Si bien Adrián Peña no asumió en el Ministerio de Ambiente apenas inició el gobierno, porque esa cartera fue creada por la ley de urgente consideración, en julio de 2020 (artículo 291), estrictamente era el último ministro colorado “original” de esta gestión que se mantenía en su cargo. Por razones varias, en julio de 2020 Ernesto Talvi renunció al cargo máximo en la cancillería –y luego a toda actividad política–; un año después fue cesado Carlos María Uriarte como ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca; lo siguió Germán Cardoso en agosto de 2021, cuando renunció al Ministerio de Turismo, y hace pocas horas fue el turno de Peña de dar un paso al costado.
Los cuatro exministros son del Partido Colorado (PC), tres del sector mayoritario, Ciudadanos, y uno de Batllistas –Cardoso–. A esta seguidilla de renuncias y ceses hay que sumarle que a fines de diciembre de 2022 Carolina Ache, también de Ciudadanos, dejó el cargo de subsecretaria de la cancillería a raíz de las idas y vueltas por el pasaporte otorgado al narcotraficante Sebastián Marset.
Luego de tantas tormentas, cabe preguntarse cómo analizan la situación en los distintos sectores del PC y si auguran un cielo despejado para navegar hacia las elecciones de 2024. “Obviamente que la situación no la hubiéramos deseado, pero creo que concluye bien”, dijo a la diaria el diputado de Ciudadanos Felipe Schipani. Sostuvo que Peña y el sector “actuaron bien” porque terminaron haciendo algo “que no es usual en política: reconocer un error, hacerlo públicamente, pedir las disculpas y hacer esa renuncia tan importante como es dar un paso al costado e irse del Ministerio de Ambiente, que [Peña] lo armó de cero”. Además, el diputado resaltó que 2023 iba a ser un año “de concreciones importantes” para esa cartera, “donde iba a cosechar lo sembrado: vertederos, Arazatí, saneamiento”, enumeró.
Schipani subrayó que todas las renuncias anteriores de jerarcas colorados se dieron por situaciones diferentes, dado que lo de Talvi “fue absolutamente inesperado, una decisión personal”, mientras que lo de Uriarte “en gran medida se desencadenó a partir de lo de Talvi, porque era una persona de su confianza, y al irse Ernesto quedó sin un vínculo político”, pero además había “problemas de gestión y de relacionamiento político”, tanto de Ciudadanos como “del gobierno”, con el exministro. Subrayó que en el caso de Ache hubo “una cuestión de comportamiento en la gestión pública” y en ese caso “sí tiene que ver la conducta de ella en la función”, y lo de Peña “es una iniciativa que surge de él”, con la que todos en la bancada de Ciudadanos estuvieron de acuerdo.
“O sea que todas las renuncias tienen su explicación, y yo no necesariamente lo analizo desde una perspectiva negativa. ¿No será positivo que se sea exigente con aquellas personas que ocupan responsabilidades o que cuando un ministro no funcione se lo cambie? Porque la otra lógica es la que vivimos en gobiernos anteriores, de atornillar a los ministros; no se van bajo ninguna circunstancia. Pero eso no funciona así, los ministros son fusibles”, analizó Schipani.
Pensando en el futuro del sector y del partido, el legislador aseguró que, aun luego de este suceso, “el clima en Ciudadanos es muy bueno”, y recordó que cuando Talvi renunció “vaticinaban la desaparición” del sector; sin embargo, “han pasado dos años y medio y Ciudadanos se ha mantenido firme, trabajando en unidad en el Parlamento y con responsabilidades en el Ejecutivo y en las empresas públicas”.
Consultado sobre cómo afecta la renuncia de Peña a su posible precandidatura –que está latente hace tiempo y que incluso manejaron públicamente legisladores del sector–, Schipani dijo que no lo ha pensado, pero que de todas maneras no quiere hacer “valoraciones electorales” de la situación porque, “francamente, ese tema no ha estado en la conversación de nadie”.
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Batllistas: “Son derivaciones de conflictos internos sectoriales”
En tanto, en el sector Batllistas no ven la situación con buenos ojos. Un dirigente sanguinettista señaló a la diaria que el tema de Peña “es un golpe que genera un daño político” y eso es “objetivo”; lo ven con “preocupación” y fue algo “inesperado”. Además, desde Batllistas indicaron que al líder del sector y secretario general del PC, Julio María Sanguinetti, no le cayó bien que Peña en una primera instancia le dijera que tenía el título, lo que llevó a que el viernes el expresidente dijera a El País que “lo importante es que el invocado título existe y que es válido”, algo que luego se comprobó que no era cierto.
De todas maneras, el dirigente de Batllistas subrayó que si bien el tema afecta al PC hoy no lo pueden cuantificar ni saber si será “decisivo” de cara a las elecciones de 2024. “Son derivaciones de conflictos internos sectoriales, de un grupo [Ciudadanos] que se quedó sin líder, y que hoy les pegan al partido y al gobierno”, dijo el dirigente, y subrayó que “no necesariamente lo que perjudica a otro sector” los beneficia, ya que piensa que “estas cosas complican al global del partido”.
Por último, el diputado Gustavo Zubía, líder del sector colorado Tercera Vía, señaló a la diaria que el tema Peña es “negativo” para el partido, pero no puede aventurar qué tanto afectará a las diversas agrupaciones. De todas formas, consideró que “estos eventos que están sucediendo” en el PC indican que “sería beneficioso” el regreso del exsenador y excandidato colorado Pedro Bordaberry. Zubía subrayó que piensa en este sentido, “más allá de las evaluaciones electorales”, dado que quiere “mantener la independencia” que ha tenido hasta ahora y por eso será precandidato, pero a Bordaberry lo ve “como una figura importante para nutrir al PC”.
“La situación de Peña y estas dificultades propician aún más la vuelta de Pedro, porque es una figura de peso que sería importante para el partido y para la coalición, ya que daría orden y cierta unidad, y a nivel de encuestas tiene un porcentaje importante de aprobación dentro del partido”, subrayó.
Además, Zubía destacó que, “más allá de lamentar la situación” de Peña, hace varios días estimaba –y lo escribió en Twitter– que el ahora exministro tenía que poner su cargo a disposición, y subrayó que fue “uno de los pocos en el sistema político que pudo hablar con esa independencia”. “Hubo muchos otros referentes políticos que no pudieron mantener esa objetividad que por suerte yo puedo mantener dentro del PC y de la coalición, con la cual también soy crítico”, finalizó Zubía.