El Patio Mainumby, ubicado en la peatonal Sarandí, entre Zabala y Alzaibar, en plena Ciudad Vieja de Montevideo, fue el punto elegido por el Grupo de Investigación en Tuberculosis, de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República (Udelar), para difundir información sobre la tuberculosis. “La gente piensa que la tuberculosis ya se erradicó, que ya no existe, pero en realidad hace más de 20 años que mata a más de 1.500.000 personas por año”, explicó a la diaria Andrea Villarino, coordinadora del grupo que integran junto con Tania García y Mariana Margenat. Las tres son investigadoras del Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas (Pedeciba, del Ministerio de Educación y Cultura y de la Udelar) y desde 2021 cuentan con el financiamiento del programa Equidad, Investigación y Sociedad (del Pedeciba) para desarrollar actividades de acercamiento con la comunidad. Este 24 de marzo, Día Mundial de la Tuberculosis, hicieron una actividad de difusión, preocupadas por la distancia que hay entre el problema de la tuberculosis en Uruguay y la percepción que se tiene de esta enfermedad.
La huerta comunitaria del Patio Mainumby, que es gestionada por un colectivo de vecinas y vecinos, fue el escenario de la propuesta de divulgación que invitó a mirar con lupa hongos y bacterias. Justamente una bacteria, la Mycobacterium tuberculosis, es la causante de esta enfermedad infecciosa. Allí pusieron afiches de más de un metro y se propusieron “transmitir de forma horizontal” el conocimiento que manejan. El día anterior desconocían quiénes irían, pero aspiraban a que fueran grupos escolares, y para eso prepararon juegos para poder “mostrar el efecto de los antibióticos para que las maestras puedan cultivar bacterias en presencia o ausencia de un antibiótico y mostrar el efecto en el crecimiento de las bacterias cuando hay o cuando no hay antibióticos”, detalló Villarino.
“Trabajamos estudiando proteínas que la bacteria inyecta en nuestras células para poder vivir adentro de ellas, porque la bacteria puede quedarse dentro de nuestras células por años y la enfermedad se reactiva cuando estás inmunodeprimido. Por eso el estado de salud de las personas es importante”, informó la investigadora, que es licenciada en Bioquímica por la Facultad de Ciencias y doctora en Microbiología, por la Universidad de París 11. Mientras cursaba el doctorado, en Francia, en 2005, fue que Villarino empezó a trabajar en tuberculosis, mediante prácticas que cursó en el Instituto Pasteur de París. Luego continuó el estudio en Brasil y desde 2010 está abocada al grupo de investigación de Facultad de Ciencias, en Uruguay.
“Esta actividad es para sensibilizar, mostrar que desde la ciencia es importante transmitir cosas más básicas sobre la prevención, porque vemos que hay una falta”, lamentó. Indicó que “Uruguay no está en una situación cómoda” y que en 2006 quedó atrás la baja incidencia que tenía esta enfermedad en el país, que ahora tiene uno de los promedios más altos de América.
Villarino atribuyó a dos causas los malos resultados que ha tenido Uruguay en los últimos años: al abandono de los tratamientos, que requiere la toma de antibióticos por un período de cuatro a seis meses –su discontinuidad incrementa, además, el riesgo de que la bacteria genere resistencia a esos fármacos- y a la disminución de los diagnósticos, principalmente durante la pandemia por covid-19, cuando la detección se redujo alrededor de 36%. Al no saber que tienen la bacteria, las personas continúen transmitiendo la enfermedad, porque pueden tardar años en conocer su situación.
Cómics
Entre las acciones de difusión, el equipo que lidera Villarino ha trabajado con el grupo Comicbacterias del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable. Para Villarino, la tuberculosis es una pandemia y hablar de una pandemia dentro de otra, no necesariamente sonaba atractivo; por eso se las ingeniaron para buscar un buen enganche. La excusa que encontraron, relató, fue que en julio de 2021 se cumplieron 100 años del desarrollo de la vacuna BCG, que ha demostrado ser efectiva para evitar muertes de niños y niñas por tuberculosis, pero no en la vida adulta.
La historieta “empieza con un doctor, que es una bacteria chiquita, diciendo que la vacuna fue muy efectiva en su época y ayudó a salvar vidas pero que hoy sigue siendo un problema”. Así, repasa que en las décadas de 1940 y 1950 se empezaron a usar los primeros antibióticos, que permiten curarse de la tuberculosis, siempre que se termine el tratamiento.
La actividad de este jueves se desarrolla de 10.00 a 14.30 y dentro de los límites del Municipio B de la Intendencia de Montevideo, que no es de los que tienen mayor incidencia de la enfermedad. El equipo es consciente de eso, y por eso apuesta a replicarla en los municipios con mayor número de casos, como son el A, el D, el F y el G, y en Paysandú que, junto con Montevideo, tiene uno de los índices más altos. También lo hará en el municipio E, que es en donde se ubica la Facultad de Ciencias.