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Gabriel Oddone, Isaac Alfie, Nelson Cardoso Amaral, Gabriela Mordecki, Rodrigo Arim y Fernando Miranda en la sala Maggiolo.

Foto: Alessandro Maradei

El rediseño del Fondo de Solidaridad y un mayor vínculo con el sector privado fueron propuestos en una mesa redonda sobre financiamiento de universidades

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Los economistas Gabriel Oddone, Isaac Alfie y Gabriela Mordecki compartieron una instancia de intercambio sobre el tema con el rector de la Udelar.

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Leído por Mathías Buela.
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2024 tiene algunas particularidades para la Universidad de la República (Udelar). Además de que no habrá asignación de recursos presupuestales en la Rendición de Cuentas por ser un año electoral, la institución cumple 175 años y, en ese marco, organizará varias actividades. La primera de ellas fue una mesa para, justamente, discutir sobre mecanismos de financiamiento de universidades públicas, a partir de una iniciativa de la Facultad de Artes de la Udelar.

En la mesa redonda que tuvo lugar el jueves en la sala Maggiolo, el rector de la institución, Rodrigo Arim, habló de la relevancia política del tema y para ilustrarlo se refirió a la tasa de matriculación universitaria en otros países de la región y el mundo. Según dijo, dicha tasa viene creciendo 1% anual en el promedio mundial en los últimos 30 años, lo que ha llevado a modificar la histórica barrera que operaba en la mayoría de los países, donde la educación universitaria no llegaba a más de 20% de la población.

El rector sostuvo que, en la actualidad y en promedio, en los países desarrollados la tasa bruta de matriculación supera el 80%, a lo que se suma que, también en promedio, más del 50% de cada cohorte logra egresar. Según contrastó, en Uruguay la tasa de matriculación “roza el 20%” y, por tanto, se ubica “muy lejos” de los guarismos mencionados.

Por su parte, entre los países que han logrado un mayor avance en los últimos años nombró a los del sudeste asiático y en particular a Corea del Sur, que “está superando la tasa bruta de matriculación del 100% y una tasa de egreso del orden del 80%”. En otras palabras, Arim explicó que “la enorme mayoría de las generaciones jóvenes en el sudeste asiático hoy son egresados universitarios”, y vinculó ese crecimiento con el desarrollo económico que están experimentando esos países.

Arim volvió sobre el caso uruguayo y señaló que el principal problema está en el bajo egreso de la educación media que registra el país. Según mostró, de quienes egresan año a año de ese tramo, la educación terciaria y superior logra captar a más del 85%.

“El problema no es la captación de estudiantes universitarios, sino quiénes están egresando”, insistió y, en ese sentido, dijo que el sistema político debe preguntarse “qué instrumentos tiene Uruguay para asegurar el acceso y la permanencia en la educación terciaria superior” y “qué soporte de financiamiento tiene”.

Asimismo, en el inicio de la campaña electoral el rector de la Udelar marcó que un desafío de política pública que tiene el país es el de “construir herramientas que permitan dar previsibilidad para tomar decisiones”. “Si estamos sometidos a incertidumbres importantes desde el punto de vista del financiamiento, vamos a tomar decisiones y priorizar aspectos de la política institucional que sabemos que tienen resultados de corto plazo”, resumió.

El evento contó con las exposiciones de Nelson Cardoso Amaral, de Brasil, y de Gabriela Mordecki, de la Facultad de Ciencias Económicas y Administración de la Udelar. Cardoso Amaral contó que, por mandato constitucional, actualmente su país está discutiendo un plan nacional de educación por los próximos diez años. Entre otros aspectos, se busca renovar el mandato de que la inversión en educación alcance al 10% del producto interno bruto (PIB), meta que no se logró en la ejecución del plan anterior, ya que actualmente la inversión se ubica en 5,1% del PIB.

El docente habló sobre varias propuestas que se busca incorporar en el plan, como elevar la carga tributaria, postergar el pago de intereses de la deuda y disminuir los recursos públicos que se destinan al sector privado, entre otras.

Por su parte, Mordecki mostró varios datos que muestran la relación directa entre la inversión en investigación y el acceso a la educación superior con el PIB per cápita, indicador que consideró “una forma un poco lineal de estimar el desarrollo relativo de un país”. Aseguró que, según los registros, que hablan de una inversión inferior al 0,5% del PIB en investigación y desarrollo, se encuentra “a nivel del África subsahariana” en ese plano.

En concreto, habló de algunos problemas, como el acceso a becas de posgrado, ya que en las distintas convocatorias quedan muchos estudiantes sin poder ser atendidos. Al respecto, agregó que quienes egresan de los doctorados muchas veces no tienen dónde insertarse profesionalmente, por lo que se terminan yendo al extranjero. Mordecki consideró que ello es especialmente problemático porque “los pocos recursos que tenemos los usamos para financiar el desarrollo de otros países”.

El vínculo con el sector privado

En su rol de comentaristas, los economistas y docentes de la Udelar Isaac Alfie y Gabriel Oddone analizaron los distintos instrumentos de financiamiento con los que cuenta la institución y avizoraron posibles alternativas de futuro. A su turno, Alfie, exministro de Economía y Finanzas y exdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, coincidió en que la baja culminación de la educación media es un “nudo gordiano” que enfrenta el país.

“Tenemos un problema de cantidad, y si a eso le sumamos la calidad, tenemos un problema muy grande. No hay forma de levantar esto si no se hacen determinadas cosas muy especializadas o muy centradas en una tarea cuerpo a cuerpo, donde tenemos que pensar que la sociedad civil y el sector privado tienen mucho para aportarnos en ese trato. Nosotros hacemos escuelas, hacemos liceos, y los alumnos van y después se pierden, lo hemos visto”, aseguró Alfie.

Precisamente, se refirió a la necesidad de una mayor sinergia entre el campo científico y el mercado, para lo que retomó el ejemplo de Corea del Sur. Si bien Mordecki luego acotó que en ese país inicialmente se efectuó una importante inversión del Estado en educación, Alfie valoró una política que se implementa desde los primeros años de este siglo y contribuyó de manera directa en su nivel de desarrollo. Según resumió, lo que se hizo fue “meter a la innovación en el medio de la investigación y obtener recursos a partir de que la innovación le genera productos que se validan en el mercado, y con eso también se autofinancian”.

Según valoró el exjerarca, si en Uruguay se logra implementar algún mecanismo parecido, “los investigadores van a aparecer solos”, porque tendrán “incentivos correctos para quedarse” en el país. De todas formas, aseguró que para ello es necesario “empezar a pensar en una institucionalidad distinta”.

En tanto, Oddone se mostró de acuerdo con esa iniciativa y consideró que en una economía estable como la uruguaya, algunos recursos del sector privado pueden empezar a ser parte del presupuesto universitario. No obstante, aseguró que es necesario “vincular más la investigación, la innovación, el desarrollo de tecnología con el mundo de los negocios”, y aseguró que para ello es imperioso que el Parlamento apruebe el proyecto de ley de patentes que actualmente tiene a estudio y ya se descartó en la legislatura pasada.

Oddone puso el ejemplo del Institut Pasteur, que recientemente apostó por inversiones privadas de capitales nacionales que, a su vez, apostaron por el desarrollo de investigaciones del centro. Sin embargo, Arim planteó que la Udelar experimenta importantes restricciones para manejar recursos que ingresan por otras vías que no sean el presupuesto que proviene del Estado y, en particular, para que esos fondos no pierdan valor a causa de la inflación.

Por su parte, Mordecki señaló que el país debería revisar el destino de las exoneraciones fiscales que se realizan en favor del sector privado, con lo que Alfie estuvo de acuerdo. Según entendió, muchas veces se desgrava “al capital de una manera general y con contraprestaciones o condiciones que no tienen un gran agregado de valor”, punto que debería ser clave para valorar ese tipo de exoneraciones.

Fondo de Solidaridad

Otro de los temas que estuvo en discusión fue el Fondo de Solidaridad y, en especial, el adicional que pagan los egresados de carreras más largas, que se destina a la Udelar y que el año pasado el Parlamento redujo a la mitad. Alfie consideró ese mecanismo injusto, principalmente porque se aplica a quienes hacen el esfuerzo de finalizar sus respectivas carreras –a quienes definió como “los que mejor usan los recursos públicos para beneficio de la sociedad”–, pero quienes se inscriben en la Udelar y no la terminan “no pagan nada”.

A propósito, Oddone dijo que es necesario que Uruguay rediscuta el diseño del Fondo de Solidaridad. Por ejemplo, que se debata sobre si el mejor criterio para definir el pago es la duración de las carreras. Si bien no está de acuerdo con que el Fondo se pague en función de los ingresos de cada egresado, aseguró que un camino alternativo podría ser que su monto se fije en función de los ingresos promedio de cada profesión.

Oddone, cuyo nombre se maneja como un eventual ministro de Economía de un gobierno encabezado por Yamandú Orsi, recordó que en su época de asistente académico de los rectores Jorge Brovetto y Rafael Guarga en principio no estaba en desacuerdo con el cobro de una matrícula universitaria. No obstante, recordó que lo convencieron a partir de indicadores que muestran que los ingresos de cualquier núcleo familiar mejoran con al menos un año de educación universitaria de uno de sus integrantes, y también con los datos que evidencian la correlación entre acceso a ese tramo de la educación y el crecimiento económico.

Sobre lo que puede ocurrir en un próximo gobierno, Oddone afirmó que la Udelar debe construir sus demandas a partir de evidencia y “no alcanza con tener razón”. En ese sentido, planteó que se debe tener presente que en las instancias presupuestales los gobernantes reciben a muchos grupos que entienden que sus demandas son las más importantes del país. “La Udelar, no digo que sea cualquiera, pero es uno de esos. No es el más importante. Hay que ir y convencer, que supone poner indicadores” sobre la mesa, señaló.

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