En el marco del 58° aniversario de la Asociación de Docentes de la Universidad de la República (ADUR), este jueves el sindicato realizó un evento en la Facultad de Artes, donde realizó una evaluación sobre la campaña contra los 135 artículos de la ley de urgente consideración (LUC), que finalmente quedaron ratificados por la ciudadanía el domingo. El “brindis” por el cumpleaños de ADUR contó con la presencia de la secretaria general de la Federación Uruguaya de Magisterio (FUM), Elbia Pereira, y el presidente de la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria, José Olivera, e integrantes de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay.
Agustín Cano, secretario general de ADUR, expuso que durante la campaña el gremio aportó distintos tipos de “producción de análisis y documentos”, hasta el despliegue territorial en barriadas y actividades. En ese sentido, dijo estar convencido de la “importancia” de “fortalecer la unidad y el trabajo conjunto” de los diferentes gremios y sindicatos de la educación pública para “resistir”, porque la “ofensiva en curso” por parte de las autoridades educativas “sólo tiene precedentes en el contexto de la escalada autoritaria de la década del 70 del siglo pasado”.
Al respecto, Cano consideró que “no es un comentario alarmista” y que no refiere a “alguna escaramuza reciente por algún cartel”, en alusión al llamado a comisión del Parlamento que hará el diputado colorado, Felipe Schipani, al decano de Arquitectura, Marcelo Danza, por permitir a la intergremial universitaria colgar una pancarta llamando a votar por el Sí días antes del último referéndum, sino que se trata de algo “mucho más profundo”. “Para tomar real conciencia del momento que estamos atravesando basta conocer mínimamente el clima de precarización, inestabilidad, vigilancia, control político, persecución y miedo en el que trabajan tantas educadoras y educadores, profesores, maestros y educadores sociales hoy en nuestro país y en nuestra educación pública”, cuestionó. En ese sentido, Cano llamó a “resistir a una fuerte ofensiva de censura y control político” realizada “en nombre nada menos que de la laicidad”.
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Entre otras cosas, también pidió “resistir” al plan “fragmentador y privatizador” de la formación en educación por el mecanismo que creó la LUC y por las nuevas orientaciones que se divulgaron esta semana. En agregado, reiteró el compromiso con “fortalecer” el espacio público universitario de formación en educación y planteó que el “objetivo” es la fallida Universidad de la Educación.
Por otra parte, adelantó que de cara a la Conferencia Mundial de Educación Superior de la Unesco, que se desarrollará en Barcelona entre el 18 y 20 de mayo, articulará acciones con sindicatos de docentes, gremios estudiantiles y redes de universidades públicas de América Latina para defender la educación universitaria como “derecho”, puesto que es un “principio que está siendo amenazado en este momento”.
Por último, estableció que la campaña por el referéndum dejó un clima “enrarecido” y un contexto y lugar “donde es muy difícil moverse y discutir”. Según Cano, este escenario trae “el desafío” de “promover un mejor clima de debate social y público, mejor clima de intercambio, sin perder la fidelidad de nuestras armas, que son las de los educadores: la ciencia, la cultura, las artes, la escucha, el diálogo, la búsqueda precaria incesante de una verdad”.
Las viejas prácticas
Pereira indicó que el domingo pasado los promotores del referéndum quedaron “al borde” de derogar los 135 artículos, entre los que hay 34 que “afectan” a la educación pública. Por eso, llamó a la “unidad de acción”, a “proteger” los derechos de la educación de la ciudadanía, y a los gremios docentes a tener “una mayor y mejor coordinación, porque el objetivo [de defender la educación pública] es común”.
Por su parte, Olivera coincidió con la secretaria general de la FUM en que es necesario tener “unidad de acción” y que también se requiere del “compromiso y papel decisivo” de los académicos que “elaboran teorías” y, sobre todo, “tienen mucho para aportar en la búsqueda de algunas iniciativas que nos permitan recrear un programa de transformación social de sentido democrático y de justicia social”. Además, cuestionó que actualmente el concepto de libertad está “fuertemente cuestionado” y que, si bien es cierto que no estamos en 1972, “un día sí y otro también reaparecen viejos conceptos que vienen a cuestionar esa perspectiva de desarrollo para nuestro pueblo”.