Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.
La candidata a la Intendencia de Montevideo de la “coalición multicolor”, Laura Raffo, afirmó que sus adversarios del Frente Amplio (FA) le ponen “ideología a todo”, mientras que ella propone “soluciones para la gente”. Por supuesto, definir qué es lo que necesita la gente y cuál es la forma de solucionar sus problemas se basa, siempre, en una perspectiva ideológica, como muchas otras posiciones y acciones (muy especialmente las que nos parecen ajenas a la ideología).
Alguien podría decir también, ingenuamente, que el festejo realizado por flamantes egresados de la Facultad de Medicina en el Parque Batlle tampoco tuvo nada que ver con lo ideológico, pero sin duda reveló una escala de valores, un criterio para la convivencia social y una actitud ante las responsabilidades médicas que configuran una ideología preocupante.
El Partido Independiente (PI) decidió apoyar la candidatura del nacionalista Enrique Antía para un nuevo período como intendente de Maldonado, y asegura que esto no implica ninguna renuncia a sus principios, valores e identidad, o sea a su ideología. Sin embargo, también puede verse esa movida como un problema ideológico, sobre todo porque presenta una importante diferencia con el apoyo del PI a Luis Lacalle Pou en el balotaje del año pasado.
En aquel momento, los liderados por Pablo Mieres resolvieron sumarse a una coalición encabezada por el Partido Nacional para sacar al FA del gobierno, y en este caso estarán contribuyendo al continuismo de una gestión que no se habían caracterizado por elogiar. El fundamento planteado consiste en que Antía “es el hombre que puede integrar a personas del PI en sus grupos y darles la libertad de trabajar”, y esto se parece mucho a decir que se prioriza la posibilidad de ocupar cargos.
No se puede decir que Guido Manini Ríos sea una persona que disimula mucho sus posiciones ideológicas, pero es posible que el conductor de Cabildo Abierto esté practicando otra forma de disimulo. Por lo pronto, ha logrado que el sistema partidario, organizaciones sociales y especialistas en derecho se ocupen de su iniciativa para “reinstalar” la Ley de Caducidad, con la que hizo mucho más ruido que con la propuesta de quitarle poder al fiscal de Corte, Jorge Díaz.
La idea de restaurar la caducidad no sólo resulta muy chocante, sino que además es, según juristas de distintas orientaciones, inviable, y colocaría a Uruguay en abierto desacato de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre el “caso Gelman” que se dictó en 2011 y tuvo mucho que ver con la aprobación, en el mismo año, de la ley interpretativa que Manini quiere derogar. Pero tal vez la intención del senador, al poner ese revulsivo tema sobre la mesa (y antes al reclamar la destitución de Díaz, también inviable), fue que, en comparación, su proyecto de reforma de la Fiscalía General de la Nación pareciera potable.
El ex presidente José Mujica comparó la actitud de Manini con la del tero y, como es sabido, esa pequeña ave zancuda se caracteriza por simular que sus huevos están en un lugar distinto del que en realidad ocupan.
Hasta mañana.