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Manifestación en apoyo a las docentes notificadas de posible destitución, el 28 de octubre en San José.

Foto: Paola Alcorta

Colectivos docentes salen en defensa de las profesoras maragatas que fueron notificadas de su posible destitución

2 minutos de lectura
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Exprofesores de Literatura esperan que “no solamente no ejecuten la amenaza de destitución, sino que retrocedan respecto a las prácticas persecutorias en general”

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Luego de que la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) decidiera separar del cargo y retener la mitad de su salario a 14 docentes que llevaron a cabo actividades sindicales en el liceo 1 de San José en rechazo a la reforma Vivir sin Miedo en 2019, previo a las elecciones nacionales, la Asociación de Docentes de la Universidad de la República (ADUR) decidió expresar su repudio.

Si bien la investigación culminó, la División Jurídica de la Dirección General de Educación Secundaria (DGES) notificó de la sugerencia de destitución a dos profesoras que fueron sumariadas. Jurídica entiende que las docentes violaron el artículo 58 de la Constitución de la República, que prohíbe que los funcionarios públicos hagan proselitismo.

Para ADUR, los docentes sumariados “no hicieron más que ejercer su derecho a la libertad de expresión, como parte de una campaña resuelta por su sindicato”. Además, considera que es “un abuso de interpretación sostener que una actividad de estas características, que no tuvo un carácter político partidario, y que se realizó en el marco de una consulta realizada a la ciudadanía, configura un caso de proselitismo”, según se expone en un comunicado.

En ese sentido, apuntan que dicho abuso de interpretación, “lejos de ser una excepción, se enmarca en una tendencia de las nuevas autoridades, que en nombre de la laicidad cercenan el derecho a la libre expresión”.

El sindicato exigió la “inmediata restitución” de los docentes y el “cese de la persecución sindical”. “La agresión a los y las docentes del liceo 1 de San José es una agresión a todos los y las educadoras de nuestro país y al principio constitucional de la libertad de expresión”.

Oscuros laberintos

Por otra parte, docentes de Literatura que ya se jubilaron escribieron una carta en defensa de las profesoras que fueron notificadas de su posible destitución. En la carta, a la que tuvo acceso la diaria, indican que los ha convocado el “repudio a la amenaza de destitución” de su colega y exalumna Carolina Sacco quien, según los docentes jubilados, es una “profesional ejemplar en todos los órdenes”, y de su par en San José, la profesora de Sociología Ana Claudia Battaglino.

“¿Qué oscuros laberintos de espionaje habrán vuelto archivos policiales esas bellas fotografías de gente plena, feliz, integrada a su sindicato profesional, que ha resuelto (públicamente) dar a conocer su opinión negativa del proyecto a plebiscitar? ¿Qué saberes y reflexiones pueden ser tan opacos y conspirativos para ver en ello el peligro y la amenaza?”, se cuestionan.

Más adelante exponen que “todos nosotros llevamos en la memoria aquella noción del enemigo que ya en los años 60 justificó, especialmente en el ámbito de la enseñanza secundaria del interior, delaciones, acusaciones, listas negras, atentados y que, profundizándose, devino en criminal terrorismo de Estado”. “No podemos concebir que, tras décadas de convivencia democrática plena y ejercicio libre de la enseñanza interviniendo en la formación de varias generaciones de docentes libres y críticos, resurja aquel terrible escenario matrizado por el odio y el miedo”, agregaron en la misiva que firman, entre otros, el escritor y crítico literario Hugo Achugar, y el poeta y ensayista Jorge Arbeleche.

Asimismo, aseguran que todos nosotros “supimos ejercer -o no poder ejercer- la profesión durante la dictadura civil-militar, en un ambiente vigilado, condicionado por el temor, la censura y la autocensura, siempre con vivencia de impotencia frente al terror”. Por ello, apuntan, “no invocamos conceptos técnicos ni jurídicos que corresponden a otras dimensiones de abordaje, simplemente y desde este lugar expresamos nuestra preocupación”.

“De las autoridades de la actual administración de la enseñanza esperamos que no solamente no ejecuten la amenaza de destitución, sino que retrocedan respecto a las prácticas persecutorias en general y comprendan qué daño hace a su imagen (y a la memoria de su actuación) el ejercicio del amedrentamiento y el escarnio sobre docentes, en lugar de la promoción del debate y la polémica”, concluyeron.

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