuerdo con su compañera Ana Inés Zambrana en que el desconocimiento convive con una imagen estereotipada de quienes trabajan en la ciencia. Según señalaron, al pensar al respecto es probable que se venga a la mente “un hombre blanco, con los pelos locos y que trabaja solo y aislado”. No obstante, consideró que “eso es imposible”, ya que “nadie hace ciencia aislado del mundo”. “Aunque tengas un pensamiento en solitario, en algún momento lo tenés que compartir, si no no sirve para nada”, resumió. Justamente, contó que la idea del proyecto es “romper con ese prejuicio de que vivimos para estar dentro de un laboratorio y poder mostrar otra cara”.

La OWSD impulsa el proyecto de forma tal que en cada país tenga su propia impronta. En el caso uruguayo, donde el capítulo nacional de la organización aún está en formación, el proyecto tomó forma a partir de las ideas de sus integrantes, que comenzaron a diseñarlo en diciembre del año pasado y lo postularon a un fondo de la Embajada de Estados Unidos en Uruguay. Después de su aprobación y la obtención de financiamiento, en marzo de este año se puso en marcha y empezó la primera etapa, que consistió en el reclutamiento de “mentoras”. Se apuntó a científicas mujeres de todo el país con ganas de intercambiar y acompañar a las adolescentes que mostraran interés en el campo científico.

Según contaron Machado y Zambrana, lograron reclutar a 40 mentoras, de las cuales 30 siguieron adelante con el proceso, que consiste en la realización de una capacitación para desempeñar el rol de comunicadora de la ciencia. “Fue un puntapié inicial para generar conciencia sobre qué es ser mentora y cómo se comunica la ciencia a partir de diferentes dinámicas de interacción, porque no es lo mismo hablar con académicos en una conferencia que con un grupo de liceales que todavía no sabe qué va a estudiar”, contó Zambrana. En esa instancia se contó con la participación de la especialista en comunicación científica estadounidense Mónica Feliú-Mójer y con el desarrollo de un curso de la Sociedad Americana de Bioquímica y Biología Molecular que capacitó a las integrantes del grupo organizador del proyecto para que puedan formar a las mentoras bajo una modalidad semipresencial. Las organizadoras están muy contentas con la variedad de las mentoras, ya que hay quienes recién empiezan en la carrera científica pero también investigadoras con mayor trayectoria, y provienen de diferentes disciplinas, como biología, matemática, bioingeniería, física, bioinformática y ecología, entre otras.

Convocatoria en marcha

Actualmente, el proyecto se encuentra desarrollando una de sus etapas centrales, que consiste en la convocatoria a adolescentes de entre 16 y 18 años de todo el país interesadas en la ciencia para que participen en la propuesta. Si bien originalmente el plazo de inscripción cerraba el 20 de julio, la organización definió ampliarlo hasta el 30 de este mes. Las inscripciones son individuales y se hacen mediante un formulario en la web, en el que en el caso de las menores de edad se debe adjuntar la autorización de algún tutor responsable. Además, se pide que se nombre a algún referente del centro educativo en el que la joven estudia, de forma de involucrar a actores de su comunidad. En función de la zona de residencia, quienes se postulen podrán participar en una instancia presencial con las mentoras; hasta el momento hay seis centros educativos confirmados como sedes de estos encuentros, que se realizarán a principios de agosto en Montevideo, Salto, Colonia, Treinta y Tres, Paysandú y Tacuarembó.

Zambrana explicó que la idea de estas jornadas es que las mentoras puedan conocer a las jóvenes y sus intereses e introducirlas en la elaboración de un proyecto científico para que el trabajo sea continuado en las siguientes semanas, ya sea a distancia o en persona. La idea es que sean proyectos que se puedan desarrollar en poco tiempo y que, por medio de la ciencia, resuelvan alguna problemática del entorno de las adolescentes. Según detalló la científica, la temática del proyecto será independiente de la especialización de las mentoras, que “van a estar dispuestas a ponerse la camiseta de otra disciplina científica si hay que acudir a ella”.

Finalmente, está prevista la realización de un congreso científico en el que el grupo de adolescentes presente los proyectos, y que los mejores sean financiados para su implementación. Según explicaron Zambrana y Machado, la idea es que se pueda financiar la mayor cantidad de proyectos, y si alguno queda sin recibir apoyo económico, las propias mentoras ya han planteado que buscarán la forma de que igual se pueda concretar. Además, contaron que en el congreso participarán mujeres que han desarrollado emprendimientos científicos para la resolución de problemas de su entorno y que no han seguido una carrera académica. Si bien el proyecto busca acercar a las mujeres a la ciencia, la convocatoria no es únicamente para quienes estén considerando desarrollar una carrera científica. “Queremos que vean que existe la posibilidad; si después quieren ser otra cosa, que lo hagan. Las herramientas científicas son súper valoradas para otras profesiones, porque implican resolver problemas en el momento, son flexibles, se adaptan a las situaciones. La carrera de científico es eso: ver en cada situación cómo resolver problemas, y eso te sirve para toda la vida”, concluyó Zambrana.

Por consultas sobre la convocatoria se puede escribir al correo owsd.uruguay@gmail.com.

Trabajo y apoyos

Además de Zambrana y Machado, el grupo organizador del proyecto está compuesto por Andrea Sánchez, Silvia Batista, Ivanna Tomasco y Nancy Ghan; todas hacen el trabajo en forma voluntaria. Además del apoyo económico de la Embajada de Estados Unidos para la implementación, se recibieron apoyos del Ministerio de Educación y Cultura, por medio de la Dirección para el Desarrollo de la Ciencia y el Conocimiento, la Administración Nacional de Educación Pública y la UTU, que gestionaron los centros para los encuentros entre las jóvenes y las mentoras. Para la logística del congreso habrá apoyo del Plan Ceibal y desde hace una semana se integró al grupo de apoyo del proyecto el Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas, mientras que también se evalúa pedir apoyos a empresas privadas que puedan colaborar y convertirse en auspiciantes.

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