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Lanzamiento del Programa Educativo de Verano, en la escuela 157 de Villa García.

Foto: Alessandro Maradei

Verano Educativo: un “laboratorio pedagógico” en el que docentes y estudiantes cambian de lugar

4 minutos de lectura
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Unos 13.000 niños, en 130 escuelas del país, comenzaron el programa de verano.

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Desayunaron y todos con sus gorros salieron al patio de la escuela, donde, después de algunas presentaciones y juegos en ronda, un profesor de yoga los desafió a hacer figuras con su cuerpo: manos y piernas hacia adelante, hacia atrás, y terminaron convirtiéndose en mesas. Unos 129 niños comenzaron así Verano Educativo, un mes en el que irán a la escuela desde las 8.30 a las 13.00 a desayunar, almorzar, pero también a vivir una variedad de actividades planificadas por un equipo que combina a las docentes de cada escuela con recreadores y talleristas. Las salidas “estrella”, las más esperadas por los niños que este miércoles comenzaban las actividades en la escuela 157 de Villa García son los paseos a piscinas o playas y el campamento, que durará tres días. Las actividades comenzaron este miércoles en unas 130 escuelas de todo el país, con aproximadamente 13.000 niños preinscriptos.

2020 es el año del 30 aniversario de Verano Educativo, un programa que comenzó siendo Verano Solidario y que apuntaba a abrir los comedores escolares también en el período de vacaciones, para cubrir una necesidad de muchas familias. Según contó Pablo Caggiani, representante electo por los trabajadores en el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), hace cuatro años se hizo un relevamiento de cómo funcionaba el programa, y se determinó que en algunas escuelas funcionaba muy bien “y en otras muy mal, era un comedor con pelota”. Se propusieron indagar en las experiencias positivas, y en ellas se destacaba que siempre había campamentos o paseos vinculados con el agua (piscinas o playas), propuestas en las que el eje es lo lúdico y donde los niños no están separados por edades, en las que “la escuela no está sola”, porque se articulan recursos con las intendencias, otros organismos de gobierno y privados.

Con esas características en mente se impulsó un mecanismo para que los colectivos docentes hicieran propuestas de Verano Educativo para sus escuelas, que luego eran reforzadas con los recursos que aportan las intendencias (por ejemplo, la de Canelones colabora con un recreador en cada escuela), la Secretaría Nacional del Deporte, que abre sus instalaciones a las escuelas, o los privados (Unilever donó un taller itinerante del museo Torres García). A través de Plan Ceibal también se accede a talleres de programación y robótica, y por el Ministerio de Educación y Cultura se acercan los talleres de Ajedrez para la convivencia.

“Esto funciona como un laboratorio pedagógico interesante; tenemos un efecto no dicho, que es que los colectivos docentes que participan en Verano Educativo después incorporan estas prácticas de marzo a diciembre. Lo vemos después en las bienvenidas del año, que dejan de ser el pasar la primera lista”, reflexionó el consejero. Esto también lo reconoció la directora de la escuela 157, Denisse Hernández, este miércoles, cuando valoró que el programa de verano hace que los docentes “salten las barreras de los formatos tradicionales” y se propongan “hacer escuela de una manera diferente”.

El proyecto en la escuela de Villa García involucra a nueve docentes, entre ellos maestras, recreadores y profesores. Hernández contó que el proyecto se llama Identificarte y es la continuación del trabajo de todo el año de la escuela, ya que el tema identidad en Villa García “siempre está a la mano para trabajar”. Caggiani valoró que en la mayoría de las escuelas los proyectos tienen “un gran compromiso docente y comunitario detrás”.

El juego sobre la mesa

En esa reformulación del programa se apuntó a que el trabajo sobre aspectos como lengua, escritura y matemática fuera siempre a partir de lo lúdico. “No queríamos que se trabajara en el salón y con cuadernos, porque a través de propuestas lúdicas vos podés trabajar la escritura, la matemática, aspectos de ciencia o valores”, aseguró Caggiani, y puso como ejemplo los talleres de ajedrez o robótica, que “funcionan fantástico”. Un paseo a la playa también puede ser el puntapié para abordar temas de interés, destacó: “No es sólo ir a la playa: hay que ponerse protector, llevar agua, gorro, tener criterio para bañarse, pero además hay que conservar la playa, hay que cuidarse los unos a los otros, son muchas cosas que se pueden trabajar”, graficó.

Con unos 100 docentes que trabajan en Verano Educativo se organiza un campamento de formación específica en actividades lúdicas. Y así, dice Caggiani, se van generando movimientos: “Cambiás de lugar a los adultos, pero también cambiás de lugar a los gurises. De repente aquel gurí que tiene dificultad de integración en su grupo de pares, en una propuesta de verano, donde es el responsable de un grupo de niños más chicos, es otro gurí, y vuelve en marzo a la escuela y es diferente”.

La directora general del CEIP, Irupé Buzzetti, consideró este miércoles que los niños que participan en Verano Educativo “quedan enganchados y faltan menos”, y comentó que de las 290 escuelas Aprender, las de contexto socioeconómico más bajo, unas 90 tuvieron cero repetición en 2019. Desde el consejo evaluaron que el Verano Educativo es una de las variables que favorecen estos resultados. “Los maestros aprendieron que hay que descontracturarse, que se puede enseñar jugando, en una piscina, y que se enseña muchísimo en una experiencia de campamento”, opinó la directora general.

Abierto

Caggiani también mencionó que entre los 13.000 preinscriptos hay migrantes, incluso aquellos recién llegados, que todavía no tienen vínculo con la escuela pública, y también niños que cursan en colegios privados. Verano Educativo será hasta el 7 de febrero. El formato general abarca la mañana, aunque en Maldonado y Atlántida hay propuestas de tiempo extendido, algo vinculado con la zafra laboral en el área del turismo y con que se lograron “buenos acuerdos con las intendencias”, explicó el consejero.

Wilson Netto, presidente de la Administración Nacional de Educación Pública, valoró que la propuesta de Verano Educativo es, además de una “apoyatura importante desde el punto de vista educativo y de acompañamiento para los niños, un apoyo para sus familias”, y permite que unos 13.000 niños tengan en el verano actividades “a las que de otra manera no podrían acceder”.

Verano Educativo queda abierto, y quienes estén interesados pueden encontrar las escuelas participantes en la web del CEIP y llamar para anotar a los niños. Actualmente el consejo está relevando qué escuelas tienen sobredemanda y cuáles tienen cupos libres.

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