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Criadero de pollos (archivo, enero de 2016).

Foto: Manuela Aldabe

Actores sostienen que se suspendió la libre importación de pollo brasileño, aunque “nadie lo quiere reconocer oficialmente”

3 minutos de lectura
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Uno de los principales importadores cuestionó la interrupción porque los proveedores “no ven nada oficial y piensan que nosotros no cumplimos con los contratos”

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En marzo, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) eliminó el tope de 120 toneladas mensuales que había para importar pollo entero desde Brasil, principal productor y exportador de carne avícola del mundo. Esto generó preocupación en la cadena avícola nacional y una movilización de productores frente al MGAP. Hubo incluso una reunión entre representantes del sector y autoridades políticas –nacionales y departamentales– en San Jacinto, Canelones.

Daniel Pereyra, fasonero y referente de la Coordinadora para la Defensa de la Cadena Avícola, señaló a la diaria que desde entonces el gobierno dio marcha atrás en su medida. Afirmó que actualmente la libre importación de pollo brasileño “está suspendida”, aunque “nadie lo quiere reconocer oficialmente”. “Después de que hicimos la camionada, que fue el jueves 3 [de noviembre], tuvimos una entrevista con el ministro [Fernando] Mattos y después de la entrevista les cortaron los permisos, pero bajo cuerda, todo calladito”. Por eso mismo, sostuvo, la coordinadora avícola mantiene “en suspenso” la realización de otra movilización.

Semanas atrás, la Cámara Uruguaya de Procesadores Avícolas (Cupra) manifestó su rechazo a la liberación de las importaciones desde Brasil y alertó sobre “las graves consecuencias” que tiene para el sector “permitir indiscriminadamente la especulación de unos pocos importadores”. Advirtió que el sector avícola uruguayo “no es sostenible en este escenario”. El principal reclamo es que vuelva a fijarse el tope de 120 toneladas mensuales.

“Dos meses no hacen al año”

Según datos de la Dirección Nacional de Aduanas, en noviembre ingresaron 813 toneladas de trozos de pollo congelado, de las cuales 424 (52%) fueron importadas por Santa Clara SRL. Dentro de ese volumen importado por Santa Clara, 62% provino de Estados Unidos y 37% de Brasil.

El director del frigorífico Santa Clara, Jorge López, cuestionó recientemente la suspensión extraoficial de la libre importación. En entrevista con radio Carve, señaló que “es la cuarta semana que no dan permiso para importar pollo”. Si bien reconoció que “hubo un par de meses en los que se importó algo más de lo normal”, sostuvo que “dos meses no hacen al año”. Según datos del Instituto Nacional de Carnes, hasta octubre se habían importado 3.613 toneladas de carne aviar, de las cuales 2.290 (63,4%) ingresaron desde Brasil. En 2021 ingresaron 2.574 toneladas en total.

“Se encendió una alarma que no corresponde. Nos está complicando porque los proveedores no ven nada oficial y piensan que nosotros no cumplimos con los contratos. Quiero creer que esto va a pasar pronto y volverá a su cauce normal”, dijo López.

El titular del MGAP, Fernando Mattos, ha justificado la apertura en función de las variaciones del precio de la carne de ave en Uruguay. “El comportamiento de la formación del precio del pollo es muy volátil”, dijo en entrevista con radio Universal, y apuntó que 96% del consumo interno corresponde a producción nacional.

Por el contrario, Pereyra aseguró que la medida “no es beneficiosa para el consumidor” y que, al mismo tiempo, tiene “un costo político” por el impacto que ha generado en el sector avícola nacional. Aclaró que la presión por eliminar la cuota mensual de 120 toneladas “siempre estuvo”, porque “el margen que le queda al importador es brutal”. Resaltó que no se ha constatado una baja en el precio de la suprema de pollo, principal producto importado desde Brasil.

“La liberación del trozado desde Brasil no benefició al consumidor”

El 25 de noviembre, la coordinadora avícola destacó en un comunicado que en el gobierno hay “asesores que conocen la importancia de la cadena avícola, de los puestos de trabajo que se están poniendo en riesgo, de las asimetrías que tenemos con Brasil y de lo inoportuna de la medida tomada en marzo”.

En tal sentido, el director general de la Granja, Nicolás Chiesa, manifestó a radio Nacional que Uruguay “es un barrio de San Pablo, una pequeña porción para el tamaño que tiene Brasil, por lo tanto debe haber un proceso gradual” en cuanto a las importaciones. Opinó que si el mercado uruguayo “se abre de la noche a la mañana”, “se descuajeringa toda la cadena productiva”. “Esto comienza con los distribuidores y termina con el productor”.

Por otra parte, la coordinadora avícola sostuvo en el comunicado que “la liberación del trozado desde Brasil no benefició al consumidor”, sino “a dos o tres empresarios con buenos contactos políticos”.

El frigorífico Santa Clara, uno de los principales importadores de pollo, alojó temporalmente algunos de los 454 kilos de “pescado congelado” que el presidente de Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Zayed Al Nahyan, le envió como regalo al presidente Luis Lacalle Pou. El director del frigorífico dijo que guardó la carga por ser “amigo” del secretario de Presidencia, Álvaro Delgado.

Consultado sobre el relacionamiento entre Cupra y el gobierno, Pereyra comentó que “siempre fue bueno”, pero señaló que “una cosa es tener vínculos y otra cosa es tener un buen contacto”. “Se ve que el vínculo que tiene Santa Clara es más fuerte que el que tiene Cupra. Quedó a la vista porque tomar una medida que afecta al sector, cuyo referente industrial es Cupra, y que este se entere por la prensa, como nos enteramos nosotros, no tiene goyete”.

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