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Juan Pedro Mir (archivo, marzo de 2015).

Foto: Pablo Nogueira

Con balance “positivo” al instalar necesidad de cambios estructurales en el sistema educativo, Eduy21 se despide con críticas a la actual reforma

3 minutos de lectura
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Juan Pedro Mir consideró que “quizás” la organización no fue tan efectiva al lograr que las ideas se concreten en políticas.

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“Acá nadie se va para la casa”, afirmó Juan Pedro Mir, hasta ahora presidente de la organización Eduy21, que el lunes anunció que deja de existir. En diálogo con la diaria, Mir aseguró que más allá del “cierre de ciclo” del colectivo que desde 2016 aboga por una transformación estructural del sistema educativo, sus actuales integrantes seguirán planteando sus ideas en distintos ámbitos profesionales, académicos, sociales y políticos.

Ya a finales de 2021 algunos integrantes de Eduy21 como Renato Opertti habían planteado que era un momento adecuado para dar un cierre al trabajo, pero finalmente se decidió seguir adelante. Desde entonces, la organización se dedicó a mantener reuniones con líderes políticos y referentes del gobierno, como el propio presidente de la República, Luis Lacalle Pou. Según explicó Mir, la poca receptividad encontrada en estos encuentros fue la que terminó pesando para que Eduy21 deje de existir. En los últimos meses, la organización bregó por la generación de acuerdos políticos y sociales en el campo educativo que pudieran generar cambios profundos en el sistema y que perduren en el tiempo.

En paralelo, corrió la agenda del gobierno, marcada por la llamada transformación educativa, que impulsa la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), con sus propias instancias de consulta a distintos actores, entre los que estuvo Eduy21. Más allá de que algunos actores clave de la reforma fueron integrantes de Eduy21, Mir dijo que visualizaron un escaso “margen de incidencia” en los cambios propuestos, con los que se mostró crítico.

En particular, dijo que los recursos presupuestales que el gobierno asignó a la educación “son absolutamente insuficientes para desarrollar una transformación estructural”. El docente señaló que “la mecánica de la gobernanza de la transformación educativa en sí misma es un problema”, ya que “obstaculiza” los cambios necesarios por la “falta de participación”. Según amplió, ello hace que se produzcan anuncios que no tienen en cuenta a quienes “sostendrán” la transformación, en alusión a los docentes. Por su parte, Mir señaló que el Marco Curricular Nacional (MCN) “es un muy buen documento” que “está alineado con las tendencias más progresistas” en educación, ya que coincide con enfoques que se aplican en países como Suecia, Alemania o Noruega.

Sin embargo, cuestionó que a la hora de bajarlo a tierra, “aparecen mecanismos que filtran el viejo sistema que se resiste a morir”. Por ejemplo, mencionó que ello se ve en los programas de unidades curriculares, que “son una catarata de contenidos”, incluso más que en los programas actuales. En cambio, consideró que el MCN plantea que estos deberían regirse en función de las competencias a desarrollar en los estudiantes y, por lo tanto, debería aplicarse una reducción y selección de contenidos. Según consideró, el resultado es producto de “un sistema que tuvo que negociar con micropoderes de las inspecciones, de las burocracias”, algo que definió como “un problema”.

De cara a la aplicación de los cambios curriculares en 2023, Mir señaló que “Uruguay necesita un armisticio en el debate educativo” y que todos “bajen las armas” para “encontrar cuatro puntos de acuerdo”. Según dijo, ello es clave para evitar un conflicto que afecte con la pérdida de clases “a los sectores más pobres” y a los docentes que reciban importantes descuentos a su salario por adherir a medidas de lucha.

Pasando raya

Eduy21 es una organización que no ha pasado desapercibida en el debate educativo y que ha generado odios y amores. Consultado sobre un balance de su constitución como un think tank en esta área, Mir señaló que es “positivo” y destacó lo conseguido, sobre todo, en los primeros años de la organización. Según recordó, se logró conglomerar a referentes de distintas filas políticas y concepciones educativas, lo que sirvió como un importante posicionamiento público.

De todas formas, admitió que “quizás cuando llegó la hora de convertir eso en políticas educativas no fuimos lo suficientemente inteligentes” y que posiblemente debieron ser más enfáticos para posicionarse sobre discursos y acciones del actual gobierno. Asimismo, consideró que quizás “el ciclo se podía haber cerrado antes, pero es una experiencia que queda en la memoria social, tanto para los que no están de acuerdo como para los que creemos en esto”.

Lejos de bajar los brazos, Mir señaló que “queda mucho por hacer”, ya que no se logrará “un Uruguay justo y democrático” si no hay “una transformación educativa en clave pública, laica y republicana”. Según dijo, Eduy21 es parte de los actores que lograron “instalar que Uruguay tenía que transformar estructuralmente la educación”, algo que no estaba tan extendido antes de 2016. “Hubo un pecado original de quienes provenimos de la izquierda y es que señalamos que el rey estaba desnudo, lo que hace que muchos estimados y respetados compañeros nos vean con desconfianza y que, como dicen algunos, seamos causa de la derrota del proyecto progresista”, consideró, y agregó que la intención fue “generar un espacio desde el amplio abanico político” para “habilitar la discusión sobre la crisis del sistema educativo”.

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