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Águila de proa del acorazado alemán Graf Spee (archivo, febrero de 2006).

Foto: Iván Franco, EFE

Lacalle Pou dio marcha atrás a la decisión de transformar el águila del Graf Spee en una paloma de la paz

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“Hay una abrumadora mayoría que no comparte esta decisión, y si uno quiere generar paz, lo primero que tiene que hacer es generar unión, y esto no lo ha hecho”, dijo el mandatario el domingo.

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Leído por Andrés Alba.
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En rueda de prensa, el domingo, en Melo, el presidente, Luis Lacalle Pou, dijo que había hablado más temprano con el artista Pablo Atchugarry para comunicarle su decisión de “desistir de la idea” de transformar el águila del acorazado alemán Graf Spee en una paloma, como había anunciado el viernes. En la conferencia de prensa, que brindó en la Torre Ejecutiva, lo había acompañado el fundador del Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry (MACA), quien se encargaría de la transformación de la vieja pieza de bronce con forma de águila con una esvástica encontrada en la embarcación Graf Spee en 2006.

“Es una idea que tuvimos hace muchísimos años: un símbolo de violencia, de guerra, transformarlo en un símbolo de paz. Hace un par de años nos comunicamos con Pablo Atchugarry, que generosa y honorariamente aceptó. Ahora, en estas pocas horas que han pasado hay una abrumadora mayoría que no comparte esta decisión, y si uno quiere generar paz, lo primero que tiene que hacer es generar unión y esto no lo ha hecho”, sostuvo el mandatario este domingo. Si bien luego dijo que sigue “sosteniendo que es una buena idea”, agregó que “a un presidente le corresponde escuchar y representar”.

Por su parte, en un comunicado que emitió en las redes sociales del MACA, Atchugarry afirmó que comparte la decisión del mandatario. El artista dijo que “la paz ha sido siempre un eje central” en su vida y su obra porque “los seres humanos no hemos aprendido a convivir con ella y es así que las guerras y conflictos acompañan a la humanidad a lo largo de la historia, aun en la actualidad”. Recordó que en 2003 realizó “una instalación en mármol llamada Soñando la paz, cuando era “el tiempo de la guerra en Irak”, y sentía que “había que unir voces y conciencias para hacernos pensar en la paz”. Luego, dijo que “convencido de que la paz merece todos nuestros esfuerzos” fue que aceptó la idea de Lacalle Pou de “transformar un símbolo bélico y de horror en un símbolo de paz, de forma honoraria y sin costos para el Estado”.

Atchugarry ratificó que “esta iniciativa, cuya comunicación generó polémica en Uruguay, quedó definitivamente cancelada”, y apuntó que comparte la decisión “porque un símbolo de paz y de unión no puede nacer desde la discordia”. Por último, señaló que continuará “trabajando en la construcción de un símbolo de paz que nos ayude a acercarnos a ese ideal”.

Críticas y elogios

La iniciativa, desde el mismo momento de su anuncio, recibió sendas críticas, incluso dentro del oficialismo. El senador Guido Manini Ríos, líder de Cabildo Abierto, respondió a un comentario del comediante Diego Delgrossi, quien calificó la medida como un “desatino antihistórico, por no decir un disparate”. “Coincido”, dijo el senador en Twitter, y contó que en 2017 le propuso al entonces ministro de Defensa Jorge Menéndez que la pieza fuera agregada al museo del Graf Spee, en Sarandí del Yi.

Manini Ríos entiende que el águila “para nada promueve al nazismo” y que “constituiría un atractivo turístico que beneficiaría a esa localidad”. De hecho, antes de conocerse la decisión del presidente de dar marcha atrás a la medida, había anunciado que su fuerza política impulsaría “un proyecto de ley que impida la destrucción del águila del Graf Spee, y la creación de una Comisión integrada por especialistas para decidir sobre su destino”. El domingo, finalmente, calificó de “buena noticia” la resolución presidencial de dejar sin efecto la iniciativa.

Desde el Partido Colorado también había discrepancias con la resolución. “No estoy de acuerdo con la idea de fundir el águila del Graf Spee y convertirla en paloma. Uruguay es dueño del águila, pero no de la terrible historia que ella simboliza. Habría que donársela a Alemania, para que sean los alemanes quienes ajusten cuentas con su pasado”, había planteado, por su parte, el diputado Ope Pasquet. “Errar es humano, rectificar es de sabios”, escribió el domingo el legislador.

En el Partido Nacional, en tanto, el diputado Aldo Lamorte, quien además es artista plástico, también cuestionó la decisión, pero sin referirse a Lacalle Pou. Lamorte apuntó contra Atchugarry: “No comprendo al artista que acepta destruir una pieza como esta para realizar otra cosa, suena muy banal y de cierta frivolidad. No se destruye el coliseo romano porque ahí mataban a los cristianos”. Además, manifestó que no entiende cómo un artista “prestigioso como Atchugarry” pretende “destruir una pieza histórica para realizar una suya”. También destacó la rectificación del mandatario, este domingo, con una publicación en Twitter: “Que un presidente escuche a su pueblo es el mejor símbolo de paz”, escribió.

Sin embargo, el respaldo tras conocerse la marcha atrás no fue unánime, sino que surgieron cuestionamientos desde el seno del oficialismo: por ejemplo, la senadora nacionalista Graciela Bianchi le dirigió un mensaje en su cuenta de Twitter a Lacalle Pou: “Admiro tu capacidad de ESCUCHA, pero discrepo profundamente con la nueva decisión. Símbolos de totalitarismos recientes NO”, lanzó.

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