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Lucía Martínez y María Traversa

Foto: Mariana Greif

“¿Cómo frenamos el inicio del consumo de tabaco en jóvenes? Con actividad física”

3 minutos de lectura
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¡Activate ya! es una intervención en liceos para prevenir el consumo de tabaco a través de la actividad física y el desarrollo de habilidades sociales.

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Uruguay es conocido a nivel mundial por sus políticas antitabaco, tanto así que fue elegido por universitarios estadounidenses para hacer varios trabajos de grado relacionados con carreras del área salud. Casi por casualidad los contactos se fueron dando para que cuatro licenciadas en Educación Física terminaran dirigiendo una investigación financiada por Estados Unidos sobre consumo de tabaco en Uruguay. Como parte de un proyecto general que estudia la incidencia del tabaco en adolescentes en varias partes del mundo surgió ¡Activate ya!, una intervención en 16 liceos de Montevideo realizada en 2016 que tenía como objetivo prevenir el consumo de tabaco a través de la actividad física y el desarrollo de habilidades sociales. Los resultados estuvieron prontos en 2017 y ahora se replican en revistas científicas del mundo anglosajón.

Lucía Martínez y María Traversa, directora y codirectora del proyecto respectivamente, en diálogo con la diaria comentaron el trayecto y los resultados de su investigación. ¡Activate ya! trabajó con los liceales de primer año de ocho liceos de la capital (sumados a los ocho liceos de contralor, donde no se hizo la intervención). Se dividió en cuatro partes: el trabajo curricular sobre tabaco y actividad física, que se insertó en el Espacio Curricular Abierto, donde realizaron 12 lecciones sobre tabaco y actividad física y se proporcionó material de estudio ideado especialmente para este proyecto con el público uruguayo en un cuaderno de doble entrada y una bitácora de trabajo; reuniones en el Espacio Adolescente, que se desarrolló como actividad extracurricular; pausas activas, en las que se trabajó con la capacitación docente para introducir el movimiento en el salón valorando el impacto del aprendizaje activo; y un evento final que multiplicó lo aprendido a toda la comunidad.

Entre las conclusiones de su investigación se destaca que la actividad física puede ocupar ciertos espacios sociales que llevan a los adolescentes al consumo de tabaco. “La base de la investigación decía que los chicos se acercan al cigarro por querer pertenecer a un grupo o por mejorar su autoconcepto personal. Entonces nos preguntamos antes de empezar: ¿con qué lo combatimos? Ahí entró la actividad física, que tiene un alto potencial para eso: genera pertenencia a un grupo y mejora la imagen que se tiene de sí mismo porque está implícito el cuerpo vivido y porque tiene la diversión como eje. ¿Cómo frenamos el inicio del consumo de tabaco en jóvenes? Con actividad física”, explicó Martínez. Traversa agregó: “Ellos buscan a qué pertenecer; en esa búsqueda si el resultado es el consumo, que puede ser de tabaco o de alcohol, pueden caer, por eso piden a gritos esta información”.

Según las investigadoras la intervención del programa logró sus objetivos de persuadir y evitar el inicio temprano del consumo de tabaco; sin embargo, encontraron una limitante: el tiempo. “Durante los meses en que estuvimos trabajando con ellos se pudo ver un cambio de conducta, pero una vez que el programa se retira de escena falta acompañamiento, entonces los efectos logrados empiezan a disminuir”, comentó Martínez. ¡Activate ya! no siguió funcionando después de terminada la investigación, aunque las autoras siguen vinculadas al tema y continúan aplicando estas técnicas en sus carreras docentes.

Entre líneas

La parte curricular fue una de las líneas más significativas. “Llamó la atención que todo lo que enseñaba a identificar mensajes en la publicidad era inútil para ellos porque ya no hay publicidad del tabaco. Los liceales ya hicieron su vida escolar sin estos estímulos presentes, los profesores ya no fuman dentro del salón de clases, ya hay muchas cosas prohibidas en Uruguay que en otros países son un factor de riesgo”, detalló Martínez. Para que estas enseñanzas fueran significativas en los uruguayos llevaron la situación al alcohol: “Ese es el principal problema que ellos identifican, con ese tema sí pudimos trabajar sobre cómo la publicidad intenta vender ciertos mensajes engañosos”, agregó.

Traversa destacó que “trabajar estos temas en la currícula impactó muchísimo. Por ejemplo, frases como ‘por cada cigarrillo perdés 11 minutos de vida’ los hicieron empezar a sacar cuentas; darles la información fue muy importante, porque no la tenían”. En esta línea Martínez puntualizó: “La currícula de trabajo tenía el objetivo de que ellos accedieran a la información y que pudieran develar cuestiones sociales que los llevaban al consumo de tabaco. También se trabajó sobre estrategias de rechazo; si alguien los invita con un cigarro, saber qué pueden hacer para no quedar ‘pegados’”.

La actividad física fue la otra gran línea de acción. En una primera instancia se trabajó a través de las pausas activas con los docentes, se les explicó que “pueden estar directamente vinculadas a un contenido o ser un momento de corte del trabajo cognitivo”. Estas técnicas fueron muy bienvenidas por sus colegas, que las aplicaron con varios ejemplos, desde hacer un ejercicio de estirar o salir a caminar antes de sentarse hasta relacionar la pausa activa con el contenido académico, así como trabajar con los estudiantes en la noción de la actividad física que abarca el tiempo de Educación Física pero va más allá e incluye todo el movimiento, desde ir al supermercado caminando hasta pararse a buscar las cosas en vez de pedirlas. Traversa subrayó: “La valorización de esos momentos hace que se apropien de ellos y de su salud en general”.

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