Ingresá

¿Qué opina del caso del ministro de Turismo Germán Cardoso?

1 minuto de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago
Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Pancho (criador de capitales): “Estaba visto. Se murió Jorge Larrañaga, el único ministro que defendía a la familia policial, y empezaron a enchastrar a uniformados. Y qué querés, si metieron a Luis Alberto Heber, un montevideano que nunca en su vida castró un ternero con los dientes. Al final, no todos entendíamos lo mismo cuando hablábamos de votar un cambio. Algunos queríamos más gobernantes que supieran disparar una escopeta, pero otra gente quería más cajetillas”.

Marito (repartidor de partes): “Yo lo banco a Cardoso, es una buena persona y me parece que las acusaciones que le hacen son puras estupideces. Si el tipo estuviera tan conchabado con el milico este, como dicen, le habría pedido que le meta tres tiros en la espalda a Francisco Sanabria, que lo hundió políticamente y seguro que además se le quedó con una buena plata. Es un tipo decente. Es más, si me lo cruzo por la calle trato de estafarlo o algo, porque seguro que no me hace nada”.

Dora (peluquera de peluches): “Me revienta que después anden diciendo que no existe la lucha de clases. Cardoso es un ministro cheto que conoce al número tres de la jefatura de Maldonado y lo llama para pedirle cosas. Yo tengo una peluquería en la Unión, al único uniformado que conozco es al guardia de seguridad del Ta-Ta, y para lo único que lo puedo llamar es para pedirle una receta de arroz con frijoles, porque es cubano. No, señor Julio María Sanguinetti, en esta república no somos todos iguales”.

¿Te interesa el humor de la diaria?
None
Suscribite
¿Te interesa el humor de la diaria?
Recibí el newsletter Humor en tu email.
Recibir
Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura