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Julio Santucho y Estela de Carlotto, durante la conferencia de prensa en la ESMA, en Buenos Aires (28.07.2023).

Foto: Luis Robayo, AFP

Abuelas de Plaza de Mayo recuperó al nieto 133: “Nos buscamos, nos quisimos encontrar”, dijo su hermano

4 minutos de lectura
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Se trata del hijo de Cristina Navajas y Julio Santucho, el nieto de Nélida Navajas, referente de la organización.

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Este viernes Abuelas de Plaza de Mayo anunció la recuperación del nieto 133. Se trata del hijo de Cristina Navajas y Julio Santucho, nieto de Nélida Navajas, referente de la organización, que falleció en 2012, y hermano de Miguel Santucho, quien tomó la posta en el colectivo por su abuela.

“Mi primer pensamiento fue, y siempre va a ser, para mi mamá y mi abuela, que de alguna manera siguen viviendo en mí y en todas estas búsquedas. No estaría acá sin ellas. El hecho de haber podido encontrar a mi hermano me terminó de aclarar lo grande, fuerte, inmensamente valiosa que fue mi mamá en ese momento. Cómo pudo, aun después de que la despojaron de su hijo, seguir luchando, defendiendo la vida, y realmente me llena de un orgullo inconmensurable”, dijo Santucho en la conferencia de prensa.

También recordó a su abuela: “Una referente, no sólo para mí, sino para muchos y muchas en esta sociedad, como todas las abuelas. Empezaron tratadas como locas, negadas, y ella, aun sin tener la certeza del nacimiento de su nieto, sin saber si estaba buscando un nieto o una nieta, mantuvo, sostuvo en los peores momentos, esa búsqueda, y me transmitió esa certeza con la que yo pude continuar esa búsqueda”.

El nieto 133 se acercó a la organización de forma espontánea, según relataron. Fue anotado como hijo propio por un integrante de las Fuerzas de Seguridad y una enfermera el 24 de marzo de 1977. “Desde joven tuvo dudas de su identidad, fue criado como hijo único con una hermana 20 años mayor que ya no vivía con ellos. Fue ella que le confesó que no era hijo de quienes decían ser sus padres. En dos oportunidades se enfrentó con el apropiador para saber la verdad, pero el hombre sostuvo siempre ser su padre biológico”, agregaron.

En la conferencia de prensa contaron que tras juntar toda la información se acercó a Abuelas de Plaza de Mayo y luego ante la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad. Se realizó la investigación documental y en abril de este año se realizó un examen de ADN y se comparó con los datos del Banco Nacional de Datos Genéticos, que confirmó su verdadera identidad. La restitución fue el 26 de julio.

Ante la pregunta de la prensa, Santucho agregó que la información sobre la familia apropiadora se está manejando de forma reservada y que, con su hermano, tienen rasgos físicos similares. Detalló que el nieto 133 “desde el primer minuto expresó el deseo de conocernos. Nos estuvo buscando. Está contento, obviamente sorprendido por la magnitud de lo que encontró, creo que le va a llevar un poco de tiempo elaborar tanta información. Tengo una sensación de haber encontrado un ser luminoso, un ser realmente especial, y no tengo dudas de que vamos a estar juntos el resto de nuestra vida, porque nos buscamos, nos quisimos encontrar y realmente el abrazo que nos dimos es para siempre”.

También habló Julio Santucho. Recordó a quien fue su pareja y su “fortaleza” para dar a luz en esas condiciones. Aseguró que apenas se reencontró con sus hijos les dejó en claro que la desaparición de su madre y el exilio de su padre fue producto de la dictadura militar. Comentó que habló con su hijo recuperado, que hace unos cinco años es consciente de que fue apropiado, y aunque no tenía idea por dónde empezar la búsqueda se mantuvo en el camino. “El reconocimiento a este hijo recuperado, porque él hizo todo lo posible por recuperar su identidad”, subrayó.

“Creo que es una victoria de la democracia y una derrota de la dictadura, porque ellos nos quisieron quitar los hijos y los estamos recuperando”, finalizó.

La historia

Cristina y Julio militaban en el Partido Revolucionario de los Trabajadores y en el Ejército Revolucionario del Pueblo. Cristina fue desaparecida el 13 de julio de 1976, estando embarazada, tras un operativo en un departamento de la familia Santucho. En ese apartamento estaba su cuñada Manuela y otra militante; la Policía se llevó a las tres mujeres y dejó a los tres niños que estaban allí solos, hasta que una vecina llamó a Nélida, que los fue a buscar y los sacó del país, mientras empezaba la búsqueda de su hija.

Nélida no sabía del embarazo de Cristina, se enteró por una carta a Julio que aún no había sido mandada, porque estaba esperando la dirección, ya que había sido enviado a Europa por el partido, según relataron en la conferencia.

Las tres mujeres secuestradas estuvieron menos de un mes en el centro clandestino Automotores Orletti, “pero fueron torturadas con brutalidad, en especial Manuela y Cristina por pertenecer a la familia”, agregaron.

“El 13 de agosto fueron llevadas al centro clandestino Protobanco, donde permanecieron hasta el 28 de diciembre de 1976. Allí el testimonio de otra detenida confirma una vez más el embarazo de Cristina y su enorme fortaleza”, sostuvieron.

Según relataron, Nélida “hacía todos los trámites posibles, tocó contactos políticos, religiosos y militares, jamás consiguió nada por esa vía. Tampoco supo si buscaba un nieto o una nieta, sólo que debía haber nacido en febrero de 1977, pero nunca perdió las esperanzas. Se unió a las Abuelas de Plaza de Mayo y puso su inteligencia y rigurosidad al servicio de la búsqueda colectiva, recorrió el mundo cuando las abuelas buscaban un método científico que les permitiera identificar a sus nietos en ausencia de los padres, representó a nuestra asociación en innumerables encuentros nacionales e internacionales”.

En 1993 Miguel volvió a Argentina y en 1995 comenzó a militar junto a su abuela en la organización, en búsqueda de sus más de diez familiares desaparecidos, y fundó la Comisión Hermanos, que acompaña la búsqueda de Abuelas.

Los últimos dos nietos encontrados

En diciembre del año pasado la organización tuvo una semana de intensos anuncios, porque se restituyó la identidad del nieto 131 y del 132. El primero es un hombre de 44 años cuyos padres eran oriundos de la provincia de Mendoza. El nieto, cuyo nombre de pila no se dio a conocer, es hijo de Aldo Quevedo y Lucía Nadín, ambos militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo, quienes fueron secuestrados entre setiembre y octubre de 1977 en Buenos Aires, de acuerdo a lo que informó Página 12.

El nieto recuperado 132 se llama Juan José y es hijo de Mercedes del Valle Morales, desaparecida en 1976 en la provincia de Tucumán, al igual que un tío de Juan, Julio César Morales, y sus abuelos, José Ramón Morales y Toribia Romero, quienes también permanecen desaparecidos.

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