Salud Ingresá
Salud

Planta de OSE en Aguas Corrientes.

Foto: Alessandro Maradei

Sociedad Uruguaya de Pediatría señala que consumo de agua de OSE puede tener consecuencias en la salud de niños y niñas

1 minuto de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Manifestaron que es responsabilidad de los representantes sanitarios, los equipos de salud y las sociedades científicas que la información llegue a la población.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

La Sociedad Uruguaya de Pediatría hizo algunas advertencias respecto del impacto en la salud de niños, niñas y adolescentes por el consumo de agua de OSE tras el aumento de la salinidad en Montevideo y el área metropolitana. Asimismo, hizo una serie de recomendaciones mediante un comunicado que emitió este lunes.

Ante la coyuntura actual, en la que “un litro de agua de OSE está conteniendo 1,1 gramo de sal en promedio”, el colectivo de pediatras recordó que durante los seis primeros meses de vida existe una limitación renal para la eliminación del sodio y que el consumo elevado implica un aumento en la “prevalencia de la hipertensión arterial, nefropatías y otras enfermedades crónicas no transmisibles desde la niñez a la edad adulta”.

Exhortaron a no agregar sal a las comidas y evitar el consumo de alimentos ultraprocesados. Además, remarcaron que el agua filtrada tiene la misma cantidad de cloruro de sodio que el agua de la canilla.

En esa línea, agregaron que para evitar la sobrecarga de sal en las infancias, debe restringirse el mineral en su alimentación, especialmente durante la lactancia. Los bebés menores de 12 meses que no reciben pecho materno deben consumir la leche de fórmula o la leche de vaca diluida con agua embotellada.

La alimentación complementaria, entre los seis y 24 meses, no debe tener sal agregada y, aun en niños y niñas más grandes, “debe vigilarse el contenido de sal de la alimentación”, indicaron. “En caso de niños hipertensos o con indicación médica de no consumo de sal, portadores de enfermedad renal crónica, en diálisis o trasplantados, evitar el consumo de agua de OSE”, advirtieron.

“Es responsabilidad de los representantes sanitarios, los equipos de salud y las sociedades científicas que esta información sobre un tema tan sensible, que puede determinar consecuencias graves a corto, mediano y largo plazo, llegue a la población”, concluyeron.

¿Te interesa la salud?
Suscribite y recibí el newsletter de Salud en tu email.
Suscribite
¿Te interesa la salud?
Recibí el newsletter de Salud en tu email.
Recibir
Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura