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Íngrid Betancourt y Gustavo Petro durante el primer debate de candidatos a la presidencia de Colombia, en el que participó también Federico Gutiérrez, el debate fue realizado por la revista Semana y el periódico El Tiempo, el lunes 14 de marzo en Bogotá.

Foto: Mauricio Dueñas Castañeda, Efe

Los candidatos que salieron fortalecidos de las elecciones del domingo en Colombia salen a buscar aliados

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Con proyectos opuestos, Petro y Fajardo intentan ampliar su base de votantes para mayo.

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Leído por Abril Mederos.
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En una primera medición de fuerza en las primarias y legislativas del domingo, emergieron dos ganadores entre los candidatos a la presidencia de Colombia. Uno fue el dirigente de izquierda Gustavo Petro, que obtuvo 80% de los 5,7 millones de votos que recibió su coalición, el Pacto Histórico. El otro fue el derechista Federico Gutiérrez, que logró 55% de apoyo de los 4,1 millones de votos que reunió la coalición Equipo por Colombia. Con esos resultados, los dos quedaron posicionados ante los votantes como opciones fuertes para las elecciones del 29 de mayo y para una probable segunda vuelta, el 19 de junio.

En tercer lugar quedó Sergio Fajardo, que se presenta como la opción de centro. Si bien fue el más votado de la coalición Centro Esperanza, su porcentaje de apoyo fue menor, 32%, y también lo fue la votación de esa alianza, que reunió 2,3 millones de votos.

Otros siete candidatos se postulaban por fuera de esas alianzas, pero el triunfo de Gutiérrez dejó por el camino dos candidaturas de derecha. Una es la del uribista Oscar Iván Zuluaga, que abandonó su postulación el lunes, y otra es la de Germán Vargas Lleras, el candidato de Cambio Radical y exvicepresidente del gobierno de Juan Manuel Santos. Cuando Zuluaga dejó la candidatura, algunos dirigentes dijeron que de todos modos el uribismo tenía un candidato en Gutiérrez. A su vez, Vargas Lleras, que se presentaba como candidato de Cambio Radical, renunció después de mantener contactos con integrantes del equipo de Gutiérrez.

No sólo el líder derechista busca construir alianzas. También sus rivales se proponen ampliar su espectro político y así también su base de votos. En esa búsqueda, tanto Gutiérrez como Petro miran al Partido Liberal, liderado por César Gaviria, que es la tercera fuerza en el Senado y la primera en la Cámara de Representantes, y no tiene un candidato propio ni tampoco anunció su respaldo a uno de los postulantes. Incluso se especula con que la vicepresidencia pueda ser una herramienta para negociar un pacto de ese tipo. En cualquier caso, en Colombia el cargo de vicepresidente no tiene la misma relevancia que en otros países. Quien lo ocupa se encarga de suplir al presidente cuando no puede ocupar sus funciones, y fuera de esos casos tiene las tareas que el primer mandatario le asigne.

Gutiérrez ya inició conversaciones con el Partido Conservador y el Centro Democrático de Zuluaga, que sintonizan con su propuesta. Pero también llamó a un “diálogo nacional” para acercar a otros eventuales apoyos. A su vez, Petro anunció: “Iniciaré ronda de conversaciones con todos los partidos políticos y organizaciones sociales de Colombia en vista de la configuración del gran Frente Amplio por la Democracia y la Paz”.

Visiones contrapuestas

En Petro y Gutiérrez los eventuales aliados pueden encontrar proyectos muy distintos. Un ejemplo es la política de seguridad que proponen uno y otro después de las protestas de 2020 y 2021, y la represión que siguió a esas manifestaciones. Para Petro, es necesaria una reforma para que la Policía se profesionalice y pase a depender del Ministerio del Interior, y no del de Defensa, tal como reclamaron los movimientos sociales y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Para Gutiérrez, en cambio, la Esmad, la cuestionada policía militarizada que reprimió aquellas protestas, debe seguir tal como está, con ciertos cambios. “La seguridad hay que garantizarla. Si a alguna zona tiene que llegar tropa para apoyar a la policía, pues que llegue un helicóptero con tropa, pero detrás deben llegar tres helicópteros con toda la agenda social”, dijo el candidato de derecha al diario colombiano El Espectador.

En cuanto a los grupos armados que operan en Colombia, Gutiérrez, que insiste en su lema “orden y oportunidad”, rechazó la posibilidad de negociar con disidencias de la guerrilla de las FARC o con el Ejército de Liberación Nacional y dijo a la revista Semana: “Hay que recuperar el orden, hay que poner las cosas al derecho, como son. Los bandidos en la cárcel o en una tumba, los colombianos en paz y con sus familias”.

Por su parte, Petro sostiene que hasta ahora hubo en Colombia “una seguridad para el Estado”, que “automáticamente genera un enemigo interno, en la ciudadanía”, y que evalúa resultados en función de números de “presos, muertos, bajas”. El líder de Pacto Histórico dijo al diario colombiano que propone “una seguridad para las personas, para la comunidad”, con énfasis en el respeto de los derechos humanos. Señala además que “muchos de los delitos de Colombia tienen que ver con el hambre, con la desigualdad social”, y “si no se actúa allí, no se disminuye el delito”. A diferencia de Gutiérrez, Petro está dispuesto a negociar una salida judicial para todas las organizaciones armadas que operan en el país.

Los dos candidatos coinciden en defender la eutanasia, pero exhiben algunas diferencias al hablar sobre aborto. Para Petro, “el objetivo a largo plazo debería ser una sociedad cero aborto”, pero para llegar a ese punto propone aumentar la educación sexual y no criminalizar la interrupción voluntaria del embarazo. A su vez, Gutiérrez afirma: “Yo soy una persona provida, pero no creo que las cárceles deban estar llenas de mujeres que en algún momento abortaron”. Aclara que respeta la actual legislación que despenaliza el aborto en casos de violación, malformación que impida la vida fuera del útero o ponga en riesgo la vida de la mujer.

En cuanto a la política frente a las drogas, Petro se manifestó a favor de la legalización del cannabis, y consideró que el cultivo de esa planta, que tiene diversos usos, puede ser “una oportunidad productiva para el campesinado, sobre todo en el sur del país”. En el caso de la cocaína, consideró que “hay que quitarle a los grupos mafiosos su control sobre la población” con medidas como facilitar el acceso a préstamos y procesos de reforma agraria para sustituir los cultivos. Gutiérrez, en cambio, está en contra de la legalización de las drogas y apuesta por el combate a organizaciones que la trafican y tratamiento médico para consumidores.

En materia de paridad de género, el candidato del Pacto Histórico propone crear un Ministerio de la Mujer que trabaje en esa materia. Además, Petro ha manifestado su voluntad de reconocer “la economía del cuidado como una forma de valorización” del trabajo de las mujeres, y de poner el foco en la igualdad salarial. Dijo además a El Espectador que “la mujer rural, por ejemplo, es la persona que debe recibir los títulos de propiedad de una reforma agraria respecto de la tierra. Y la mujer en la economía popular, en el caso urbano, debe ser depositaria del crédito, del saber, del espacio que permita su crecimiento productivo”. Por su parte, Gutiérrez dijo que prevé incentivos tributarios para que las mujeres que perdieron su empleo en la pandemia lo recuperen, y recordó que en su administración como alcalde de Medellín “más de 50% de los cargos directivos eran mujeres”.

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