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Juan Martínez.

Foto: Alessandro Maradei

Juan Martínez: “Todo empresario arriesga e invierte para generar trabajo y producción, por lo tanto el sector sindical es un aliado, después vienen los matices”

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Nuevo presidente de la Confederación de Cámaras Empresariales.

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El domingo Juan Martínez, ex presidente de la Cámara de Turismo, fue electo como presidente de la Confederación de Cámaras Empresariales (CCE) para el período 2020-2021. Sustituye en el cargo a Gerardo García Pintos, de la Asociación Rural del Uruguay. En entrevista con la diaria dijo que “el sector empresarial no espera que el gobierno lo atienda; es el que propone, el que arriesga, invierte y genera empleo, por lo tanto es proactivo”.

Como nuevo presidente de la CCE ¿ya tiene alguna propuesta para hacer?

Recién asumimos el lunes al mediodía; lo que sí hemos hecho fue una serie de propuestas al gobierno sobre los temas que maneja la confederación que son a mediano y largo plazo, de planificación de la economía en general y del país. No encaramos temas puntuales o sectoriales, para eso está cada cámara y nosotros tratamos de trabajar los temas transversales a todos, que son de estructura, como puede ser la política macroeconómica, el funcionamiento de la eficiencia del Estado, el costo de las empresas públicas, las reformas estructurales laborales, como puede ser la de la seguridad social o la de la educación, la inserción internacional con apertura de mercados y la baja de aranceles. Eso es un poco lo que tratamos de encarar a nivel macro para fomentar el desarrollo, la rentabilidad, la inversión y el empleo. Vamos a estar trabajado con las autoridades nacionales, con las que tenemos un estrecho vínculo.

¿Y la relación con los sindicatos?

Es fundamental, esto es un trípode. Todo empresario arriesga e invierte para generar trabajo y producción, por lo tanto el sector sindical es un aliado, después vienen los matices. Es evidente que todos los trabajos tienen que ser dignos y estar bien remunerados, y para ello tenemos que generar condiciones de bienestar para el trabajador, para que el empresario pueda volcar la inversión donde debe, que es el recurso humano, y no en el pago de otros consumos o impuestos que se diluyen en un mar en el que no se sabe su devolución real. El diálogo tiene que ser permanente y de construcción hacia adelante. La negociación salarial es un tema de cada sector.

En cuanto a la reforma de la seguridad social la Comisión de Expertos en Seguridad Social (CESS) ya está trabajando y las empresas tienen su representante, Elvira Domínguez. ¿Qué opina la CCE que se debe hacer?

Hay un documento de trabajo y vamos a profundizar en él, sabiendo que hay temas que son centrales, como la reducción de la informalidad, porque lo que hace es aumentar los costos a todos los formales. Las certificaciones médicas; el alcance de los subsidios a las pequeñas empresas, que muchas no están alcanzadas por los subsidios de desempleo o salud; la jubilación parcial, y la reducción de aportes son otros de los insumos. Hay una serie de temas para hablar con la CCE, como aumentar la edad de retiro y que sea un sistema donde el ahorro individual juegue y pese, más allá de la parte solidaria; tiene que haber un ahorro individual y las AFAP [Administradoras de Fondos de Ahorro Previsionales] son bienvenidas. Nuestra propuesta será una más de las que se están escuchando, pero la idea es llevar propuestas concretas, para después coordinar con todos los actores porque somos unos cuantos y muy diversos, por lo que tenemos que trabajar en la transversalidad de forma muy coordinada.

“Tener la frontera cerrada y el cero kilo ha permitido que muchos comercios, sobre todo fronterizos, mejoren sus ventas”.

Usted formó parte de la Cámara de Turismo, uno de los sectores más afectados por el covid-19. ¿Haber formado parte de esa cámara pesó a la hora de elegirlo para el nuevo cargo?

No sé si pesó, pero sí fue evidente que hubo una consideración por parte del sector empresarial y un reconocimiento a la gestión y al esfuerzo que hemos realizado en una situación tan delicada; fue sin dudas un elemento que se tuvo en cuenta a la hora de seguir remando. Si bien el turismo tuvo una repercusión muy negativa, con esta pandemia hay muchos sectores que han sufrido y que tienen que reactivarse, y hay otros que están un poco mejor. Entendemos que el efecto en la economía no lo estamos sintiendo aún y vamos a tener un 2021 muy complicado, habrá repercusiones de este año porque las salidas se van acumulando: la reactivación, la recuperación del empleo con su consiguiente reestructuración y todo lo que es la apertura de fronteras, que es bienvenida para el turismo pero no lo es tanto para la mercadería. De hecho, tener la frontera cerrada y el cero kilo ha permitido que muchos comercios, sobre todo fronterizos, mejoren sus ventas.

“No hay que olvidar que el mundo también sufrió esta pandemia, en otras coyunturas el problema era nacional y había una solución en el mercado internacional; hoy está tan globalizado el problema que repercute por todos lados, y la salida no está tan clara”.

¿Hay algún sector que haya sido beneficiado por la pandemia?

Es muy difícil saber si hay beneficiados, muchos pueden decir que la gente tuvo que recurrir al préstamo por lo que el sector financiero anduvo mejor, pero también le pega la baja del consumo y el menor uso de las tarjetas; siempre hay algún elemento que afectó más o menos, pero todos tuvieron un impacto negativo porque los bolsillos de los uruguayos se redujeron, los empleos también y eso es lo que tenemos que recuperar. Si no hay dinamismo en la economía estamos complicados. No hay que olvidar que el mundo también sufrió esta pandemia, en otras coyunturas el problema era nacional y había una solución en el mercado internacional; hoy está tan globalizado el problema que repercute por todos lados, y la salida no está tan clara.

¿Le parece que el año que viene se podría profundizar la crisis?

Esto es global, pero todo el mundo va a estar tratando de reactivarse y empezar a recuperar este año perdido. No creo que tenga el mismo impacto que otras crisis pasadas, como la de 2002. Hay que recordar que hubo impacto sobre las empresas y las personas de forma directa, gente que perdió toda su economía y sus finanzas. Ahora, esto pasa por un parate de la economía, es complicado porque hay empresas que van a cerrar y algunas tendrán que reconvertirse. Hay empleos que deberán adecuarse a la nueva realidad, pero creo que el mundo va a empujar para salir rápidamente, y si bien nos va a costar el arranque está la esperanza de que en 2022 tengamos mejores perspectivas. Usted me hablaba del turismo; es tal vez el más castigados ahora, pero cuando se reabra la frontera y esta pandemia tenga su vacuna, va a ser una oportunidad de reactivación porque el mundo ha visto a Uruguay como un país distinto, sano y responsable.

Considerando que los contagios podrían seguir aumentando, ¿qué medida tomaría para que no se vean afectados el comercio, la industria y los servicios?

Ya lo dijimos cuando estábamos en el sector turismo, pusimos la salud y la vida por encima de los aspectos económicos. Esa es una filosofía que no vamos a cambiar, estemos donde estemos. Primero está la salud de todos, tenemos que cuidarnos y acatar las medidas que está tomado el GACH [Grupo Asesor Científico Honorario], que son adecuadas. Si esto se nos escapa y perdemos el control, el daño que puede hacer en la salud, en lo económico y en lo psicológico nos llevará mucho tiempo de recuperación; lo mejor que podemos hacer es cuidarnos y tratar de frenar esto, lo que no quiere decir que la gente tenga que recluirse. Pienso como el presidente [Luis Lacalle Pou] y creo en la libertad de la gente y en su responsabilidad, pero sí, tenemos que tomar todas las precauciones necesarias.

¿Qué opina sobre el teletrabajo?

A nivel personal pienso que es una herramienta que destacó a Uruguay en el mundo, porque la infraestructura en telecomunicaciones nos permitió implementarlo y no frenar la economía, es una fortaleza que tuvo el país. Está muy bueno que ocurra y que la gente pueda disponer de su libertad de manera responsable, pero también el teletrabajo lleva un aislamiento social que es antihumano, creo que debería ser un mix con un estricto control de las obligaciones laborales porque puede llegar a encubrir alguna evasión a la seguridad social o a la DGI [Dirección General Impositiva], que es lo que no queremos.

¿Le parece que es un mecanismo que se puede usar tras la pandemia?

Sin dudas, el mundo se ha globalizado, vamos hacia las opciones de teletrabajar y hacerlo en los tiempos de cada uno, apuntando más a la productividad, a la remuneración por resultado más que por antigüedad y tiempo. Lo importante es que la gente tenga un ingreso en función de lo que genera y no por el hecho de estar ocupando una silla durante horas, eso no debería remunerarse, sino el esfuerzo personal y el trabajo, que es lo que dignifica a las personas.

“Tenemos una educación vareliana que repite y memoriza textos que nos imponen de cosas que nos son muy lejanas, cuando lo que hay que hacer es empezar a educar para pensar, para innovar y ser emprendedores”.

¿No sería una complicación la forma de medir el tiempo que desempeña un trabajador? Por ejemplo, un periodista puede llamar varias veces a una persona, pero esta no lo atiende o pide que lo haga en otro momento.

Lo más importante es que tenga la nota; si en el medio se fue a la feria, al supermercado, a hacer mandados o le dio de comer al nene, nos parece bárbaro porque es parte de la vida. Si el objetivo era entregar tres entrevistas y lo hace, no importa cómo lo consiguió, sino que el trabajo está cumplido. Hay que fomentar ese tipo de mentalidad, y eso viene con la educación que también es una reforma estructural que tenemos que hacer. Tenemos una educación vareliana que repite y memoriza textos que nos imponen de cosas que nos son muy lejanas, cuando lo que hay que hacer es empezar a educar para pensar, para innovar y ser emprendedores. Ese es el desafío y el cambio de mente: salir de la famosa caja y mirarla desde afuera para pensar en un mundo distinto y con una filosofía de acción diferente. Yo antes, de muchacho, me llené de enciclopedias; hoy se llena de emprendedurismo, innovación y creatividad. En base a eso tendremos nuevas ofertas laborales, estamos en un momento de cambios radicales y creo que es una revolución de las más grandes de la humanidad y hay que saberla aprovechar.

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