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Gabriela Sarasúa y Natalia Cámara, el 1 de junio, en la puerta de la Torre Ejecutiva.

Foto: Federico Gutiérrez

“Sr. Presidente, la infancia pide relevo”, la carta de las familias de la escuela pública a Lacalle Pou

2 minutos de lectura
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La organización entregó una misiva en la que pide el retorno de la presencialidad y advierte de las graves consecuencias para la infancia y adolescencia si se mantiene la situación actual.

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Este martes representantes de la organización Familias Organizadas de la Escuela Pública (FOEP) entregaron en la Torre Ejecutiva una carta dirigida al presidente de la República, Luis Lacalle Pou, en la que solicitan que se revea la situación actual del cierre de las escuelas.

“Es claro que las escuelas no sólo no son lo primero en abrir, sino que no se hizo nada por controlar la pandemia cerrando otros sectores para proteger ese espacio que tiene la infancia para formarse y aportar a la sociedad y la economía del Uruguay del mañana. Sr. Presidente, la infancia pide relevo”, afirman.

Aseguran entender que la apertura de las escuelas acarrea una mayor movilidad, pero insisten en que “la infancia y la adolescencia no pueden seguir siendo la variable de ajuste en el control de la pandemia. Sabemos la movilidad que genera la apertura de las escuelas, pero no es una solución justa que permanezcan cerradas”.

Asimismo, con los datos de contagios actuales, señalan que cerrar las escuelas “no disminuyó los contagios”, por lo que se preguntan: “¿Hasta cuándo? Y hasta cuándo también las inconsistencias entre las medidas que se disponen. ¿Cómo se determina cerrar la educación sin cerrar también otros sectores y ramas de la actividad para que la reducción de la movilidad tenga un impacto significativo y disminuyan los contagios?”.

Recuerdan que “al día de hoy, hay más de 140.000 escolares sin fecha de retorno, para muchos la alimentación escolar no está garantizada, sigue habiendo grupos numerosos (que deben dividirse para entrar en los salones con el distanciamiento exigido, lo que produce que los alumnos no puedan ir a la escuela todos los días), y los recursos humanos y económicos que garantizarían mínimas condiciones de salubridad son insuficientes”.

Además, indican el respaldo académico que tiene su pedido. El Grupo Asesor Científico Honorario ha dicho que “la pérdida de presencialidad en la educación es una de las medidas cuyo daño es irreparable”. El último informe del Instituto Nacional de Evaluación Educativa plantea que “la pandemia por covid-19 influyó negativamente en los logros del sistema educativo”. También se expresaron en esta línea especialistas médicos como el departamento de Neonatología del Hospital de Clínicas, las clínicas pediátricas A, B y C de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República y la Sociedad Uruguaya de Pediatría.

En la carta le transmiten a Lacalle Pou ciertas alternativas que han planteado en el último tiempo, como la propuesta de adelantar las vacaciones de invierno y de primavera, para que queden juntas y cuando se retome ya no vuelva a haber cortes en la presencialidad. De todas formas, subrayan que esta medida sólo sería útil si “el gobierno adoptara otras medidas para reducir la movilidad, y de esa forma disminuir los contagios”.

Las familias cierran la carta preguntándole al presidente: “¿A qué se refieren desde el gobierno cuando hablan de priorizar a los más vulnerables, de la situación que viven niñas, niños y adolescentes? ¿A qué se refieren cuando repiten que “la escuela es lo primero en abrir y lo último en cerrar”?”.

En tanto, el viernes las Familias Organizadas de la Educación Media Pública, que reúne a familiares de estudiantes de liceos y UTU, consideró en un comunicado: “El cierre de los centros educativos ya ha dejado de ser una medida transitoria, y sabiendo que la pandemia no se revierte en unas pocas semanas, el panorama de cierre permanente resulta insostenible”. Añaden que “la movilidad general no se ha visto afectada en estos meses de lockdown estudiantil (10% según datos de la IM)”, por lo que “El cierre de los centros educativos no constituye un factor relevante en el control de la pandemia (esto también ha quedado demostrado en estudios comparativos internacionales informados por el GACH)”.

Entienden que estamos “ante una situación muy crítica, con pérdida de vinculación educativa de muchos adolescentes y con consecuencias de largo impacto en diversos órdenes”, y aseguran que es “necesario el retorno de los estudiantes a las instancias presenciales”. En el comunicado solicitan una reunión con las autoridades educativas y plantean medidas como incorporar medidores de la calidad del aire en los salones y más profesores para los grupos numerosos.

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