Sobre las 11.00 de este jueves llegó a la Huella de Seregni, en Colonia y Ejido, el presidente del Directorio del Partido Nacional, Pablo Iturralde. Le había pedido una reunión a su par del Frente Amplio (FA), Fernando Pereira, fundamentalmente para tener una instancia de diálogo político entre las dos principales fuerzas políticas del país, en el entendido de que el ánimo de “crispación” ha ido en aumento en los últimos tiempos, tal como alertaron luego los dos en sendas ruedas de prensa.
Iturralde saludó a los funcionarios del FA que lo recibieron e instantes después bajó Pereira por unas escaleras, se saludaron y posaron para la prensa. Luego el presidente de la coalición de izquierda lo llevó por la misma escalera por la que bajó y mantuvieron una reunión de casi dos horas. Según comentaron, no faltaron en el intercambio algunos temas de coyuntura, pero el eje central giró en torno a la necesidad de calmar los ánimos en sus respectivas filas y limitar la confrontación al ámbito político, no al personal.
A sabiendas del eje de la reunión, Pereira tenía un as bajo la manga. Le entregó a Iturralde una carpeta con tuits de los senadores nacionalistas Sebastián da Silva y Graciela Bianchi, además de notas de prensa con declaraciones de ambos en las que realizan presuntos agravios a dirigentes del FA.
Entre las notas entregadas, Bianchi acusó al FA en varias oportunidades, como cuando lanzó: “Ustedes son los amigos de los narcoestados, nosotros no”. En otra oportunidad les dijo a los senadores Charles Carrera y Alejandro Sánchez: “Me parecen miserables” y “aprendices de tupamaros”. Con respecto a las declaraciones de Da Silva, recogió una en la que acusó a Yamandú Orsi de “comprar votos de canuto” para aprobar un fideicomiso en Canelones, y por ejemplo cuando acusó al mismo intendente de tener “la misma profundidad que Tribilín”.
Iturralde dijo que va a “estudiar adecuadamente” la carpeta antes de contestarle a Pereira, lo que seguramente ocurra cuando vuelvan a reunirse, ya que acordaron un nuevo encuentro para dentro de algunas semanas.
Consultado por la diaria, uno de los senadores en cuestión, Da Silva, dijo tener “otras carpetas” con “insultos” y “acciones” de Pereira y el FA, “empezando por el caceroleo en plena pandemia”. “A partir de ahí, cada una de las mentiras, cada uno de los agravios que me ha hecho: francotirador, patotero, descontrolado”, recordó.
“No vale poner cara de ternero degollado y victimizarse. Tenemos una carpeta profusa de insultos hacia mí, que es lo de menos, y hacia una señora como Graciela Bianchi. La diferencia entre él y yo es que yo no me victimizo y no miento. Creo que cada día más las verdades que decimos con Graciela le duelen a la izquierda porque lo único que pueden hacer es victimizarse y no refutarlas con datos de la realidad”, apuntó.
Luego agregó: “La diferencia entre un blanco y un frentista es que el blanco banca la toma y no se victimiza, el frentista a la primera de cambio se victimiza, por eso a nosotros nos corre la tradición de Saravia”.
En su rueda de prensa, Pereira dijo que “en el Uruguay tenemos una forma de hacer política que tiene bastante que ver con respetar las ideas ajenas, discutir con dureza las mismas pero no meternos con las personas”, pero “hace ya un tiempo que algunos senadores de la república se dedican a meterse con las personas”. Eso fue en referencia a los legisladores blancos, porque agregó que “es muy difícil” que alguien pueda “presentar una carpeta de estas de senadores del FA”.
“También hay algunas actitudes del propio presidente (Luis Lacalle Pou) que no ayudan al clima. Si el presidente no me saluda adecuadamente en la Fiesta del Pollo y la Gallina, a mí no me causa ningún problema espiritual ni emocional, pero a la sociedad le genera una idea de un sistema político confrontado”, apuntó.
Pereira afirmó que “cuando decimos hay que bajar el clima de crispación” es que “todos tendremos una parte de responsabilidad, todos tendremos que tener mayor serenidad”. De todas formas, matizó y dijo que “hay que ser claros en una cosa: Uruguay es uno de los países del mundo con menor crispación”.
Para el presidente del FA, fue una reunión “positiva, como la que hicimos con el resto de los partidos políticos. Hay que generar un clima de diálogo que más allá de las diferencias políticas nos permita conversar, porque luego debería haber políticas de Estado, debería haber miradas largas de temas de interés nacional”.
Iturralde, en tanto, dijo que “en los últimos tiempos no ha habido un buen relacionamiento entre los partidos políticos” y “cada cual pensará que hay responsabilidad de la otra parte pero seguramente la ciudadanía no ve con agrado el clima de enfrentamiento que puede haber entre los partidos”.
Agregó que ambos buscan “que el Uruguay siga teniendo un nivel de diálogo como lo ha tenido históricamente, que tengamos un diferencial en la región y en el mundo, que seamos capaces de construir y que pongamos límites a ciertas cosas: el agravio, el insulto”. También dijo que no se anclará “en las diferencias que hemos tenido, creo que hemos llegado a un clima de enfrentamiento, que espero que a partir de ahora sea un punto de inflexión, y que todos nos pongamos de acuerdo en construir”.
Iturralde indagó sobre el rol de Leal y nuevas aristas del caso Morabito
Así como Pereira se quedó con preguntas sin respuestas, Iturralde se fue de La Huella de Seregni sin despejar todas las interrogantes con las que entró. Según dijo en una rueda de prensa, consultó sobre la situación del asesor en seguridad del FA, Gustavo Leal, que visitó a la familia de Astesiano y es indagado por la Fiscalía, y cuestionó sobre el papel del exfiscal Jorge Díaz, que “ha salido a oficiar como vocero del FA”.
Consultado sobre si despejó sus dudas, Iturralde respondió: “No me quedó claro lo de Leal en lo más mínimo, ni me quedó claro por qué el fiscal Díaz se mete en ese tema. Son cosas que no corresponden y deberían ser aclaradas, pero es importante que dejemos actuar a la Justicia”.
Al respecto, Iturralde agregó que el PN quiere “ir hasta el final” tanto en el caso de Astesiano como en los que involucran a los narcos Rocco Morabito y Gerardo Gónzalez Valencia. “La Justicia tiene que meterse en este tema a fondo; los fiscales y los jueces deben tener las garantías para trabajar con toda la tranquilidad del mundo y que la ciudadanía perciba que se está investigando”, apuntó.
Sobre la reunión, Iturralde señaló: “Queremos que Uruguay siga teniendo un nivel de diálogo como el que ha tenido históricamente, que tengamos un diferencial en la región y en el mundo, que seamos capaces de construir y que pongamos límites a ciertas cosas: el agravio, el insulto, la puesta en duda de actitudes morales no pueden ser parte de las cosas que hagamos. Como dice un muro de Cerro Largo al llegar a Melo: duro con las ideas, suave con las personas”.
Iturralde aseguró que va a “estudiar adecuadamente” la carpeta que le dio Pereira y que luego le contestará, pero que no se anclará “en las diferencias que hemos tenido; creo que hemos llegado a un clima de enfrentamiento, que espero que a partir de ahora sea un punto de inflexión y que todos nos pongamos de acuerdo en construir”.