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Robert Silva en la presentación de la Transformación Educativa de la ANEP, este 29 de noviembre, en el Auditorio de Antel en la Torre de las Telecomunicaciones.

Foto: Alessandro Maradei

Transformación que impulsa la ANEP incluye reforma curricular, autonomía de comunidades educativas y definición de una “política nacional docente”

8 minutos de lectura
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Lacalle Pou respaldó la presentación de Robert Silva y respondió a sindicatos que la educación “estaba mal” y “la gente votó un cambio”

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Leído por Andrés Alba.
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Las primeras líneas de la transformación tomaron estado público a través de notas de prensa. Primero se conoció la intención de realizar una reforma curricular en todo el sistema educativo, pero ese es sólo uno de los ejes que impulsa la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). Este lunes, en la Torre de las Telecomunicaciones de Antel, el presidente del Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP, Robert Silva, explicó el alcance de los cambios que impulsa el organismo, que espera que vayan más allá de una reforma e impliquen una verdadera transformación del sistema.

Después de presentar a grupos especialmente invitados de docentes y estudiantes que mostraron distintas “innovaciones” que están llevando a la práctica, el jerarca mostró datos de la realidad que se pretende cambiar. En particular, habló de que en 2018 sólo 51% de los adolescentes de 16 años asistían sin rezago a un centro educativo y 15% ya estaba fuera del sistema; también de que a los 19 años sólo 36% había egresado de la educación obligatoria y que 42% se desvinculó de los estudios. Además, mostró cifras que muestran el desigual desempeño en el sistema de quienes pertenecen a distintos niveles socioeconómicos. En concreto, datos del Instituto Nacional de Evaluación Educativa hablan de que 27% de quienes tienen un nivel bajo de ingresos en sus hogares cursa sin rezago, porcentaje que sube a 74% en los niveles altos. Algo similar ocurre con el egreso de la educación media, que logra 18% de quienes están en el quintil 1, porcentaje que va en aumento hasta llegar a 82% en el quintil de mayores ingresos.

Según Silva, la educación debe ser un “motor generador de oportunidades personales” y también en relación al desarrollo productivo del país. En particular, mencionó que “juega un rol estratégico en aumentar el producto interno bruto, en generar más productividad y más posibilidades de trabajo”. En suma, dijo que la educación debe “generar el desarrollo humano necesario que un país democrático tiene que tener, con posibilidades cognitivas, emocionales, físicas y ciudadanas a plenitud” en los integrantes de la sociedad. Además, planteó que no debe haber temor a “hablar de resultados” en educación, que, según valoró, deben ser mejores.

Por eso, para el presidente del Codicen se debe cambiar el currículo y, de esa forma, “analizar las cuestiones vinculadas a la motivación de los estudiantes”, pero también aspectos pedagógicos “del enseñar y el aprender” y los formatos organizacionales. Según explicó, el sistema debe “preparar a los estudiantes para que tengan el deseo de aprender”, para “que no decaigan” y “sean persistentes”. Además, entendió que deben estar preparados para “dialogar con el cambio, que es lo único permanente y seguro que esta sociedad del conocimiento tiene”.

Patas de la transformación

Si bien no profundizó en aspectos concretos de cada una de las áreas, Silva habló de las tres principales patas de la transformación educativa que impulsa la ANEP, pero en constante diálogo con el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), el Plan Ceibal y otras instituciones educativas, como la Universidad de la República (Udelar), según dijo. El jerarca comenzó por la más conocida, la transformación curricular, que incluye la elaboración de un marco curricular, perfiles de egreso, progresiones de aprendizaje, además de planes y programas flexibles, “pertinentes” y “que motiven” a los jóvenes. Además, en ese marco mencionó que es necesario “cambiar la evaluación” de los cursos, de lo que también debe hablarse “sin temor”.

En segundo lugar, habló de la elaboración de una “política nacional docente” para que el país acceda a “los mejores profesores y maestras”, ya que “el techo de calidad de un sistema educativo está en la calidad de los docentes”. Según valoró, “no podemos permitir que continúe en el tiempo la situación que hoy tenemos, con un plan de formación docente que no atiende las realidades en áreas como lenguajes, tecnología o inclusión educativa, para salir de un sistema tan homogéneo e ir a un sistema personalizado”. Silva sostuvo que ello debe ocurrir con formación de grado universitaria, para cuya concreción la ANEP trabaja “coordinadamente con el MEC”. Además, mencionó que ello debe estar ligado a “un cambio en la carrera” docente, que implica a las condiciones laborales. En concreto, adelantó que la carrera irá “más allá de la antigüedad” y premiará “a los buenos docentes, que son la enorme mayoría”.

El presidente del Codicen también habló de la necesidad de trabajar en pos de una mayor autonomía de los centros educativos, ya que no se puede “seguir teniendo un sistema que lo mira todo desde Montevideo”. “Hay que fortalecer a las comunidades educativas, darles herramientas y recursos”, señaló.

Formas de cambiar

La forma en que la transformación se procesa también ha sido parte del debate público en los últimos meses. Pese a que desde la ANEP han asegurado que todos los actores serán consultados, los sindicatos de la educación han planteado reiteradamente su disconformidad porque no han sido invitados a ninguna de las instancias que se han organizado de cara a la transformación curricular, y también por la falta de consulta a las Asambleas Técnico Docentes (ATD), excepto la de Primaria, que fue convocada para discutir el punto la semana pasada.

De hecho, ni la Coordinadora de los Sindicatos de la Enseñanza del Uruguay ni ninguno de los gremios que la integran fueron invitados a la presentación realizada este lunes. Según supo la diaria, la secretaria general del PIT-CNT y de la Federación Uruguaya de Magisterio, Elbia Pereira, le transmitió su malestar a Silva al respecto, ya que sólo fue cursada una invitación a la central sindical.

En rueda de prensa, Silva señaló que a la presentación asistieron representantes “de distintos ámbitos”, entre ellos el sindical, y que desde la ANEP se trabaja “en procura del diálogo”, pero “sabiendo el lugar que ocupa cada uno”. “Podemos no estar de acuerdo con algunas decisiones, pero la responsabilidad de conducción del gobierno de la educación la tenemos nosotros”, planteó, y agregó: “Hay que dialogar, pero hay que resolver, que es lo que el país precisa”. El jerarca pidió apoyo de la ciudadanía para procesar los cambios, que, según dijo, deben estar a la altura de transformaciones como la reforma vareliana o la creación de liceos departamentales durante el primer batllismo.

El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, estuvo en primera fila y horas más tarde, en la inauguración de una residencia estudiantil de la Udelar en Tacuarembó, respaldó la política de transformación de la ANEP. El mandatario señaló que “la educación en Uruguay estaba mal” antes de llegar al gobierno y que “la gente votó un cambio”. “Nosotros no pedimos que se comparta todo, por supuesto, pero seguro hay otra orientación”, dijo, y afirmó que comparte la exposición que realizó Silva. Según valoró, dichos cambios son necesarios “por los malos resultados” que hay “desde hace bastante tiempo” y porque el siglo XXI “requiere avanzar para no quedarnos atrás”.

Reforma en marcha

Silva planteó que la transformación ya está en marcha y mencionó alguna de las principales acciones emprendidas por la ANEP en ese sentido. Por ejemplo, habló de la instalación de los centros María Espínola, que funcionan en la educación media, tanto en UTU como en Secundaria, y dijo que se espera llegar a contar con 30 en todo el país. Según resumió, estos centros cuentan con docentes efectivos para que se asienten en cada territorio y con equipos directivos formados especialmente para tratar con poblaciones que cuentan con distintas vulnerabilidades socioeconómicas.

Además, contó que en dichos centros se ofrecen tres comidas diarias y se trabaja a partir de la articulación entre distintas disciplinas, con coordinación de actividades recreativas y con docentes de tecnología que trabajan articuladamente con el Plan Ceibal. Según estimó, en 2022 se alcanzará a unos 5.000 estudiantes en todo el país con esta modalidad, que también se aplica en centros rurales.

Además, Silva mencionó la creación del plan focalizado Luisa Luisi, que comenzó este año para atender y reforzar aprendizajes en matemática, lengua y referidos a aspectos socioemocionales en los contextos más vulnerables.

En relación con los cambios más estructurales, Silva espera que la transformación curricular comience a dar sus primeros pasos en 2022, cuando se prevé su aplicación en forma piloto. En las próximas semanas, la ANEP enviará a las ATD los perfiles de egreso, las competencias que se aspira que logren los estudiantes en cada tramo y un borrador de la reforma. Por su parte, Silva indicó que se espera que los grandes cambios para la formación docente se concreten en 2023 y que en el inicio de ese año ya estén operativas la mayoría de las transformaciones, como la concreción de una mayor estabilidad de los docentes en los centros educativos.

Reclamos de Afutu

La Asociación de Funcionarios de UTU (Afutu) se concentró en la puerta de la Torre de las Telecomunicaciones en contra de lo que entiende que será un recorte en la cantidad de grupos para 2022 en la educación técnica. Desde el sindicato afirman que ello se da en el marco de un recorte presupuestal de 56 millones de dólares en toda la ANEP y también reclaman por el mantenimiento de los Centros Educativos Comunitarios (CEC). Al respecto, Silva dijo que la ANEP cuenta con 80.000 millones de pesos anuales y se debe “optimizar su uso para dar respuesta eficaz y eficiente a las necesidades de la gente”.

El jerarca señaló que no se puede crear grupos “si no hay estudiantes” o si hay muy pocos en un mismo grado. Según agregó, cuando ello ocurre, se quita la posibilidad de contar con un grupo a quien lo necesita más y esas situaciones muchas veces están en “el interior profundo”. Silva explicó que en Secundaria la apertura de los grupos se realizó en diálogo con inspectores y los equipos directivos de los liceos, con base en “la evidencia que cada uno constata: la cantidad de estudiantes, proyección de matrícula, de promoción, de desvinculación”. “En UTU se ha hecho recorriendo el país y trabajando desde Planeamiento Educativo y Gestión. Acá hay mucho relato, muchas cosas que se dicen que lamentablemente pretenden sembrar el terreno con falsos relatos que quieren amedrentar la toma de decisiones y la necesaria transformación educativa”, dijo el jerarca, que acusó a los sindicatos de mentir.

Sobre los CEC, el presidente del Codicen dijo que son seis en todo el país, de los más de 200 centros que UTU gestiona. Además, señaló que no cerrarán, pero cambiarán su propuesta educativa al programa de Formación Profesional Básica, que desde el año que viene elevará su edad de ingreso a 14 años. Precisamente, desde Afutu entienden que los adolescentes de 12 y 13 años que asistían a los CEC no tendrán una propuesta acorde a sus necesidades dentro del sistema educativo.

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