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Vacunación de embarazadas, el viernes, en el policlinico del Cerro.

Foto: Federico Gutiérrez

Ante un abrupto crecimiento de muertes maternas por covid-19, el gobierno implementa estrategias para evitar contagios de embarazadas

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Briozzo valoró las medidas implementadas pero señaló que “está faltando una concepción más integral del impacto” de “la emergencia dentro de la emergencia”

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Leído por Andrés Alba.
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Pamela, de 21 años, estaba sentada. Llenaba el formulario de consentimiento para vacunarse contra la covid-19. A las 9.40 del viernes 18, era la única embarazada que esperaba para ser inmunizada con la vacuna de Pfizer en el policlínico del Cerro de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), en el oeste de Montevideo. Pamela tenía control en el centro de salud y la partera le informó en la consulta que se estaba haciendo una jornada de vacunación para embarazadas allí mismo. “Me vino bien. Me lo estaba recomendando todo el mundo. Tengo a mi hermana, de 37 semanas, internada por covid, y hoy [por el viernes] le hacían la cesárea de urgencia”, contó en diálogo con la diaria. Pamela, embarazada de 19 semanas, dijo que tiene “un poco de miedo” y que ha pasado encerrada en su casa.

La jornada del viernes fue parte de la campaña de vacunación que comenzó el lunes 14 el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) junto con el Ministerio de Salud Pública (MSP). “Esta iniciativa consiste en acercar la vacuna a las zonas que nosotros identificamos como más vulnerables, acompañando y promoviendo la vacunación a embarazadas, que hoy son una población priorizable por el MSP en la vacunación contra la covid-19”, explicó a la diaria Cecilia Sena, directora nacional de Desarrollo Social. Dijo que por eso desde Uruguay Crece Contigo, una política del Mides de cobertura nacional que apunta a consolidar un sistema de protección integral a la primera infancia, entienden la importancia de este punto y “desplegamos en el territorio todo nuestro brazo ejecutor para poder acercar la vacuna”, señaló.

Mientras transcurrían los 15 minutos de espera después de vacunarse, Pamela volvió a sentarse en el mismo lugar. Una trabajadora del Mides se le acercó enseguida. Comenzó a anotar sus datos en una planilla, le explicó que debía retornar el 16 de julio, 28 días después. Además, le entregó una guía con información sobre la etapa del embarazo. Sena detalló que este seguimiento consiste “en garantizar que las mamás vuelvan por la segunda dosis”. A su vez, si presentan “vulnerabilidades sociales altas”, el Mides busca captarlas para que ya queden en seguimiento de Uruguay Crece Contigo.

Yoselin, que está embarazada de 13 semanas, llegó pasadas las 10.30. Tenía “dudas” sobre vacunarse. Incluso pensó en no tener a su bebé. “No quería, por todo lo que está pasando; además, tengo tendencia a tenerlos prematuros. Pero al final decidí tenerlo igual”, relató. Agregó que tiene miedo desde que comenzó a escuchar que varias madres fueron internadas en CTI por la covid-19 y que, incluso, algunas murieron. Verónica, de 38 años, comparte esa sensación, por eso, cuando una amiga le comentó sobre esta jornada no lo pensó dos veces. “Me enteré y me vine”, aseguró.

Estefanía Álvez, una de las vacunadoras de esta campaña, detalló que desde el lunes 14 concurrieron por jornada entre seis y 18 embarazadas al móvil de vacunación que se ubicó en diferentes puntos del área metropolitana. Pero el viernes la cifra de mujeres embarazadas que concurrió al Cerro aumentó a 34.

Álvez sostuvo que durante la jornada muchas expresaron “lo mismo de siempre: que tienen miedo a lo que le pueda provocar la vacuna al bebé”. Pero también están los otros casos, como el de Melisa, que dijo que estaba allí por su hijo. “Tuve ganas de venir y de vacunarme por él”, recalcó.

El desconocimiento y el miedo vienen siendo despejados con el argumento de que las embarazadas son consideradas una población priorizable por los técnicos que asesoran en vacunación, y se hace énfasis en que no se han reportado efectos adversos. Eso se contrasta, además, con la afección severa que puede provocar la covid-19.

La otra barrera que se busca atacar es la del “acceso por las distancias”, admitió Sena. “Acercar la vacuna es una de las soluciones para las embarazadas que se están quedando por fuera”, manifestó. También se refirió a la importancia de la vacunación de quienes forman parte del entorno de las mujeres embarazadas. “En aquellas edades más jóvenes, en que la pareja o los convivientes de la embarazada no son priorizables para Pfizer, rápidamente se orienta con el MSP un vacunatorio y se los traslada”, explicó.

Si bien en el caso del policlínico móvil que comenzó a funcionar el lunes 14 las mujeres embarazadas son el objetivo central, también se vacuna a adolescentes de entre 12 y 17 años, a mayores de 70 años y a enfermos crónicos, porque “muchos son convivientes de embarazadas”, informó Sena. De hecho, el viernes en el Cerro se vacunaron 194 personas, la gran mayoría adolescentes.

La directora nacional de Desarrollo Social evaluó como “muy positiva” la primera semana de la campaña, que lleva 120 mujeres embarazadas vacunadas. Esta semana llegará a Maracaná Sur, Sayago, Piedras Blancas y Toledo. Sena mencionó, además, que en el interior del país también se están llevando adelante “acciones puntuales”. En esta línea, ejemplificó que en Salto el jueves 17, la Dirección de Desarrollo Social, por medio de Uruguay Crece Contigo, trasladó a 20 mujeres embarazadas desde sus domicilios hasta un vacunatorio.

Doble vulnerabilidad

En diálogo con la diaria, Leonel Briozzo, profesor grado 5 de la Clínica Ginecotocológica A de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República y jefe de la Maternidad del Centro Hospitalario Pereira Rossell de ASSE, valoró que hubo un “avance” en las medidas que se implementaron para las mujeres embarazadas con respecto a la situación que se tenía hace un mes. Sin embargo, dijo que no se tuvieron en cuenta todos los aspectos del plan integral de impacto que elaboró la clínica, en el que incluyeron tres componentes de prevención.

Uno de esos planteos fue el de considerar a la vacunación como un plan de emergencia. “Eso ahora está funcionando un poco mejor en el sentido de que las mujeres tienen prioridad y se pueden vacunar solamente por el hecho de estar embarazadas”, opinó Briozzo. Por otro lado, otro aspecto que propuso como esencial la clínica fue el relacionado con la consigna “quedate en casa”, agregó. “Como profesionales estamos tomando la decisión de dar licencias simplemente por el riesgo de contagio. Pero no hay desde la rectoría una recomendación a propósito de esto”, dijo, y consideró la importancia de habilitar licencias extraordinarias. En esta línea, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social se encuentra analizando la posibilidad de ofrecer un subsidio por enfermedad de tres meses para las mujeres embarazadas que no puedan teletrabajar, ya que se comprobó que son una población de alto riesgo ante la covid-19, según informó este lunes Telemundo y confirmó a la diaria el titular de la cartera, Pablo Mieres.

En tercer lugar, la Clínica Ginecotocológica A remarcó la importancia de que el Mides, por intermedio del programa Uruguay Crece Contigo, pueda asistir a las mujeres embarazadas de máxima vulnerabilidad con un equipo multidisciplinario que concurra a los domicilios para apoyarlas y así minimizar los riesgos que genera el contexto de pandemia. Una de las patas fundamentales, según Briozzo, es tomar en cuenta “el apoyo económico que hay que darles a estas mujeres, que generalmente son de hogares monoparentales y jefas de hogar”, explicó. “Todavía está faltando una concepción más integral del impacto, pero ha habido avances, hay una sensibilidad ante esta situación, que ya hemos catalogado como una emergencia dentro de la emergencia”, agregó.

Las ocho muertes de mujeres embarazadas por la covid-19 en el primer semestre de este año implican un incremento de la mortalidad materna a nivel país que pasa del promedio de 17 cada 100.000 recién nacidos vivos en el quinquenio 2015-2019 a 49 cada 100.000 recién nacidos vivos en este semestre. Esto significa que las cifras se triplican. Briozzo contextualizó estos números. Rememoró que cuando la ola de la gripe H1N1, se registraron siete muertes maternas en todo 2009. Otro pico en los últimos años se produjo en 2001, cuando la mortalidad materna llegó a 36,6 cada 100.000 nacidos vivos, cifra que estuvo marcada por el fallecimiento de cinco mujeres embarazadas por abortar ilegalmente en medio de la grave crisis socioeconómica que atravesaba el país.

El cruce con la pobreza se reedita. “Este aumento se da fundamentalmente en la población subsidiaria del subsector público: de las ocho mujeres que murieron, seis se atendían en ASSE”, enfatizó Briozzo, quien aseguró que se debe contemplar que la vulneración de derechos está influyendo de forma notoria. “Es doblemente grave el incremento global de la maternidad y el incremento, en particular, en la población más vulnerada”, expresó.

Sin agenda

Según informaron fuentes del MSP a la diaria, de las 19.934 embarazadas que hay en el país, hasta el jueves de noche 5.899 no habían manifestado su intención de vacunarse contra la covid-19. En un esfuerzo por facilitar la inmunización de esta población de riesgo, la cartera de salud dispuso la vacunación sin agenda de las embarazadas en los vacunatorios en los se administren dosis de Pfizer. Para ello, las mujeres deberán presentarse en los vacunatorios con la cédula de identidad y el carné de control de embarazo. La iniciativa continúa la que habían impulsado días atrás los hospitales Pereira Rossell y el Clínicas, que habilitó a que las mujeres embarazadas que concurrieran a cualquier consulta pudieran recibir la vacuna de Pfizer sin necesidad de agendarse previamente. Durante la semana pasada, más de 380 gestantes se vacunaron en los dos centros hospitalarios.

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