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2024: el imperio de la incertidumbre

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El mundo que deja el 2023 está marcado por situaciones complejas y acumuladas en pleno e incierto desarrollo, y de aún más difícil pronóstico de culminación.

La guerra en Ucrania, producto de la invasión rusa, se encuentra en una fase de estancamiento y su final no se vislumbra.

La guerra entre Hamas y el gobierno de Netanyahu evoluciona hacia una destrucción total de Gaza, y la actitud de Netanyahu parece dirigirse hacia una prolongación de la ocupación de la Franja, sin avizorarse una fecha de finalización.

Las posibilidades de extensión de ambos conflictos son reales.

A ello se suman situaciones de gran tensión en varios puntos del planeta que pueden transformarse en más conflictos armados.

El debilitamiento del derecho internacional y de la Organización de las Naciones Unidas es el más grave desde su creación.

La situación de la economía global es de extrema debilidad. Crecimientos muy bajos y un “magro” crecimiento de China (que el año que terminó apenas superó el 5%) auguran grandes dificultades para las economías en general y en particular para las del Sur Global.

El mundo que deja el 2023 está marcado por situaciones complejas y acumuladas en pleno e incierto desarrollo, y de aún más difícil pronóstico de culminación.

La crisis del “orden neoliberal”, tal como la diagnostica Gary Gerstle en su reciente libro Auge y caída del orden neoliberal, es considerada irreversible. Las formidables cifras de intervencionismo estatal en los mercados de Estados Unidos y las monumentales cifras de asignaciones presupuestales en materia armamentista en Europa y el propio Estados Unidos le están dando razón al autor del libro señalado.

El panorama coincide con un 2024 en el que tendrán lugar decenas de elecciones en el mundo. Entre ellas, elecciones como las de Estados Unidos, India y de la Unión Europea, para señalar algunas que serán determinantes del rumbo que adopten los nuevos gobiernos electos.

Si Donald Trump fuese candidato en Estados Unidos y ganase, el apoyo a Ucrania se pondría más que en tela de juicio. Su impacto en una Unión Europea agotada económicamente por el incremento de sus presupuestos militares pondría en otro nivel la situación de la guerra. Sin mencionar que a la propia Ucrania le correspondería por su calendario llevar a cabo elecciones.

Las presiones a las que están sometidos los regímenes democráticos se hará sentir seguramente en muchos resultados, para los que se especula que las opciones extremas se podrán ver favorecidas.

El carácter multipolar que está adquiriendo la escena global abre más dudas sobre los conflictos en curso. Esta multipolaridad se desarrolla en una etapa de transición hegemónica, con una carrera armamentista convencional y nuclear en la que se pueden ir agregando actores, algunos de significativa magnitud, como Irán.

Este año también confluye con un salto cualitativo del desarrollo de las aplicaciones de la inteligencia artificial, que superan ampliamente las consecuencias en el mundo del trabajo y abarcan diversas actividades, sobre todo su uso en la carrera armamentista.

La sumatoria de elementos que confluyen en este recién estrenado año determinan el fundamento del título.

Carlos Pita fue embajador de Uruguay en Chile, España y Estados Unidos.

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