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Álvaro Delgado, el 2 de mayo, durante la presentación de programa de gobierno.

Foto: Camilo dos Santos

Delgado propone reducir 15.000 funcionarios públicos en el próximo período y liberar la importación de combustibles

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El precandidato nacionalista presentó su programa de gobierno y sostuvo que “un segundo gobierno de coalición no va a ser continuismo, sino continuidad del rumbo, que es otra cosa”.

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Leído por Mathías Buela.
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Desde que el precandidato del Partido Nacional Álvaro Delgado lanzó su campaña en el Palacio Peñarol, a mediados de marzo, viene insistiendo con que impulsará “un segundo piso de transformaciones para convertir a Uruguay en el país más desarrollado de América Latina”, entendiendo como el primer piso lo hecho por el actual gobierno de coalición. Este jueves de noche, Delgado presentó su programa de gobierno, un documento de 170 páginas, dividido en siete capítulos.

El evento fue curioso para los estándares de la política tradicional uruguaya, porque tuvo lugar en un estacionamiento (el de la mutualista de la Asociación Española, en Palmar y Acevedo Díaz), para transmitir de la manera más literal posible la consigna de los pisos de transformaciones. Así las cosas, en el primer piso del estacionamiento, decorado especialmente para la ocasión, con colores alusivos a la campaña de Delgado, se transmitió un video repasando lo hecho por este gobierno.

Al rato, todos los presentes subieron caminando hacia el segundo piso del estacionamiento, en donde esperaban los coordinadores de los equipos técnicos de Delgado, y luego de un repaso del programa por parte del economista Agustín Iturralde, que encabezó los equipos, se dio paso al cierre, con un discurso de Delgado.

El evento contó con la mayor cantidad posible de dirigentes blancos por metro cuadrado, que se agrupaban formando una maraña de conversaciones espontáneas -en el primer piso-, sólo interrumpidas por los mozos que servían refrescos al mejor estilo cumpleaños de 15. El intendente de Durazno, Carmelo Vidalín, era uno de los más dicharacheros, así como el senador Juan Sartori, que hace pocas horas anunció que no será precandidato y se inclina por Delgado; por lo tanto, en este evento el empresario estrenó con su presencia física ese apoyo. Sartori se pasó saludando y sacándose selfies, con el mismo entusiasmo que suele desplegar cuando va al Parlamento.

Seguridad

Los refrescos iban y venían, ¿pero qué dice el programa? Entre los temas más relevantes está el de la seguridad, ubicado en el quinto capítulo, titulado “Un salto de convivencia”. En esa parte, como lo ha dicho Delgado en sus actos, se sostiene que “en este gobierno se quebró la tendencia al alza de los delitos, y más aún, por primera vez desde la vuelta de la democracia, bajaron las denuncias de delitos y faltas”. “El descenso ha sido muy significativo en hurtos, rapiñas y abigeatos”, se acota. En el documento se agrega que “el segundo gobierno de coalición debe dar un salto cualitativo en el abatimiento de los homicidios y en la lucha contra el crimen organizado para posicionarnos como una de las sociedades con mejor convivencia de la región”.

Como había adelantado cuando lanzó su campaña en el Palacio Peñarol, en el programa Delgado plantea la creación “del Grupo Especial Conjunto Contra el Crimen Organizado y el Narcotráfico, el cual estará integrado por funcionarios de todas las dependencias estatales con vinculación en la tarea investigativa, adaptando el Modelo Antimafia multifuerzas utilizado por Italia”. “El trabajo conjunto y coordinado, con elencos técnicos y profesionales estables permitirá la acumulación y procesamiento de información que mejore la capacidad de inteligencia preventiva y respuesta represiva en la persecución del crimen organizado, el narcotráfico y el lavado de activos”, se explica.

También plantea la unificación de los cometidos de la Secretaría Nacional para la Lucha contra el Lavado de Activos y el Financiamiento del Terrorismo (Senaclaf) y de la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF). “Dentro del mismo propósito, en el camino de mejora de las respuestas estatales contra el Lavado de Activos y a efectos de mejorar la capacidad de Inteligencia Financiera, se propone la centralización del manejo de información y contando con los recursos materiales y tecnológicos que permitan potenciar su eficacia”, se agrega en el documento.

Además, se propone la creación de un Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, que “permitirá concentrar la relación que la Fiscalía General de la Nación hoy tiene con el Poder Ejecutivo”. A su vez, el Instituto Nacional de Rehabilitación “pasaría paulatinamente a depender de este nuevo ministerio, priorizando la tarea rehabilitadora y permitiendo al Ministerio del Interior concentrarse en las tareas de prevención y represión del delito”.

“En la visión integral de la seguridad y la convivencia, la relación con otros subsistemas resulta crucial. En particular, se destaca la relación con la Fiscalía General de la Nación. En este sentido, la creación del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos absorbería la relación que hoy mantiene la Fiscalía con el Ministerio de Educación y Cultura”, se agrega. Además, se promoverá la creación de una Fiscalía en Ruralidad, “para el abordaje de los delitos vinculados a la ruralidad nacional”.

Economía

En el capítulo económico, que es el primero, titulado “Un salto de competitividad”, se asegura que “no se aumentarán los impuestos y se será responsable y transparente con el manejo de los recursos que los uruguayos vuelcan al fisco a través del pago de impuestos y otras contribuciones”.

Por lo tanto, en el documento se subraya que “el complemento necesario del compromiso de no aumentar impuestos es que resulta indispensable encontrar las oportunidades de ahorro y eficiencia de las finanzas públicas”. Con este objetivo se propone fusionar “organismos con fines similares o idénticos”, y reducir “la cantidad de empleados públicos a razón de 1% anual, lo que permitiría tener 15.000 vínculos laborales con el Estado menos al final del quinquenio”. “Simplificar procedimientos administrativos, así como la racionalización de la carga tributaria que reduzca gastos de cumplimiento y facilite la formalización de contribuyentes”, es otro de los planteos.

En el subcapítulo titulado “Reformas microeconómicas para un Uruguay más barato” se consigna, entre otras medidas, “implementar la libertad de importación de combustible y las medidas necesarias para que exista competencia con los derivados nacionales”. “Además, profundizar el trabajo en la distribución y comercialización de combustibles de forma de lograr una reducción del precio al público a través de las ganancias de eficiencia en cada etapa de la cadena”, se agrega.

Luego se señala que “se revisará la totalidad de la normativa vigente que atañe al funcionamiento de los mercados de bienes transables y no transables”. Y dicha revisión será acompañada de propuestas “que buscarán profundizar la competencia removiendo en todo lo que fuera posible las barreras a la entrada”. “Se tendrá especial atención en los mercados de combustibles, alimentos y productos de higiene personal”, se acota.

El sueño de Delgado

Al final del evento, en su discurso, Delgado repasó gran parte de lo que viene diciendo en sus actos, como que el gobierno actual sufrió “cinco crisis” -empezando por la pandemia-, que en total significaron un gasto de “4.418 millones de dólares”.

“Un segundo gobierno de coalición no va a ser más de lo mismo, no va a ser continuismo sino continuidad del rumbo, que es otra cosa”, subrayó, entre aplausos, señalando que se trata de “corregir lo que hay que corregir y reafirmar lo que hay que reafirmar”.

El precandidato hizo énfasis en tener un “Estado simple”, buscando la “descontaminación burocrática”, eliminando “todos aquellos trámites que no agregan valor”, porque “el Estado tiene que ser socio de la gente, y si el Estado no va a apoyar, que no estorbe”. “Vamos a usar algunos mecanismos de aprobación ficta, porque el ciudadano no tiene la culpa cuando el Estado se demora. Y en otros casos vamos a usar mecanismos de controles ex post, se aprueba y después se controla posteriormente”, explicó.

Delgado invitó a que lo apoyen para pensar que es posible “un segundo piso de transformaciones”, acto seguido, agarró su programa de gobierno y subrayó que a partir de ahora ese documento es su “contrato con los uruguayos”. “Este contrato garantiza un país de equilibrio, un país de desarrollo, de crecimiento y con distribución. Un país de sensibilidad social, un país inclusivo. Un país donde no nos asfixien ni nos condicionen los extremos. Ese es el país que sueño”, finalizó.

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