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Movilización de AFUTU (archivo, noviembre de 2021).

Foto: Alessandro Maradei

Afutu afirma que paros ocurren por nulos avances en negociaciones; según jerarca, sindicato tiene “todos los caminos” para plantear discrepancias

4 minutos de lectura
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Los trabajadores afirman que no tienen información básica para informar a familias sobre cambios curriculares, a los que ven como una “imposición”

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Leído por Mathías Buela.
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La negociación entre la Dirección General de Educación Técnico-Profesional (DGETP) y la Asociación de Funcionarios de UTU (Afutu) permanece en punto muerto, lo que ha incrementado el descontento del sindicato. Ante lo que consideraban una falta de avances en la negociación bipartita sobre las bases de un llamado a adscriptos, solicitaron una instancia ante el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) que, después de varias veces de ser suspendida, no logró avances.

Según dijo a la diaria Ana Borges, presidenta de Afutu, esta falta de avances se debe a la actitud de la DGETP, a cargo de Juan Pereyra. Si bien en UTU existían varias comisiones temáticas en las que el consejo que gobernaba el organismo negociaba con el sindicato, por ejemplo, las bases de los concursos, la actual gestión planteó en la instancia en el MTSS que sólo serán convocadas las instancias a las que la ley obligue. En ese sentido, cuestionó que las instancias bipartitas previas a la intervención del ministerio hayan sido utilizadas únicamente para notificar a los sindicalistas de resoluciones ya tomadas y consideró que las reuniones “podrían haber sido un mail”.

Al respecto, dijo que esa manera de proceder se mantuvo en la reunión tripartita y que, a causa de estas actitudes de las autoridades, los sindicatos tienen que apelar a otro tipo de medidas para que sus reclamos sean escuchados, en referencia a paros, ocupaciones y movilizaciones en las calles. En suma, señaló que desde Afutu defienden “el derecho a trabajar” y quienes paran son los primeros perjudicados, ya que se les descuenta del salario, y dijo que actualmente los sindicatos están reclamando principalmente por “condiciones de trabajo”.

En ese sentido, habló de los cambios curriculares que se implementarán el año que viene, según anunciaron las autoridades de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). En la misma línea que otros sindicatos de la educación, Borges señaló que hay una gran incertidumbre sobre las condiciones laborales para el año que viene. En ese sentido, indicó que cuando se está por llegar a mediados de octubre no hay certeza de cuándo ni cómo será la elección de horas, así como tampoco de la oferta que brindará cada escuela técnica en el primer año de educación media. Al respecto, mencionó que incluso representa un problema cuando las familias de niños que cursan el último año de primaria se acercan a una UTU para consultar la propuesta del año que viene.

Además, sostuvo que si bien las autoridades han señalado que el plan de estudios difundido semanas atrás es un documento preliminar, las inscripciones ya se están realizando para el séptimo grado, como se llamará ahora el primer año de la educación media.

Si bien Borges señaló que son conscientes de que los jerarcas del gobierno en ANEP tienen las potestades para tomar decisiones sin consultar al sindicato, algo que les hacen saber “una y otra vez”, se mostró disgustada porque no se negocia “nada”. En ese sentido, insistió con que los paros y las movilizaciones se llevan a cabo después de esperar ser escuchados en las instancias de negociación, pero eso no ocurre, ya que se encuentran únicamente con “imposiciones” y no se presenta ningún argumento para fundamentar las decisiones que se toman. Además, indicó que desde el gobierno se busca promover una imagen negativa de los sindicalistas, cuando estos se dedican a defender los derechos de los trabajadores.

“No puede haber cogobierno”

“Hay una administración que es la que tiene la obligación de llevar adelante la institución, entonces, no puede haber cogobierno”, afirmó a la diaria Juan Pereyra, director general de UTU, en el marco de ciertas decisiones de las autoridades que han generado molestia en el sindicato, como lo que respecta a los cambios en los contratos de gestión y servicio.

Si bien desde Afutu entienden que los cambios generarán más inestabilidad y precariedad, Pereyra explicó que la propuesta implica que la persona a quien se contrate tiene que firmar un contrato a término, lo que ya “sucede en la administración pública”. “No entiendo por qué nosotros no lo podemos hacer”, apuntó, y agregó que la modificación “es muy importante, porque muchas veces sucede que uno toma al funcionario y por equis motivo no se adapta a la función y tenemos que seguir con él de por vida”. En ese sentido, dijo que el funcionario tiene “todas las garantías”, a partir de los estatutos de ANEP. Si bien aseguró que se trata de “un relacionamiento diferente”, afirmó que “es 100% legal, válido, y fue presentado donde debe ser presentado”.

Otro punto que puso en alerta a Afutu es el cese de las extensiones horarias de los funcionarios, que, según Borges, significa un nuevo “recorte” presupuestal. Al respecto, el director de UTU señaló que “están durante un tiempo suspendidas”, ya que a causa de tener “poca cantidad de funcionarios”, con esos recursos prefirieron crear nuevos cargos y que ingresen nuevos funcionarios. “No es que ese dinero fue a otro lado”, resumió.

Si bien Pereyra subrayó que el gremio “tiene todos los caminos, como las bipartitas”, para plantear sus discrepancias con estos mecanismos, afirmó que personalmente no está “dispuesto a cambiarlo; fue algo que nos llevó un tiempo hacerlo”, dijo.

Consultado sobre el diálogo con Afutu, Pereyra hizo una distinción entre el gremio nacional, con el que dice mantener “una relación de respeto” y llegar “a algún acuerdo”, y la filial montevideana. Respecto de Afutu Montevideo, el jerarca consideró que “tiene una posición muy dura” y que “no hay prácticamente diálogo” porque lo tienen con el sindicato nacional.

Asimismo, para Pereyra “muchas cosas de lo que piden [Afutu Montevideo] ya se acordaron, ya se solucionaron, han hecho problemas en escuelas, haciendo perder clase a quien más lo necesita con cosas que ya estaban acordadas”. En ese marco, resaltó que no comparte la decisión de ocupar o de parar, porque se “afecta a los que más necesitan”. Al mismo tiempo, tampoco comparte el rechazo a la reforma educativa, porque asegura que “todos somos conscientes de qué cambio hay que hacer”.

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