Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.
Las medidas anunciadas anteayer por el presidente Luis Lacalle Pou dieron mucho que hablar, como era previsible. Hubo reacciones de todo tipo vinculadas con cuestiones inmediatas, y también consideraciones más generales y de largo plazo.
Por un lado, surgieron quejas ante la suspensión de algunas actividades, como las del intendente de Rivera, Richard Sander, por los free shops de ese departamento. Por otro, reclamos contra el mantenimiento del trabajo en ciertos sectores, como el de la Asociación de Funcionarios Judiciales del Uruguay, que definió un paro de 48 horas. También se plantearon aceptaciones de la pausa acompañadas por la demanda de una pronta reanudación, como la de la Sociedad Uruguaya de Pediatría acerca de las clases presenciales.
Desde el Frente Amplio, las críticas apuntaron en gran medida contra los criterios aplicados para decidir el reparto de costos de la crisis, que también fueron rechazados desde el PIT-CNT. El senador Danilo Astori cuestionó que, como el año pasado, el impuesto destinado al Fondo Coronavirus se aplique sólo a quienes tienen mayores retribuciones en el sector público y no a los grandes capitales ni a las mayores ganancias en la actividad privada.
En este sentido, la senadora Lucía Topolansky recordó que el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Colorado había declarado, antes de la conferencia de Lacalle Pou, que consideraba necesario extender ese impuesto transitorio a los privados, y señaló que cuando el proyecto correspondiente se trate en el Parlamento, esa modificación puede aprobarse si la votan colorados y frenteamplistas.
Por otra parte, el también senador Óscar Andrade destacó que el problema no es sólo el financiamiento del Fondo Coronavirus, sino también la insuficiencia de las medidas que se llevan adelante con sus recursos. Andrade añadió que Lacalle Pou ni mencionó el problema del incumplimiento de los protocolos para evitar contagios en el trabajo, y sobre esto cabe acotar que en materia de advertencias también hubo una distribución desigual, porque el presidente sí advirtió que las fuerzas de seguridad seguirán ejerciendo sus actuales potestades para limitar el derecho de reunión, cuando entiendan que están ante una aglomeración peligrosa para la salud pública.
Por el momento da la impresión de que, si las medidas gubernamentales resultan insuficientes, el peso de aportar lo que falta recaerá en las conductas voluntarias, individuales y colectivas, lo cual implica también un reparto desigual. Lamentablemente, gran parte de la población en mayor riesgo de contagio es también la que más dificultades afronta para cuidarse.
El telón de fondo de todo esto es la confirmación, por parte del Banco Central, de que la caída del producto interno bruto el año pasado fue muy importante: 5,9%, poniendo fin a 17 años seguidos de crecimiento. Pero incluso en este terreno hay que tener en cuenta las diferencias. Mientras muchos sectores sufrían duros golpes, el agropecuario y el de la construcción crecieron, y esto bien podría tenerse en cuenta al decidir quién puede aportar para la reducción de daños.
Hasta mañana.