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(archivo, octubre de 2022)

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Sectores socialdemócratas del FA buscan capitalizar la “debilidad” de los centristas de la coalición de gobierno

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Ante la situación que atraviesan los sectores Ciudadanos y Alianza Nacional, en la izquierda ven posible que, con buenas estrategias, retorne una parte del electorado que se fue en 2019.

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Leído por Mathías Buela.
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Que Ernesto Talvi, con su agrupación Ciudadanos, del Partido Colorado (PC), logró llevarse unos cuantos de los casi 200.000 votos que perdió el Frente Amplio (FA) en las elecciones de 2019 es algo que dan por hecho en la izquierda. Pero Talvi renunció no sólo a su cargo de canciller, sino a la política partidaria, y como líder del sector quedó Adrián Peña, quien renunció en los últimos días al Ministerio de Ambiente, al trascender públicamente que mintió sobre sus estudios universitarios. En el medio, varias de las principales figuras del sector cruzaron cuestionamientos entre sí.

Por otro lado, en mayo de 2021, murió Jorge Larrañaga, líder de Alianza Nacional, el principal sector de los wilsonistas dentro del Partido Nacional (PN), y desde ese momento en la interna blanca se percibe un debilitamiento de esa corriente ideológica, aunque hay dirigentes que intentan tomar la posta, como el senador Carlos Camy desde ese sector o el senador Jorge Gandini desde Por la Patria.

En este contexto, los sectores del Frente Amplio (FA) considerados moderados -en contraposición a los llamados radicales, como los comunistas y socialistas- establecen diversas estrategias para recuperar votos en las elecciones de 2024. Por ejemplo, un conjunto de sectores, entre ellos Fuerza Renovadora, de Mario Bergara, y Asamblea Uruguay, de Danilo Astori, crearon hace ya más de un año una alianza llamada Convocatoria Seregnista-Progresistas (CSP), que analiza presentar una precandidatura propia, que sería la de Bergara. Pero también hay otros que decidieron quedarse por fuera del bloque y marcar su propio perfil.

El presidente del FA, Fernando Pereira, declaró a la diaria que “el FA ha crecido enormemente” de un tiempo a esta parte, porque “si uno mira encuestas de cinco años atrás, [o sea, a esta misma altura del período pasado], comparadas con las encuestas que hay ahora, tiene 12 puntos más de intención de voto”. “Eso es crecimiento que viene de distintos lugares, no sólo de los votos de Talvi; vienen de Cabildo Abierto, de nacionalistas defraudados, del Partido Independiente defraudados, y otros que vuelven a su casa”, en referencia al FA.

“Uno nota que hay un FA más sólido, más grande, con más comités de base, con más militantes y también con gente volviendo al FA. Lo cierto es que Talvi se alimentó de muchos votos frenteamplistas, esto es lo que nos dicen nuestros principales asesores; muchos de ellos están volviendo al FA y otros trabajaremos para que vuelvan”, apuntó Pereira.

José Carlos Mahía, de Asamblea Uruguay, dijo a la diaria que “todos los partidos del oficialismo están muy volcados hacia la derecha, sus principales figuras son visiblemente conservadoras”, y “la expresión del wilsonismo en el PN está cada vez más reducida”, así como “en el PC los sectores más conservadores son los que hoy van creciendo, y a su vez todos están clamando por la figura de Pedro Bordaberry” para que retorne y sea precandidato.

“Un punto importante fue cuando se evaporó políticamente Talvi”, porque dejó al espacio político “sin su principal referente”, evaluó Mahía. Entonces, así como “es posible que algunos votantes autodefinidos de centro que votaban al FA” hasta 2014 hayan optado en 2019 por Ciudadanos, “ahora ese sector tiene dificultades”, y “la consolidación y el crecimiento de un espacio seregnista y progresista” dentro del FA “pueden ser fundamentales para el retorno” de esos votantes. “Es un espacio que identifica al FA como tal porque el FA siempre ha sido plural y policlasista, y por tanto consolidar todo este espacio es ir a la esencia del FA y abrirse a la sociedad en su conjunto”, dijo Mahía.

La senadora Liliam Kechichian, de Fuerza Renovadora, dijo a la diaria que el FA desde su conformación “ha estado captando esos votos”. Entonces, si bien hay “una coyuntura de cierta debilidad” de los sectores centristas de la coalición de gobierno, “el trabajo ha sido siempre” en el sentido de “hablarles al conjunto de la sociedad y a una parte importante que es de centro, equilibrada”.

En cuanto a la CSP, dijo que como estrategia para 2024 “lo más importante es que este espacio, este discurso, tenga una candidatura propia que muestre claramente que quiere incidir al interior del FA”. En su opinión, “sería el mayor aporte para el FA”, porque las internas sirven para que “la gente se identifique claramente con los espacios”.

El senador Enrique Rubio, de la Vertiente Artiguista, que está por fuera de la CSP y tiene pensado hacer su propio camino, declaró a la diaria que este es un tema de “primer orden” porque las corrientes centristas de la coalición de gobierno “han quedado acéfalas completamente”, pero advirtió que es necesario sostener políticas progresistas “en el largo plazo” y “eso no se hace si uno apela sólo a tener la mitad de la población”, sino que es necesario “tener mayorías sociales y políticas amplias”.

Para el senador, el FA necesita “entender” la situación y tener “un discurso coherente”, pero sólo podrá recuperar estos votos si “no se tensiona por el tema de las candidaturas”. “La disputa por las precandidaturas, si no se canaliza con lealtad política y de forma razonable, puede hacernos perder toda esta posibilidad estratégica”, sentenció.

En tanto, Darío Mendiondo, secretario de Organización del Nuevo Espacio, sector liderado por Rafael Michelini y que también decidió estar por fuera de la CSP, comentó a la diaria que “la gente que piensa o tiene los valores y los principios que se encarnaron en la ética política y en los ejemplos” de figuras como Wilson Ferreira Aldunate, Julio César Grauert, Baltasar Brum o Domingo Arena “debe estar horrorizada con todo lo que está pasando” en el gobierno. En este sentido, dijo que ese legado “realmente ha sido deshonrado por varios herederos”.

Así las cosas, Mendiondo señaló que “los sectores progresistas” o aquellos que “tienen una concepción de la vida democrática, de la convivencia, de la tolerancia, del valor del Estado como una herramienta al servicio de la igualdad, se están dando cuenta por diferentes razones que ese proyecto político está en el FA”. Pero la vuelta de esos votantes “no va a ocurrir por sí sola”, es decir, “el FA tiene el enorme reto de elaborar un programa que sea lo suficientemente transformador como realista y representativo de todas esas sensibilidades”.

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