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Ruta 2, en Soriano (archivo, noviembre de 2016).

Foto: Ricardo Antúnez, adhocFOTOS

Transportistas de carga terrestre “preocupados” por instalación de radares y cambios en los límites de velocidad en rutas

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La Intergremial de Transporte Profesional de Carga Terrestre del Uruguay considera que si estas medidas enlentecen el tránsito tendrán múltiples impactos en el sector y, en consecuencia, en la productividad.

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Las asociaciones gremiales y cámaras empresariales que integran la Intergremial de Transporte Profesional de Carga Terrestre del Uruguay (ITCP) están “preocupadas” por la instalación de nuevos radares y los cambios en los límites de velocidad en rutas nacionales, anunciada por el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), “por varios motivos”, según expresó a la diaria el presidente de la ITCP, Ignacio Asumendi.

La principal preocupación de los transportistas es que estas medidas puedan enlentecer el tránsito en las rutas nacionales. Asumendi explicó que esto podría tener varios impactos, todos vinculados entre sí, como mayor carga horaria para los trabajadores, menor cantidad de traslados de mercadería por día y a un mayor costo, cambios en las condiciones de trabajo e, incluso, incremento de la informalidad.

Todo esto, aseguró, tiene un efecto directo sobre la productividad del sector de transporte de carga terrestre, que ya es “baja” por distintas “fallas en la cadena logística”, como demoras en los puntos de carga y descarga, entre otros, explicó el presidente de la ITCP, y afirmó que esto ocurre tanto en el sector público como en el privado. En ese contexto, manifestó que si, además de todo lo que ya ocurre, “vamos a demorar mucho más por razones artificiales”, eso, sin dudas, hundiría aún más la productividad del sector.

A su vez, en relación a los cambios en los límites de velocidad en algunos tramos de rutas nacionales, Asumendi planteó que comparten con algunos expertos la idea de que “no parece razonable que en una carretera que está pensada para ir más rápido se termine fijando una velocidad de 75km/h, que es lo que se utiliza a nivel de una avenida en una ciudad”.

Aunque el caso de la ruta Interbalnearia no afecta a los transportistas de carga terrestre, porque el transporte pesado no puede circular por allí, el presidente de la intergremial advirtió que “esa misma situación se puede dar en determinados tramos de Ruta 8 y Ruta 9” y afectar el tránsito “hacia fronteras y puntos de carga y descarga bastante importantes”. “Para mí [en el MTOP] van a terminar revisando el tema de la velocidad”, consideró.

Primero los resultados, después los reclamos

A pesar de estos planteos, la ITCP no tiene una opinión categórica a favor o en contra de la instalación de los radares y los cambios propuestos en los límites de velocidad. Los integrantes de la intergremial esperarán a “ver los resultados finales” para evaluar el impacto sobre el sector y si realmente estas medidas cumplen el objetivo de tener un impacto sobre la seguridad vial. El presidente de la intergremial dijo que “dado que hay voluntad aparente del MTOP de revisar” estas medidas en un “período razonable de un mes”, le parece prudente “darle ese crédito” y aguardar para hacer sus planteos. De todas formas, dejó claro que si “estudiaron mal” el tema, “se lo vamos a decir”.

La ITPC se reúne con las autoridades del ministerio en forma “permanente”, aseguró Asumendi, pero sobre este tema puntual aún no han tenido oportunidad de intercambiar. El presidente de la intergremial señaló que “seguramente” en la próxima reunión el tema estará sobre la mesa. “Nosotros lo que queremos es que la productividad de nuestro sector aumente, y si esto la afecta, va a estar el tema arriba de la mesa”.

Asumendi señaló que a los transportistas les preocupa mejorar la seguridad vial y reducir la cantidad de siniestros de tránsito, pero consideran que pueden aplicarse otras medidas con este objetivo. En ese sentido, dijo que en las rutas nacionales que cruzan centros poblados se pueden instalar “puentes levadizos” y “liberar la ruta para poder pasar rápidamente y que el cruce sea por otra vía”. “Creo que dada la magnitud de la obra vial que ha habido durante esta administración, que no se haya previsto eso, y que ahora se recurra a los radares, marca que no se previó el tema debidamente”, expresó.

Experto en seguridad vial: la instalación de más de 100 radares fue un “error”

Este miércoles el presidente del Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV), Arturo Borges, habló sobre este tema en entrevista con el programa Doble click , de Del Sol FM. Señaló que la instalación de más de 100 radares por parte del MTOP es un “error” y coincidió con la idea de que son para “recaudar”. A su vez, cuestionó la medida, porque, dijo, “pasamos de cero control a un control absoluto”, y opinó que es “un cambio para el cual no estamos preparados”.

Con relación a los límites de velocidad, Borges consideró que se “debería haber pensado de otro modo”. El experto aclaró que no discute “el valor de la velocidad inadecuada respecto de la muerte”, porque, “obviamente, a mayor velocidad, mayor posibilidad de morir”, y reconoció que por este motivo mueren más personas en siniestros de tránsito que por conducir bajo los efectos del alcohol. No obstante, remarcó que “no existe” ningún país que en una ruta “tenga una velocidad límite de 90 km/h o 100 km/h” y que además “tenga semáforos y en un tramo de 20 kilómetros cuatro radares”.

“Lo que se busca en la ruta es dar una prestación de que puedas ir en el menor tiempo posible de un lugar de origen a destino. En las entradas a las ciudades, uno siempre tiene que reducir un poco la velocidad, pero tampoco a 45 km/h”, expresó. Asimismo, dijo que “entre Parque del Plata y Maldonado la velocidad tiene que ser 110 km/h o 120 km/h en todas las zonas”. “Hay que llegar a una media de velocidad que esté estudiada”, remarcó Borges, y planteó que tiene el “mismo pensamiento” que la parte de la sociedad que dice que la instalación de los radares “es para recaudar”.

En ese sentido, Borges señaló que las medidas anunciadas por el MTOP deberían reevaluarse. “Los muertos y los tontos son los únicos que no cambian de manera de pensar. Y si tengo que corregir algo y lo reconozco, lo corrijo”. Ante el planteo de los periodistas de que estas acciones fueron determinadas por el MTOP con asesoramiento de equipos técnicos, el experto dijo que los asesores “también son seres humanos”, y si bien sostuvo que “nunca podría decir” que no están preparados en la materia, sí apuntó que “se hacen pruebas para ver cuál es la respuesta, y acá hubo un error”. “No puedo definir algo desde atrás de un escritorio si no hago ruta”, agregó.

Lo único que destacó el experto es que los radares van a estar debidamente anunciados 200 metros antes, y también se manifestó de acuerdo con que las multas sean graduales según el nivel de exceso de velocidad respecto al límite permitido, aunque también tuvo sus reparos en este sentido.

Si bien dijo que las multas “no son de las más caras”, al comparar con países de Europa aparecen diferencias importantes. A modo de ejemplo, mencionó que en Europa si se supera el límite de velocidad por 30 km/h “la multa es de 100 euros, pero si se paga dentro de los primeros 20 días, es 50 euros”. “Acá alguien que gane 30.000 pesos o 35.000, se pasó por 15 km/h con su autito que va a trabajar, se descuidó y le cobrás 9.000 pesos, no lo paga”, agregó.

En ese contexto, apuntó que en países como Estados Unidos, si las personas se presentan en Fiscalía y argumentan que no pueden abonar la multa, se les ofrece alternativas como “tareas comunitarias” o “hacer un curso” sobre seguridad vial, que a juicio del experto sería mucho más beneficioso para “concientizar a la gente”.

Durante la entrevista, Borges también fue consultado por las declaraciones del senador del Partido Nacional Sebastián da Silva, que en rueda de prensa este lunes confesó que no respeta los límites de velocidad. Al respecto, Borges dijo que, “desde el punto de vista técnico, es una barbaridad”. “Eso no se puede decir. Yo no puedo decirle a la gente que sea infractora. No puedo, yo tengo que respetar. Me pusieron un radar y yo tengo que respetarlo”. Consideró que no se puede “transmitir que me vale lo mismo una cosa que la otra”, porque “estamos hablando de vidas”.

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