La Fiscalía Especializada en Lavado de Activos investiga giros de Conexión Ganadera al exterior del país, a partir de datos surgidos del informe financiero realizado por la Unidad de Información y Análisis Financiero del Banco Central del Uruguay (BCU), en el que se pidió recabar información sobre todas las instituciones bancarias uruguayas, así como las transferencias realizadas desde o hacia el exterior del país desde el 1º de enero de 2020. La fiscalía deberá determinar en qué medida los movimientos coinciden con la operativa de Conexión Ganadera.
El informe, al que accedió la diaria, detectó cuentas en el exterior “que podrían estar relacionadas” con los investigados, desde las que se hicieron unas 25 transferencias desde o hacia el exterior. Tres fueron movimientos con cuentas de España, 17 de Estados Unidos, una de Islas Vírgenes, dos de Vietnam, una de Reino Unido y una de Suiza.
En cuanto a las cuentas que los socios de Conexión Ganadera tenían registradas en el sistema financiero uruguayo, la base de datos unificada del BCU registró cuentas a nombre de Pablo Carrasco en HSBC, el Banco República (BROU), el Banco Hipotecario (BHU), Itaú, Scotiabank y Santander, además de cuentas en instituciones emisoras de dinero electrónico como Econstar SA y MercadoPago Uruguay.
Según el Registro de Titulares de Participaciones Patrimoniales y Beneficiario Final, Carrasco tenía participación en Radery SA, Muralir SA y CG Traking SAS. En tanto, a nombre de Ana Iewdiukow se encontraron cuentas en el BROU, el BHU, Itaú, Scotiabank y Santander, así como participación en las mismas empresas que Carrasco. A nombre de Daniela Cabral se registraron cuentas en el BROU, el BHU, Itaú, Heritage, Bandes, Scotiabank, Santander y BBVA. Cabral registra participación en Radery SA, Lerosur SA, Sauce Chico SAS, CG Traking SAS, NXTV SAS y Menafra SAS.
A nombre de Gustavo Basso se registraron cuentas en los mismos bancos, además de un cofre en la sucursal del BROU de Punta Carretas. Registra participación en Etranil SA, Menafra SAS, Radery SA, Potensur SA, Sidelka SA, Lerosur SA, Cambio Varzy SA, Bamdal SA, Sauce Chico SAS Y NXTV SAS. A nombre de Conexión Ganadera se registraron cuentas en el BROU, Scotiabank y HSBC y a nombre de Hernandarias XIII en Scotiabank y el BROU. En sus declaraciones al fiscal Rodríguez, Carrasco reconoció que utilizaba la cuenta del BROU de Hernandarias XIII como si fuera su cuenta personal.
En cuanto a los hijos de los socios fundadores, el informe encontró a nombre de Agustina Basso Cabral cuentas en el BROU, Santander, HSBC y Heritage; a nombre de Candelaria Basso, en el BROU, Itaú, Santander y HSBC. A nombre de Baltasar Carrasco se detectó una cuenta en Itaú, y de Guadalupe Carrasco, una cuenta en Itaú y otra en Santander. Ambos tienen participación en CG Traking Sas y Muralir SA, una sociedad registrada en 2007, de la que figuran como accionistas en partes iguales el matrimonio Carrasco Iewdiukow, pero en una declaración jurada ante el BCU enviada el 19 de diciembre de 2024 figuran como únicos accionistas Guadalupe y Baltasar. Muralir SA es la empresa propietaria de una casa en Parque Batlle.
También se registraron giros de dinero realizados a través de Abitab SA, Nummi SA, Gales Servicios Financieros, que en los casos de giros al exterior se realizan a través de Western Union y Money Gram, así como giros por intermedio de corredores de bolsa. Tanto Conexión Ganadera como Pablo Carrasco y Daniela Cabral tienen registradas operaciones en el Cambio Varzy SA de Florida, que perteneció en un 25% a Gustavo Basso entre setiembre de 2021 y mayo de 2022, cuando quedó a nombre de su hermana, Bettina Basso.
La distribución de utilidades y el “posible vaciamiento” de Conexión Ganadera Ltda.
El informe de la Secretaría Nacional para la Lucha contra el Lavado de Activos y el Financiamiento del Terrorismo (Senaclaft) plantea que la empresa percibió una caída en su rentabilidad del 51% en 2020 al 38% en 2024. “Puede concluirse que la distribución constante de utilidades, a pesar de la disminución en la rentabilidad y la caída de la disponibilidad de efectivo –que pasó de 257 millones de pesos en 2020 a 24,8 millones de pesos en 2024– podría estar afectando la liquidez de la empresa”. Además, sostiene que “el hecho de que la empresa haya priorizado el pago de utilidades mientras enfrentaba este escenario comprometió su estabilidad financiera y generó una erosión gradual de sus recursos, lo que sugiere un posible vaciamiento de la empresa”.