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Carolina Cosse (archivo, abril de 2023).

Foto: Alessandro Maradei

Cosse pone la mira en la “agenda” del próximo gobierno mientras evita hablar de su precandidatura

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La intendenta de Montevideo asegura que sólo hablará de su definición “cuando la haya”; sobre un posible plebiscito para dejar sin efecto la reforma previsional afirmó que “las medidas de democracia directa en temas tan importantes son siempre adecuadas”

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Leído por Andrés Alba.
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A diferencia de la posición que han tomado otros potenciales precandidatos por el Frente Amplio (FA) en las internas de 2024, como Yamandú Orsi, Andrés Lima o Mario Bergara, la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, repite, cada vez que se le pregunta por el tema, que no es tiempo de hablar de precandidaturas, que hay otras prioridades. Similares son los discursos de los sectores que, a falta de resolución, se inclinan a apoyarla, como todos los que integran la corriente Izquierda y Libertad, con el Partido Socialista a la cabeza, y el Partido Comunista –que inició una ronda de conversaciones con otros sectores previo a su comité central, donde es posible que tome una definición–, que prefieren hacer énfasis en la construcción del programa de gobierno.

Este sábado, Cosse concurrió a una actividad del comité de base García Lorca, del barrio Jacinto Vera de Montevideo, y consultada por la diaria sobre una posible fecha para el anuncio de su definición, se limitó a responder: “Cuando la haya”. En cambio, durante su discurso ante los militantes puso foco en la importancia de las elecciones nacionales que vienen y en lo que debería ser la “agenda” del próximo gobierno.

“Nuestro pueblo”, dijo Cosse, debe “entender que se aproxima un momento trascendente, un momento de o vamos para acá o vamos para acá”, acompañando un gesto de su mano en subida o en bajada. “Es un momento trascendente de la historia del Uruguay, es mucho más que unas elecciones lo que va a venir, es la definición de nuestro propio destino”.

Explicó que, a su entender, es “tan trascendente por lo que está pasando en Uruguay pero sobre todo por lo que está pasando en el mundo”. Habló largamente de las consecuencias del cambio climático y puso como ejemplo la “sequía sin precedentes” que atraviesa nuestro país y que “hace un año en dos horas y media llovió lo que en un mes y medio”, lo que provocó una inundación en Montevideo. Apuntó que este fenómeno “amenaza la vida de la humanidad” por “las catástrofes” pero también porque pone en riesgo “la alimentación del ser humano”, “el aire” y “el agua”, y todo ello producto de “una depredación desenfrenada de la humanidad sobre la naturaleza”.

“Por eso, hacia el futuro, si no tenemos una agenda seria de sostenibilidad, estamos perdidos”, expresó. Dijo que debe ser una agenda que se “obsesione” con el crecimiento “pero no depredando” y no “haciendo lo mismo” que hasta ahora ni “mejor”, sino “haciéndolo distinto”. “Hacerlo distinto va a requerir mucho diálogo, mucha participación, mucha reflexión profunda y ritmo; no vamos a disponer de un año ni de dos para ponernos de acuerdo en lo que hay que hacer”, expresó. Y como eje central subrayó la necesidad de “crecer con inclusión”.

En paralelo, apuntó que será necesaria “la reconstrucción” del país en diversos términos luego de un período de gobierno de la coalición multicolor, ya que se está “desmantelando” áreas clave como la “salud” y las “empresas públicas”.

Sobre esto último enfatizó al decir que “en el mundo hoy se está invirtiendo miles de millones de dólares en investigación científica destinada a lograr nuevas fuentes de energía en escala cada vez más pequeña” y que “quien sea dueño de esas tecnologías es dueño de la manija del futuro”. Por eso señaló que “en energía tenemos que trabajar mucho más, no sólo poner molinos”. Y luego apuntó a Antel, al decir que “cuando el mundo está avanzando en inteligencia artificial a pasos inimaginables” la estatal no puede “mirar para otro lado cuando podría ser la empresa de inteligencia artificial del Uruguay”. A su entender, sería “fuertísimo que Antel ponga una patita ahí”, y puso como ejemplo: “Si nosotros aplicáramos la inteligencia artificial desde un punto de vista humanista en la salud, los avances que tendríamos serían brutales”.

La “batalla cultural”

En la actividad en el comité participaron otros dirigentes frenteamplistas como los senadores Óscar Andrade y Alejandro Sánchez, además de la presidenta de la departamental de Montevideo, Graciela Villar. Andrade, que bajo una incesante llovizna otoñal llegó al comité en chancletas, fue el primero en arribar y en hablar y captó la atención de los militantes que aprovechaban la venta de chorizos y hamburguesas para almorzar. Durante su alocución se fue incrementando el público por los vecinos que se pararon a escucharlo, incluso en la vereda de enfrente.

Andrade repasó varios temas en su discurso, pero uno de los centrales fue la necesidad de que el FA no sólo vuelva al gobierno para “tener el timón el Estado para iniciar una serie de transformaciones en distintos planos”, como ya lo hizo con la “mejora de salarios” y el “descenso de la pobreza y la indigencia”, sino para “democratizar las decisiones, mayor participación política, mayor protagonismo popular”. Por este motivo, llamó al FA a expandirse en el territorio a través de sus comités de base para dar la “batalla cultural”.

“No se construye una sociedad más solidaria con individuos cada vez más individualistas mirándose la panza; es la acción colectiva, el protagonismo social, el vínculo con las distintas expresiones de la sociedad que luchan contra las desigualdades, el que nos va generando determinada cultura que abriga el proyecto político”, señaló. Por eso apuntó: “Pensar que todo se resuelve en las elecciones es un error”.

De todas formas, recordó el proceso que llevó a la derrota del FA y lamentó que “vino un gobierno neoliberal” que aplicó “un programa que es profundamente impopular”, ya que “la economía uruguaya está muy por encima de lo que estaba en el 2019 pero los salarios y las jubilaciones, la pobreza infantil, los indicadores sociales, están peor, y si no están peor aún en algunos casos es porque hubo resistencia”, principalmente de los sindicatos que “trancaron la pata” y lograron que “no hubiera rebaja de salarios” en algunos rubros. Eso, dijo, “demuestra y nos vuelve a enseñar que la acumulación social no se da sólo porque electoralmente tengas votos”.

“Tenemos que ganar en el corazón de nuestro pueblo que la lucha política vale la pena”, dijo el senador del Partido Comunista, cuya precandidatura aún se maneja como una posibilidad. Aseguró estar “convencido de que vamos a enfrentar una campaña electoral difícil” porque “del otro lado” habrá “muchos recursos económicos” y “muchas lógicas clientelares”.

“Para que el FA gane tenemos que tener bases fuertes, y para tener bases fuertes tenemos que tener convicciones unitarias y estrategia común, y este es un tiempo para construir estrategia, organización, vincularnos a las luchas sociales”, sentenció.

¿Plebiscito por la reforma jubilatoria?

En los últimos días se intensificó el debate en los movimientos sociales y sindicales en torno a la posibilidad de impulsar una recolección de firmas para ir a un plebiscito constitucional que deje sin efecto la reforma jubilatoria aprobada con los votos de la coalición de gobierno.

Consultado por la diaria, Andrade dijo estar “de acuerdo” con que “hay que hacer lo posible por que los componentes más regresivos del ajuste fiscal no se apliquen”. Para ello se debe utilizar un “instrumento que construya la mayor unidad social y política” y por eso hay que tener “la oreja muy atenta” a lo que definan las organizaciones que están discutiendo este tema, como el PIT-CNT. De todas formas, adelantó: “Si el movimiento social decide, cuenta conmigo”. Es que, a su entender, “el que es mano es el movimiento social” y por eso “está bien” que el FA haya solicitado una reunión con sus autoridades para “tratar de acordar caminos”.

Cosse, en tanto, dijo a este medio que “hay que esperar esas cuestiones técnicas” que estaba analizando el PIT-CNT antes de lanzarse a la recolección de firmas, pero adelantó que no es “un planteo descabellado ni fuera de lugar”. “Hay que ver si es legalmente posible. Si fuera legalmente posible, hay que seguir conversando pero las medidas de democracia directa en temas tan importantes son siempre adecuadas”, opinó.

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