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Fiorella Buzeta.

Foto: Gianni Schiaffarino

Futura directora de la Asesoría para la Igualdad de Género de la IM asumirá con la tarea de “trabajar con las mujeres más desprotegidas”

9 minutos de lectura
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Fiorella Buzeta propondrá crear una “mesa interinstitucional” para “aunar fuerzas” con el gobierno nacional en una “respuesta integral” a cuestiones como el acceso de víctimas de violencia a una vivienda o las problemáticas que enfrentan mujeres en situación de calle.

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Desde el despacho que todavía mantiene en el edificio anexo del Palacio Legislativo como diputada suplente, Fiorella Buzeta dice estar “muy entusiasmada” cuando la diaria le pregunta cómo está viviendo los días previos a asumir como directora de la División Asesoría para la Igualdad de Género de la Intendencia de Montevideo (IM). “Yo vengo de ser edila de la Junta Departamental de Montevideo, entonces por supuesto que conozco Montevideo, que me gusta Montevideo y que me motiva trabajar por Montevideo”, agrega más adelante ante la pregunta de cuál fue su sensación cuando el intendente electo, Mario Bergara, le propuso el nuevo desafío.

El entusiasmo también tiene que ver con lo que representa el cargo que desempeñará a partir del 10 de julio. Por un lado, porque “es un rol totalmente diferente al legislativo” y “sin duda”, dice, “poder incidir en las políticas públicas desde un rol ejecutivo tiene también su atractivo y vamos a intentar dar lo mejor”. Pero además se desempeñará en un área que, si bien conoce –integró durante cinco años la comisión de género en la Junta Departamental–, no es con la que se suele vincular su figura política, que emergió de la militancia social por los derechos de las personas con discapacidad.

“Yo me defino como feminista. Creo que en este rol tenés que estar convencida del feminismo, pero también es un rol político; hay que asumir que la responsabilidad es hacer que las cosas sucedan, independientemente de las áreas en las que he trabajado. Así que es un desafío muy lindo, me siento muy entusiasmada y también tengo ganas de aprender”, señala Buzeta, y reconoce que desde “hace muchos años” trabaja para que no se la asocie “solamente” con la temática de la discapacidad. “Además de ser una persona con discapacidad, soy una mujer en situación de discapacidad, y esas dos situaciones me atraviesan y determinan mi día a día, determinan los lugares a los que he llegado, determinan las violencias que he vivido. Entonces, ninguna de estas dos cosas me resulta ajena”, afirma la futura directora de 33 años.

Para la jerarca electa, “la IM es uno de los lugares que más ha hecho en género, independientemente de lo nacional”. Por eso, aclara que –en línea con lo que ha dicho Bergara durante la campaña– ella no tiene una intención “refundacional”, sino que apuesta a “sacar lo mejor del acumulado de todos estos años” y pensar “qué más vamos a seguir haciendo” para fortalecer las políticas de género departamentales. Y asegura que será siempre “en consulta” con las “mujeres que están organizadas desde hace muchos años, que saben cuál es la hoja de ruta que hay que seguir y cuáles son las transformaciones necesarias para dar un salto en materia de género”.

En entrevista con la diaria, Buzeta comparte algunos detalles de ese seguir haciendo, que pondrá el foco en las mujeres “más jodidas” y, entre otras cosas, incluirá la propuesta de crear una “mesa interinstitucional” para coordinar acciones con el gobierno nacional.

¿Con qué objetivos y prioridades vas a aterrizar en la Asesoría para la Igualdad de Género el próximo 10 de julio?

Tuve una primera reunión la semana pasada con la actual directora, María Noel Avas, que me dio mucha tranquilidad porque la casa está ordenada. Es muy importante saber que los programas van a continuar y que todo está funcionando. Estoy en el período de transición, me estoy haciendo de información para saber cuáles pueden ser algunos de los énfasis, pero mis objetivos tienen que ver con trabajar con las mujeres más desprotegidas. En ese sentido –y acabo de pedirle una reunión a [la directora del Instituto Nacional de las Mujeres] Mónica Xavier–, creo que tenemos una oportunidad única de poder coordinar con el gobierno nacional algunas políticas que muchas veces quedan cortas y que es necesario profundizar.

Cuando hablás de “mujeres más desprotegidas”, ¿te referís a las mujeres en situación de violencia o no necesariamente?

En cuanto a las situaciones de violencia que viven las mujeres, muchas veces no tienen respuesta directa como, por ejemplo, en materia de vivienda. Es complejo dar una respuesta en vivienda cuando la mujer está viviendo la situación extrema de violencia. Ahí hay que coordinar con el gobierno nacional, hay que buscar alternativas y, en esa sinergia, mi objetivo es proponerle al gobierno nacional hacer una mesa interinstitucional donde demos respuesta a las mujeres de manera integral. La IM tiene un montón de tierras y de lugares para otorgarle al gobierno nacional. Podemos empezar a pensar algunas cosas para dar respuesta a lo más urgente, como cuando la mujer tiene que salir corriendo de su casa con sus hijos a cargo porque la están violentando. Esas respuestas a veces son insuficientes en el Estado porque no tenemos recursos, porque no tenemos la respuesta del todo aceitada y, a mi entender, porque falta coordinación. Entonces, una de mis propuestas es instalar una mesa interinstitucional donde podamos coordinar con el Ministerio de Vivienda, con Inmujeres, la IM y algún otro actor que pueda ser importante.

Por otro lado, incipientemente, la IM trabajó en este período en mujeres y discapacidad. Mi intención es también ampliar ese servicio, que esté en todas las comunas, que las mujeres lleguen fácilmente a esa información, que puedan asesorarse, porque es el primer paso muchas veces: darte cuenta vos de que lo que estás viviendo es violencia. Ahora sólo hay un servicio para mujeres en situación de discapacidad víctimas de violencia de género, que funciona además dentro de la IM, y a muchas que viven en la periferia les queda lejos.

Quiero trabajar con todas las mujeres que están más jodidas. Por ejemplo, hay una urgencia en las personas en situación de calle. Tenemos 4.000 personas en situación de calle y hay una proyección de la Defensoría de Vecinos y Vecinas, que fueron a presentar a la Junta Departamental, que señala que, si no tomamos medidas, en 2030 van a ser 10.000. ¿A qué voy con esto? La mayoría son hombres, jóvenes, exprivados de libertad, pero hay un porcentaje que son mujeres, y las mujeres que están en calle viven un montón de situaciones súper complejas. Además del tema de las adicciones, está el tema de la salud mental, el tema de que no tienen qué ponerse cuando están menstruando o ni siquiera para ir a un baño; sufren un montón de violencias. Necesitaría juntarme con el Mides [Ministerio de Desarrollo Social] para ver datos de cuántas mujeres en situación de calle hay, pero creo que les podemos dar una respuesta real, sacarlas de la calle y trabajar con ellas, darles otras oportunidades. Tengo ganas de empezar a profundizar en estas poblaciones concretas que son las más vulneradas. Capaz que viene de mi historia, pero yo pienso mucho en los “nadies”, que son esas personas de las que no hablamos, las personas en situación de calle, las clasificadoras, las personas con discapacidad, las cuidacoches, esos colectivos que siempre están vulnerados y que muchas veces en el discurso político no los nombramos. ¿Podemos hacer algo para transformarles la vida a esas mujeres? Por supuesto que es a todas las personas, pero en este nuevo rol me gustaría hacer énfasis en las que están más desprotegidas de alguna manera por el Estado y ver si podemos buscar soluciones reales a esas trayectorias de vida.

La asesoría tiene muy buenos programas en respuesta a la violencia y en promover la independencia económica de las mujeres, que en esto también tenemos más para trabajar. En esto que decía, de coordinar con el gobierno nacional, se me ocurre que hoy muchas veces los recursos que se les dan a las mujeres son programas que llevan un tiempo, con remuneraciones modestas. Podemos trabajar con el Inefop [Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional], con otras instituciones del Estado, con empresas, para dar salidas reales de trabajo a las mujeres. En general, considero que hay un montón de cosas que ya se hacen, que hay que sostenerlas, ampliarlas y amplificarlas, según cuáles sean las demandas.

En los últimos cinco años hubo una ampliación notoria de los distintos servicios que tiene la IM para atender situaciones de violencia de género, y una de esas medidas incluyó extender la atención a adolescentes de 15 a 18 años en las Comuna Mujer.

Bueno, infancias y adolescencias es otra de las cosas en las que me gustaría trabajar. Esos servicios que se hicieron en este período están desbordados, y eso quiere decir que hay una demanda urgente que atender. Hay mucho para hacer ahí, y creo que debemos ampliar esos servicios en las Comuna Mujer. Me parece fundamental que podamos asumir un rol para que sean adultos y adultas más sanas, que tengan otra perspectiva de la vida después de que sufren violencia. Cuando las mujeres son violentadas, muchas veces las víctimas también son sus hijos e hijas. Ahí entra un mundo donde trabajamos muchas veces la violencia, por supuesto que atendiendo a la madre o a la persona a cargo de esas infancias, pero después hay una trayectoria de esas infancias que también tenemos que trabajar, porque son infancias que están marcadas. Ahí tenemos algo para hacer que también habrá que trabajar a nivel nacional, con el INAU [Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay].

El programa del FA para la capital refiere a “profundizar” el compromiso asumido en la Estrategia para la igualdad de género de Montevideo 2021-2025. ¿Ya hicieron una evaluación sobre qué es necesario continuar y en qué temas es mejor un nuevo abordaje?

Hay que hacer un análisis de qué sirvió, qué no sirvió, si tenemos que cambiar el rumbo, la estrategia o reacomodar algunos programas. Mi intención no es refundar nada, al contrario; yo valoro muy bien las políticas de género en la IM y creo que es una de las áreas que mejor trabaja de la intendencia, incluso en lo que ha logrado a la interna. Uno de mis objetivos, de hecho, es seguir transversalizando las políticas de género dentro de la IM. Muchas veces caemos en que cada cual mira su lugar; la Asesoría de Género mira el género y el género es transversal. Entonces, tenemos que lograr que la IM, cuando vaya a instalar una parada de ómnibus, tenga la perspectiva de género; cuando vaya a desarrollar luminarias en los espacios públicos, tenga la mirada de género; cuando vaya a desarrollar programas en salud, tenga la perspectiva de género. Esa transversalidad permite, además, aumentar los esfuerzos. Es decir, no es solamente la asesoría buscando que las cosas sucedan con perspectiva de género, sino que hoy todos los departamentos tienen una referente en género que se dedica a pensar estas estrategias dentro de cada departamento. Tiene que ver con que haya más luminarias pero también una rampa para que las mujeres con discapacidad puedan acceder. Con que las policlínicas sean un resorte de asesoramiento cuando llegás a hacerte un chequeo y ahí te desbordás y explicás tu situación de violencia. Esas coordinaciones tienen que estar, y entiendo que se viene haciendo un buen trabajo, pero que falta la perspectiva de género en algunos temas. Creo que lo que falta es coordinación interinstitucional dentro de la IM. Hay un montón de áreas en las que todavía falta, que tenemos funcionarios que están comprometidos con la tarea y que muchas veces no tienen esta formación, que tiene que ver con identificar que no es lo mismo ser un varón y ser una mujer transitando por Montevideo.

Mencionás cómo mujeres y varones transitamos la ciudad y justamente un área donde hay trabajo acumulado de la IM es en acoso sexual callejero. Está la campaña “Montevideo libre de acoso”, más recientemente la de “Boliches libres de acoso”. Sin embargo, seguimos haciendo estrategias todo el tiempo para sentirnos seguras cuando salimos a la calle. ¿Hay acciones pensadas para reforzar lo ya hecho?

Sí, sin duda, y hay muchas cosas que se cruzan con el gobierno nacional, por lo que desde la mesa interinstitucional tendremos que ver cuáles son los focos más inmediatos. Uno tiene que ver con esto de la seguridad, y el Ministerio del Interior ahí también tiene un trabajo enorme para hacer. En cuanto a la percepción [del acoso sexual callejero], no sé si tenemos la misma que hace unos años. Sí que nos sentimos inseguras, porque nos pasa cuando salimos, volvemos a las dos de la mañana y le mandamos la ubicación a nuestra amiga, nos avisamos entre nosotras cuando llegamos. Sin duda que esa violencia la seguimos viviendo y los números están claros en cuanto a la cantidad de denuncias, la cantidad de femicidios, la violencia vicaria. Es algo que nos va a llevar tiempo cambiar, pero para eso estamos cada vez integrando más espacios y aportando a las políticas públicas. Es necesario sostener todos los programas que se vienen desarrollando y ampliarlos. A la vez, tenemos que lograr que esta perspectiva no sea solamente en las mujeres, sino trabajar también las masculinidades. Hay un área específica de la intendencia que lo trabaja; a mí me gustaría profundizarla, porque creo que nunca el cambio se da en un lado solo. Tenemos que trabajar con los varones que tenemos al lado, porque son ellos los que no se corren de los lugares y los que ejercen violencia. Entonces, los tenemos que hacer parte también de los cambios.

La IM tiene el servicio para varones que ejercen violencia, en la gestión pasada lanzó una línea de escucha para varones junto con la Facultad de Psicología de la Universidad de la República. ¿Qué otras propuestas se pueden construir para fortalecer el trabajo en esta temática?

No lo tengo del todo claro porque todavía necesito ver los datos. Lo que sí tengo claro es que ese servicio telefónico tiene mucha demanda, hay muchos varones que llaman, que quieren ser atendidos, que se quieren informar. Entonces, creo que ese debería ser el camino y también quizás, de manera coordinada con el gobierno nacional, hay que masificarla. La mesa interinstitucional para mí es clave porque aunás fuerzas. No es la IM haciendo políticas de género, sino la IM haciendo en coordinación con el gobierno nacional, que tiene otros recursos y otras posibilidades de amplificar las voces y de seguir trabajando los temas. Por otra parte, la transformación de la intendencia tiene que ser también a la interna. Es una de las dificultades que tenemos hoy: si las mujeres empezamos a ocupar los espacios en la IM con referentes de género en todos los departamentos, a esas mujeres no les es fácil el trabajo y están muy solas. Entonces, hay que trabajar con ellas, acompañarlas y dar un respaldo político. Acá contamos con la visión política de Mario [Bergara] de respaldar las políticas de género, de jerarquizarlas, de seguir aumentando los programas, y eso para mí es una tranquilidad enorme.

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