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Guardia Republicana disparó con armas de fuego a un hincha de Nacional

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El 14 de mayo Federico recibió dos disparos que le fracturaron la tibia y el peroné; desde Serpaj y el colectivo Bolso Antifascista denuncian el carácter “reiterativo” de estas situaciones.

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Leído por Mathías Buela.
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“Vení, me quebraron no sé qué onda, me la dieron”. El mensaje llegó a las 02.44 al celular de Germán. Era el número de su hermano, quien diez minutos antes le había avisado que el ambiente estaba espeso en la avenida 8 de Octubre. Hacía dos horas que el Club Nacional de Football tenía 124 años y una bala de la Guardia Republicana ya le había dejado una fractura expuesta en la pierna a Federico, de 21 años.

La noche empezó tranquila. Algo para tomar, algún porro, esperar la llegada del domingo 14 de mayo en la sede entre el olor de la pirotecnia mezclado con las luces de las bengalas para, luego de la medianoche, respetar la consigna: no meterse mucho en el tumulto, porque estos festejos suelen tensar la situación con la Policía. Así se lo advirtió Germán a su hermano cuando se encontraron en la sede, y se lo repitió más tarde en un supermercado 24 horas de avenida Italia y Centenario.

Su hermano menor lo escuchó e intentó no entrar en la masa. Esta, sin embargo, le hizo perder a sus amigos. Optó entonces por seguir a la gente que avanzaba por 8 de Octubre hasta que, al llegar al cruce con la calle Pedro Olmida, se escucharon estruendos que ya no eran detonaciones de pirotecnia aisladas, pasadas de hora. Eran tiros. Y venían desde atrás.

Le avisó a su hermano que la cosa se había complicado e intentó refugiarse en la entrada de un edificio sobre Pedro Olmida. No alcanzó a llegar cuando sintió el estruendo y un dolor paralizante en el costado de la pierna derecha, en la parte baja de la tibia, que lo hizo caer sobre la escalera de la entrada. Intentó pararse y se dio cuenta de que no podía apoyar el pie derecho. Se impulsó con las manos hacia atrás y sintió otro disparo, que cree le dio “en el champión”, según contó en el relato que escribió para ordenar los hechos y hacer la denuncia.

Sin parar de sangrar, se colocó contra una pared y levantó las manos para pedir ayuda. Efectivos de la Guardia Republicana lo tomaron y lo lanzaron al interior de un camión junto con otro hincha, también detenido. Al notar que Federico no paraba de sangrar y tenía la pierna doblada en una forma irregular lo bajaron y lo llevaron a otro camión entre “golpes en la otra pierna y espalda”. Mediante amenazas, tuvo que apagar su celular.

A las 03.20 Germán volvió a tener noticias. Una foto de pequeños charcos de sangre en el piso de un hospital y el aviso de su hermano de que lo habían ingresado en el Instituto Nacional de Ortopedia y Traumatología (INOT). Dos minutos después, un llamado del propio INOT para avisarle lo que ya sabía: que su hermano había ingresado herido, pero que no tenían más datos. La Policía al ingresarlo no firmó ni dio el nombre de ningún responsable, de acuerdo a Federico.

20 minutos después, Germán se presentó en el INOT, donde le dijeron que en una hora quizá podría ver a su hermano. En la sala de espera, mientras un auxiliar de limpieza limpiaba el camino de sangre dejado por su hermano, un agente de la Guardia Republicana se acercó a Germán, le preguntó si el herido era su hermano y le pidió los datos. Entendiendo que se trataba de un procedimiento para labrar un acta o algo por el estilo, Germán se los dio. Mientras se sentaba de nuevo, observó cómo quien le había pedido sus datos volvía a una ronda junto con otros cuatro compañeros.

Sobre las 05.00 llegó su padre junto a amigos de Federico. Germán se fue, y volvió una hora más tarde y pudo entrar a ver a su hermano. Desde la camilla, comenzó a contarle con un dejo de angustia todo lo que había atravesado esa noche; minutos después, ingresó al box una médica acompañada de un policía que se identificó como Rodríguez y de otro agente de la Guardia Republicana.

Rodríguez le pidió a Federico que le narrara todo de nuevo. Luego de hacerle las preguntas a Federico, los agentes se retiraron para volver una hora después. Ya eran las 08.05 cuando regresaron junto a dos policías de tránsito, que le hicieron dos espirometrías a Federico.

En el informe del Instituto Técnico Forense, al que accedió la diaria, se detectaron tres “hematomas en el dorso de la espalda” provocados por “munición no letal”, así como un raspón en la rodilla y una “herida con arma de fuego transfixiante en pierna derecha”. Esto permite inferir, entonces, que la munición utilizada contra Federico era letal.

Figurita repetida

La noticia comenzó a difundirse a través de redes sociales. Además, los hermanos recurrieron al asesoramiento del Servicio Paz y Justicia (Serpaj) para hacer la denuncia ante Fiscalía.

Quien tomó el caso fue el abogado Rodrigo Rey, parte del espacio de consulta, asesoramiento y acompañamiento sobre casos de violencia institucional en procedimientos policiales que tiene Serpaj. No es algo nuevo, estimó en diálogo con la diaria, sino que “a estas situaciones las hemos visto reiteradamente y hemos recibido siempre muchas denuncias” relacionadas a la violencia policial en festejos futbolísticos.

“La condición que genera una situación de lesiones graves como la que tiene Federico o la muerte atravesado por ese pincho del muro del hincha de Peñarol es algún procedimiento policial defectuoso”, aseguró Rey; estos procedimientos “defectuosos” basados en el “ejercicio de fuerza teatralizada en el fútbol” son “un signo de la gestión del Ministerio del Interior de este gobierno, también de los anteriores, pero en este es un signo marcado a fuego”.

De todas formas, más allá del delito claro de lesión grave por la fractura expuesta en tibia y peroné que sufrió Federico, la preocupación de sus abogados pasa por “lo que pasa dentro de los furgones, lo que pasa dentro de los patrulleros”.

“A Federico lo subieron brutalmente estando en una situación de fractura expuesta y lo golpearon dentro del furgón”, lo que es “otro delito”, en este caso, el previsto en el artículo 286 del Código Penal, el de abuso de autoridad contra alguien que ya se encuentra detenido.

Rey entendió que esta situación “obliga a una reflexión más amplia sobre la calidad del control democrático de la Policía y cómo la ley de urgente consideración [LUC] reinstaló simbólicamente todos estos delitos contra el agravio de la autoridad policial”.

Se refiere -entre otros- al delito de desacato, previsto en la LUC, ya que según el jurista la Policía intentó hacer en el caso de Federico lo que hace en otros parecidos: “Una investigación autónoma para construir la hipótesis de desacato”. Es decir, al reportar la situación, se “arma” la historia para “tratar de imputar delitos [como el desacato o el agravio] a quienes sufrieron los abusos policiales”.

Si bien desde la Guardia Republicana confirmaron a la diaria que están al tanto de la denuncia de Federico y de los hechos, prefirieron no dar declaraciones al respecto.

La represión “recae sobre el hincha”

Desde Nacional se comunicaron brevemente con Germán, le preguntaron por la situación de su hermano, y no mucho más. Quienes difundieron la historia fueron los integrantes de Bolso Antifascista, un colectivo surgido en 2019 para organizarse “en torno a las causas populares, luchando por causas que atañen a los hinchas de Nacional como hinchas y como parte del pueblo”, explicaron a la diaria integrantes de la organización, que prefirieron mantener el anonimato.

“Es una línea primordial de nuestro trabajo, denunciar la represión en la tribuna, pero también en la calle como trabajadores, estudiantes y gente común, es una constante”, explicaron. Además de acompañar a Germán y Federico como tarea principal en este momento, buscan “que se difunda el carácter sistémico y reiterativo de esto: todos los 14 de mayo pasa lo mismo”.

En los festejos en la sede, por ejemplo, “hay mucha policía y por otro lado están los hinchas” sin “ninguna mediación, no hay gente del club, ni seguridad, ni vallas, está la gente y están los policías”. Así, “el ambiente se empieza a poner espeso y los policías empiezan a avanzar y siempre suele haber represión”.

“Esto es una buena ocasión para que nos lo cuestionemos como hinchas y como institución. Así como le quebraron la pierna a Fede podría haber salido un tiro para otro lado”, y llamaron a saber “que esta represión no es menor, que sirva para evitar males mayores y futuros”, y siempre “recae sobre la gente de a pie, sobre el hincha”.

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