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Frontera Rivera - Livramento. (archivo, noviembre 2013)

Foto: Santiago Mazzarovich

Tres personas imputadas por homicidios en Rivera se fugaron de sus respectivos arrestos domiciliarios

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Los casos están relacionados con enfrentamientos entre facciones criminales; se presume que se fugaron a Brasil, de donde son oriundos y de donde no pueden ser extraditados.

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En Rivera van siete homicidios en lo que va del año, misma cantidad que en todo 2019. En 2020 hubo 16 homicidios y en 2021 fueron 17, siendo el departamento donde se registró el mayor aumento de homicidios de los últimos años.

Una de las principales hipótesis del aumento de la letalidad es el conflicto criminal asociado al narcotráfico y al enfrentamiento entre dos facciones que operan al sur de Brasil: Os Manos y Os Tauras. Gran parte de los homicidios fueron en el barrio Villa Sonia, un territorio en disputa por las bandas.

El 15 de enero hubo dos homicidios relacionados entre sí. En ambos se usaron armas de fuego. Un hombre fue asesinado en la vía pública y otro hombre, de 25 años y de origen brasileño, en una casilla cercana, ambos en Villa Sonia.

La Fiscalía Departamental de Rivera de 3° turno, representada por los fiscales adscritos Verónica López, Luis Gasamans y María Gago, logró la imputación de cinco personas por estos dos homicidios. El Juzgado Letrado de Rivera de 7° Turno fue quien estuvo a cargo del caso.

Todos fueron asistidos por defensa privada, a cargo de la abogada Fernanda Camps. Solo 5% de las personas que atraviesan procesos penales tienen defensa privada.

Un testigo relató que dos adolescentes, dos mujeres, y varios varones: dos de iniciales LSND y ADDSA, otro hombre cuyas iniciales no fueron comunicadas y otro que no fue identificado, llevaron por la fuerza a la víctima a la vivienda donde fue asesinado. Se escucharon gritos y disparos.

El hombre cuyas iniciales no fueron comunicadas se fue de la vivienda corriendo con el arma en la mano e ingresó a otra casilla vecina. Luego, dentro de la casilla donde estaba retenido el hombre se escucharon tres disparos más.

Cuando llegó la Policía, encontraron al hombre muerto con mucho sangrado y con varias heridas de bala, una de ellas en la cabeza.

Un adolescente de 17 años fue imputado como autor de un delito de homicidio muy especialmente agravado por la brutal ferocidad y se dispuso como medida cautelar su privación de libertad en el Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa) hasta el dictado de la sentencia definitiva. Otro adolescente fue imputado como coautor de un delito de homicidio muy especialmente agravado por la brutal ferocidad y también se dispuso en el Inisa hasta el dictado de la sentencia definitiva.

En el expediente se explica qué es la “brutal ferocidad” y por qué configura en este caso: “La brutal ferocidad no mira la forma de ejecución, sino el estímulo que impulsa al sujeto. Por regla general puede decirse que cuando los motivos no existen en absoluto, o cuando los expresados por el agente son incompatibles para la media de la comunidad, estamos en presencia de homicidios de brutal ferocidad”.

Las dos mujeres, ambas brasileñas de 19 y 21 años que vivían en Villa Sonia, también fueron imputadas el 18 de enero por un delito de homicidio muy especialmente agravado por la brutal ferocidad, en calidad de coautoras y se les impuso la medida cautelar de arresto domiciliario total por 180 días, mientras se continúa con la investigación de los hechos.

Por otro lado, JDSC, de nacionalidad brasileña, fue asesinado a unas cuadras del lugar en la vía pública. La Policía fue alertada sobre un vehículo que pasó por el lugar y efectuó varios disparos de arma de fuego. El hombre, que recibió cuatro impactos de bala, fue trasladado a un centro de salud, donde se constató su fallecimiento.

Testigos plantearon que el hombre venía corriendo a pie desde el barrio Villa Sonia. Era perseguido por un vehículo Ford Fiesta en el que iban dos personas que le dispararon. El auto fue abandonado y los dos ocupantes se fugaron a pie por un campo, siendo el destino el barrio Villa Sonia. Allí ingresaron a un domicilio. Minutos después llegó la Policía y la dueña de la vivienda les permitió ingresar. Uno de los hombres identificado como partícipe del hecho estaba escondido debajo de una cama. Atacó a un policía y fue reducido por la fuerza.

PND, de 21 años, fue imputado como autor de un delito de homicidio muy especialmente agravado por la brutal ferocidad. Se determinó como medida cautelar su prisión preventiva por 180 días, mientras continúa la investigación de cara a la acusación.

El primero de febrero, dos semanas después de ser imputadas, las dos mujeres brasileñas que cumplían arresto domiciliario total se fugaron.

La fuga se constató en uno de los controles diarios realizados por el Ministerio del Interior. La Policía notó que no estaban en sus casas y dio cuenta a la justicia, que emitió una requisitoria en territorio nacional. Se presume que se fugaron a Brasil. Este país no extradita a sus ciudadanos, por ende no se las puede detener y retornar a Uruguay.

El otro caso ocurrió cinco días después de estos homicidios, el 20 de enero, un hombre de 18 años fue asesinado. Fue el quinto homicidio en el departamento. También se presume que el asesinato tiene vínculo con el enfrentamiento entre facciones criminales. El cuerpo fue encontrado en un campo lindero a un taller mecánico ubicado en la avenida Líbano.

El presunto responsable se fugó a Brasil y la Jefatura de Policía de Rivera montó un operativo para capturarlo si pisaba territorio uruguayo. Así lo hizo y fue detenido. El hombre, de 24 años, fue imputado como coautor de un delito de homicidio agravado por haberse cometido con arma de fuego. Por 180 días y a la espera del juicio oral, se dispuso su arresto domiciliario total. Se establecieron controles diarios y aleatorios por parte de la Jefatura de Policía de Rivera y la prohibición de comunicación personal o mediante otra persona hacia cualquier testigo que pueda declarar en el juicio. El 14 de febrero se fugó a Brasil.

Además de la investigación acerca de los siete homicidios en Rivera, se analiza la vinculación de varias de estas personas en el doble homicidio de una pareja que, si bien fueron hallados en un auto prendido fuego en Santana do Livramento, a pocos kilómetros de la frontera, vivían en Rivera. También son investigados por la desaparición del hijo de cinco años de la pareja que fue encontrado en Canelones tras haber sido retenido más de un mes. Se presume que el grupo criminal, luego de matar a la pareja, se quedó con el niño “como un trofeo”.

Testigos señalaron que el niño ya estaba retenido en la casa de los responsables de su desaparición desde antes de que sus padres fueran asesinados. Para dar con su paradero indagaron al hombre que está en prisión preventiva por el homicidio ocurrido el 15 de enero y a otro hombre que también está privado de libertad.

Una mujer entregó al niño tras ver la búsqueda pública. Inicialmente dijo que su pareja está privada de libertad en la Unidad 12 Cerro Carancho, cárcel de Rivera, y que otra mujer a la que conoció en una visita porque es pareja de otro preso le había pedido que cuide el niño. La mujer declaró ante la Fiscalía de Rivera y, como sus versiones fueron contradictorias, la fiscal Alejandra Domínguez resolvió su detención y que pase de ser testigo a indagada.

La mujer, de 28 años y sin antecedentes penales, fue imputada por un delito de sustracción o retención de personas menores de edad, del poder de sus padres, tutores o curadores.

La Fiscalía solicitó que sea enviada a prisión preventiva como medida cautelar mientras continúa la investigación de cara al juicio oral. Pero, el juez actuante le dio arresto domiciliario total.

La otra mujer involucrada en los hechos, que retuvo al niño antes de que mataran a sus padres y luego se lo entregó a la mujer que lo mantuvo más de un mes en su casa, fue imputada por los mismos delitos. A ella le dieron prisión preventiva por 90 días o mientras dure la investigación.

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