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Foto: Norberto Duarte, AFP

El uruguayo Sebastián Marset es requerido por Paraguay por lavado de dinero a través de clubes de fútbol e iglesias

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En Uruguay también es investigado por la amenaza a la fiscal Mónica Ferrero; “es probable que el modelo de lavado a través de clubes deportivos haya sido traído de Uruguay”, dicen en la secretaría antidrogas de Paraguay.

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Leído por Andrés Alba.
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La operación A Ultranza, realizada por la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay (Senad), develó el poderío del uruguayo Sebastián Marset, un joven de 31 años, asociado al Primer Cartel Uruguayo y jefe de una organización criminal en Paraguay dedicada al narcotráfico y al lavado de activos.

En el operativo, que implicó 107 allanamientos, se incautaron bienes por más de 100 millones de dólares, entre ellos 98 inmuebles, 28 vehículos, diez avionetas, un helicóptero, 12 carretas, 41 tractores, 48 motos y siete embarcaciones.

La semana pasada el semanario Búsqueda informó que la cancillería le otorgó a Marset un pasaporte uruguayo que le habría permitido obtener la libertad en Dubái, ciudad de Emiratos Árabes Unidos, donde permanecía detenido desde setiembre por portar un pasaporte paraguayo falso. Ahora se encuentra prófugo de la Justicia paraguaya y es investigado en varias causas en Uruguay, aunque no está requerido por la Justicia uruguaya.

El vocero del Senad, Francisco Ayala, informó a la diaria que la operación A Ultranza se inició en noviembre 2019, en un trabajo conjunto con la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) y la Dirección General de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas de Uruguay (DGRTID), para conocer la organización responsable de “continuados casos de contenedores que llegaban a diferentes puntos de Europa y África con cargamentos de cocaína”, todos provenientes de Paraguay.

Ayala señaló que se identificó a Marset como uno de los dos jefes de la organización, junto al ciudadano paraguayo Miguel Ángel Insfrán. “Tanto Marset como Insfrán son las cabezas de la organización que venía operando aparentemente desde 2017”, expresó. Además destacó que los dos líderes intervenían en todo el proceso, desde el contacto con los productores bolivianos, la llegada de la droga a Paraguay, el ocultamiento de la droga y la preparación a través de empresas paraguayas para el envío de contenedores a Europa, así como todo el mecanismo de lavado a través de clubes de fútbol e iglesias.

Según informó Ayala, en Uruguay se está investigando a tres familiares de Marset, que además de tener un nivel de vida que no pueden justificar habrían operado para contribuir logísticamente con los cargamentos de cocaína que pasaban por el puerto de Montevideo.

“Se puede haber dado que alguna de las cargas se haya contaminado en Uruguay”, señaló el vocero del Senad, quien agregó que el puerto brasileño de Santos también era parte de la logística que utilizaba la organización.

Ayala informó que Paraguay busca profundizar en la indagatoria sobre sus vínculos con la organización identificada como PCU, que firmó la amenaza contra la fiscal Mónica Ferrero y por la que fue condenado el hijo del contratista de fútbol Gerardo Arias. “Los líderes son Marset e Insfrán, pero también hay indicios que apuntan a la organización PCU; no sabemos cuáles son los vínculos, pero hay elementos de Inteligencia que nos indican que es parte del PCU o al menos tiene un vínculo”.

Marset es investigado por lavar dinero a través de dos clubes paraguayos, Rubio Ñu y Deportivo Capiatá, donde se dio el gusto de vestir la 10 cuando el club estaba en la segunda división. Ayala señaló que se están investigando otros clubes de fútbol que podrían estar vinculados al lavado a través de familiares de Marset. “El sistema era que empresas creadas por su organización auspicien a estos clubes y así iban inyectando el dinero sucio (...) es probable que el modelo de lavado a través de clubes deportivos haya sido traído de Uruguay y se esté replicando en Paraguay”, afirmó.

Otro de los sectores en los que invertía el dinero proveniente del narcotráfico eran las instituciones religiosas, principalmente una iglesia llamada Centro de Avivamiento, que operaba en varias ciudades paraguayas. “La congregación tenía unas iglesias majestuosas y lanzaba eventos multitudinarios y nadie entendía de dónde salía la plata”, comentó Ayala.

El subjefe de Interpol Paraguay, Victor Flores, dijo a la diaria que es prioridad para Paraguay detener al uruguayo y señaló que se está trabajando en coordinación con todos los países en los que operó la organización. Consultado sobre la eventualidad de que otros países lo requieran, Flores señaló que, apenas sea detenido, la Justicia paraguaya activará el pedido de extradición para que sea juzgado allá y el país requerido resolverá.

La primera vez que la Policía paraguaya tuvo noticias de Marset fue en octubre de 2013, cuando una investigación coordinada entre la Unidad de Investigación del Senad y la DGRTID de Uruguay reveló que el uruguayo era el destinatario de la droga que transportaba el tío del expresidente Horacio Cartes, conocido como Papacho, en una avioneta incautada el 29 de julio de 2012.

Marset fue condenado en Uruguay por la jueza Adriana de los Santos como coautor de tres delitos de tráfico de estupefacientes en modalidad de organización, tras la incautación de 170 kilos de marihuana. Tras cumplir condena, el uruguayo se dedicó a realizar contactos en Bolivia y Paraguay y al mismo tiempo cultivar un perfil como productor de espectáculos y hombre de la farándula paraguaya.

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