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Ilustración: Ramiro Alonso

Crónicas montevideanas 2025, capítulo 2

9 minutos de lectura
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Resumen de lo publicado

Estamos en 2025. Alberto Brown es un académico e investigador que fue llamado por el gobierno electo del Nuevo Progresismo para ocuparse de la política de ciencia y tecnología. Pero antes de asumir, en algunos repositorios científicos se empiezan a publicar artículos no revisados por pares acerca de una nueva epidemia en Etiopía.

Montevideo, 21 de enero de 2025

No dormí. Finalmente decidí llamar por teléfono a Eliana Damasco, que trabaja en el laboratorio de virología de la Facultad de Ciencias. La conozco de viejas militancias universitarias. Ella también estaba al tanto, pero aún no había leído los preprints aún sin referato. Me dijo que cree que el tema es serio pero que, de ahí a una pandemia, hay mucho margen. En realidad, no le pude sacar mucha cosa. Se enteró de mi futura nominación y pasó una hora relatándome el nivel de destrozo en que quedó su laboratorio luego de estos años sin presupuesto. Realmente, me doy cuenta de que he estado fuera de circuito. Me enteré por su relato qué fue de la vida del Fruti y de De Vega, que fueron fundamentales en la lucha contra la covid-19. Parece que el Fruti está trabajando en un instituto de primer nivel en Canadá, donde le crearon un laboratorio nuevo, a su medida, tras el renombre internacional que obtuvo con el éxito uruguayo ante el coronavirus. El caso de De Vega es más triste. Indignada por el poco lugar para las mujeres en la ciencia, se alejó muy enojada de la actividad académica y está trabajando en una farmacéutica en Argentina.

Lo que tenía más angustiada a Eliana era la falta de jóvenes. Me dice lo que ya sé. Los que ya teníamos un cargo efectivo con dedicación total y demás, más o menos, la fuimos llevando. Estábamos entrenados tras los años de malaria de los 90 y comienzos de los 2000. Volvimos al “lo atamos con alambre” y sobrevivimos. El problema es la falta de jóvenes. Muchos dejaron el medio académico después de terminar el doctorado, otros se fueron al exterior y los pocos que lograron estabilizarse laboralmente lo hicieron en un ambiente podrido por la competencia y el achique. Estuve en un tupper pero no en la Luna.

No sé cómo vamos a remontar el destrozo.

Montevideo, 23 de enero 2025

Hablé del tema del síndrome-Etiopía con la Ministra. No me dio mucha pelota. Me retrucó que si el tema fuera serio habría aparecido en algún medio de circulación masiva. La verdad es que, salvo en un pequeño círculo, nadie habla del asunto.

Le comenté del Institut Pasteur y demás. Ella es optimista.

Comentario jocoso: la Ministra se enoja de que le diga “señora Ministra”. Me contesta que ella todavía no ocupa ningún lugar de gobierno y que deje de llamarla así. Obviamente, le contesté: “¡Desde luego, señora Ministra!”.

Montevideo, 27 de enero, siete de la mañana

De camino a la reunión con la Ministra. Me despertó hoy a las 5.00. Parece que hubo una conferencia de prensa de la directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Todavía no pude terminar de leer todo. Aparentemente confirman la existencia del síndrome-Etiopía. Todo indica que nadie le dio pelota porque eran síntomas clásicos digestivos en un país pobre, por lo que lo atribuyeron a las condiciones de desarrollo urbano, falta de saneamiento y demás. Además, afecta particularmente a los barrios periféricos y a la población más pobre. Pero la situación ha cambiado desde ayer. Un grupo de trabajadores etíopes, luego de unos días en su país, volvieron a trabajar en la construcción de un enorme hotel cerca de la playa, en la ciudad de Dubái. Es el primer brote de la epidemia fuera de Etiopía. Pinta mal. Pese a ser muy contagioso, parece no ser muy letal. La información es muy preliminar todavía.

Montevideo, 27 de enero, mediodía

La Ministra cambió de opinión. Cree que hay que tomar cartas sobre el síndrome-Etiopía inmediatamente. Ya habló con el Gordo y me encargó de armar algo así como un GACH 2, reeditando la experiencia contra la covid-19. Igual, la OMS no descarta que la enfermedad pueda ser contenida en un pequeño número de países.

Hay varios problemas. Primero, la enfermedad parece ser muy contagiosa. Segundo, no se sabe el mecanismo de contagio. Tercero, hace semanas que circula en varios países de África sin llamar la atención de los científicos a nivel internacional debido a que, hasta ahora, sólo había afectado a países pobres y con una débil infraestructura de salud. Las alarmas demoraron en sonar y no se sabe aún la extensión del fenómeno. Todo me genera una extraña sensación de déjà-vu. La única buena noticia: si se trata correctamente parece ser menos letal que la covid-19. El problema fundamental es la deshidratación. Me imagino que en Dubái o en Etiopía eso no debe de ser un tema menor. Parece que ya se reportaron varias muertes, pero en los casos en que logran mantener a los pacientes hidratados logran manejar la situación y al cabo de unos días mejoran. Los expertos parecen intuir que es de origen viral, pero por ahora es una conjetura. Hay un tema del que no quiero hablar: esta vez los niños sí son afectados.

Tengo que hablar con Gregorio Delgado.

Montevideo, 27 de enero de 2025, noche

Hablé con Gregorio Delgado. La situación es complicada. El tiempo de duplicación de la epidemia es muy corto. Es muy difícil de estimar, pero probablemente sea menor a los dos días. Se está desperdigando muy rápido. Además, es muy contagioso. Estimaciones preliminares indican coeficientes R del orden de 5 o 6. Terrible. Por otro lado, no está clara la vía de contagio. Me dijo que hay varios equipos tratando de detectar el vector biológico. Parece que muchos intuyen que es viral, pero por ahora no está confirmado.

Le propuse lo que habíamos arreglado con la directora del Pasteur. No acepta. Me dice que él ya tiene armada su vida en San Pablo y que no estaría en condiciones de mudarse a Montevideo. Sí está abierto a apoyar por medio de una colaboración internacional.

Montevideo, 28 de enero de 2025

Las calles de Montevideo amanecieron repletas de personas usando tapabocas. Pienso en lo que costó el uso extendido de tapabocas hace cinco años y no puedo dejar de pensar en lo absurdo de su uso espontáneo ante esta nueva enfermedad que no parece tener ninguna componente respiratoria.

Montevideo, 29 de enero de 2025

Hablé con Eliana Damasco y me confirmó las cosas que me contó Gregorio. Está tratando de armar un equipo para trabajar en el tema. La idea de liberar algunos fondos para poder contratar a algunos jóvenes que recientemente dejaron la actividad académica para ayudar con lo del síndrome-Etiopía parece tener algunas chances de funcionar. El plan es crear un fondo de posdocs que dedicarían sus primeros meses al combate contra el síndrome-Etiopía. Me dijo que tuvo varias reacciones positivas. Crucemos los dedos.

Tuve una larga conversación con la Ministra en el hotel que alquiló el Nuevo Progresismo para las actividades de la transición. Fue una charla muy interesante. Si bien hemos tenido muchas discrepancias a nivel universitario, nuestras diferencias parecen menores frente a las luchas que se observan a nivel político. No me refiero sólo a los conflictos con la derecha. Me refiero también a las luchas internas en la izquierda. Todo un tema.

Hablando con la Ministra me quedé pensando que, visto retrospectivamente, el triunfo del Nuevo Progresismo era casi inevitable. Por cierto, no tanto por méritos propios como por errores ajenos. Primero, fue la corta duración de la “coalición multicolor”. Los conflictos internos fueron permanentes. Al comienzo, lograron disimularlos con una bien lograda operación de comunicación. Sin embargo, la situación se volvió insostenible a mediados del segundo año de gobierno, cuando se discutió la reforma de la seguridad social. La realidad es que los sectores neoliberales no veían con buenos ojos reformar la seguridad social sin rediscutir la reforma de la Caja Militar. Hábilmente convocaron al Frente para un acuerdo de unidad nacional sobre el tema, que terminó de hacer eclosionar las divisiones internas de la izquierda en la materia.

La cuestión de cómo posicionarse ante el gobierno consumió la interna del Frente durante todo ese período y llevó a la famosa votación en la que la extrema derecha dejó el gobierno y el Frente votó dividido. De hecho, en ese momento parecía que los conflictos internos de la izquierda iban a tener peores consecuencias que los de la derecha. Luego terminó, como ya sabemos, con el encuentro entre el Gordo y el Viejo en que se acordó la reunificación y la constitución del Nuevo Progresismo. Más recientemente, hace un año y medio, fue la salida del gobierno por parte de los colorados. Intentaron, de manera oportunista, presentarse como ajenos a un gobierno cuya popularidad ya estaba por el piso, pero no lograron manejar bien su interna y no despegaron electoralmente.

Por otro lado, el contexto internacional es un poco más favorable que cinco años atrás. A pesar de estar lejos de una nueva “ola progresista”, por lo menos el período terrible con Donald Trump de presidente de Estados Unidos quedó en el pasado. A nivel latinoamericano, la caída de Bolsonaro también fue un alivio. No sucedió de la manera que uno hubiera deseado. Lo absurdo de que haya sido destituido debido a las declaraciones de aquel alférez que detalló con lujo de detalles (y abundante material gráfico) su relación con Jair no deja de ser una ironía de la historia. Que la bancada evangélica haya impulsado su juicio político no deja de ser, de cualquier forma, un poco patético. Igual, la guerra comercial parece haber llegado para quedarse. Ese va a ser un problema mayúsculo para los próximos años.

Montevideo, 4 de febrero de 2025

El síndrome se expande muy rápido. El Gordo se reunió con el Cuquito para pedirle formalmente que declare ya el cierre de fronteras. El presidente le habló sobre la libertad de desplazamiento y dijo que el Gordo podría hacer lo que quisiera el 1° de marzo.

Se detectaron focos en Alemania, Reino Unido y España. Parece propagarse muy rápido. La situación en África es dramática. Parece haber indicaciones según las cuales la epidemia lleva circulando en varios países de África desde hace semanas.

El GACH 2: se parece demasiado al primero. Logré incorporar al “nuevo Rafael” como presidente de la Academia de Ciencias. ¿Será que en este país sólo se puede ser rector o presidente de la Academia de Ciencias si tu nombre empieza con R? También participará Elena Duquais, que preside la Academia de Medicina. Por lo menos, una mujer. El tercero iba a ser Daniel Roque, de la Facultad de Ciencias, pero el Gordo y la Ministra me insistieron en que tenía que haber alguno de las privadas, que había que evitar toda señal de sectarismo. En fin. Hablé con Gerardo y aceptó formar parte del GACH 2.

Lo complicado es que cinco años atrás, la academia del país espontáneamente se lanzó a trabajar contra la pandemia. Cuando el gobierno decidió crear el GACH, los científicos, en distintas actividades, llevábamos semanas trabajando. Lo más conocido fue lo del Fruti y De Vega, pero en distintas áreas los científicos uruguayos nos habíamos lanzado a trabajar sin que nadie nos convocara. Ahora la situación es diferente. La pujanza hoy no está. El cuerpo académico está cinco años más viejo. La camada de jóvenes investigadores con la que contamos para la covid-19, que se había formado debido a la apuesta por la formación de posgrado, al fortalecimiento institucional (como la creación de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación, el Sistema Nacional de Investigadores, el Pasteur y demás) y el gran aumento del número de docentes con dedicación total en la Universidad de la República, hoy brilla por su ausencia. Complicado.

Montevideo, 10 de febrero de 2025

Es un virus. Lo confirmaron de manera independiente un equipo del Max Planck y uno de la John Hopkins. Aparentemente ya secuenciaron el código genético. Este no es un coronavirus sino un virus de otro tipo. Me estuvieron explicando, pero no retuve mucho. Su nombre tiene algo de “reordenante”. Parece que es como una mezcla de un virus humano preexistente con uno animal. Este tipo de virus suele generar problemas gastrointestinales en niños. La particularidad en este caso es que también ataca fuertemente a los adultos.

Las predicciones son dramáticas. El problema no es la letalidad en condiciones adecuadas. Todo parece indicar que, si se logra mantenerlos hidratados, los pacientes se recuperan al cabo de seis días. En los casos leves basta con hidratarse con abundante líquido. En muchos casos, sin embargo, es necesario suministrar suero oral o, en un caso de cada cinco aproximadamente, suero intravenoso. El tema es que el número de casos parece crecer muy rápidamente. El crecimiento está siendo mucho más rápido que cinco años atrás. Se habla de 300.000 a nivel mundial. Los servicios de salud, particularmente de los países más pobres, pueden colapsar en un plazo breve. No sabemos cómo se produce el contagio.

Montevideo, 14 de febrero de 2025

Me llamó muy angustiado Gregorio Delgado desde San Pablo. Aparentemente acaban de subir a un servidor un borrador de artículo que, de confirmarse, vuelve la situación aún más terrible. Según este manuscrito, los pacientes, luego de dos semanas de aparente recuperación, comienzan a presentar síntomas neurológicos severos. Parecen embobecidos, descoordinados y, en lugar de vomitar, en esa segunda etapa babean abundantemente. ¿Estamos frente una epidemia zombi?

(fin del capítulo 2.)

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