Leo García es un músico argentino reconocido por las melodías pop y las sensibles letras de sus canciones, pero no precisamente por el salvajismo de su música o lo feroz de su imagen. Por el contrario, su hit “Morrissey”, compuesto en honor al ex cantante de The Smiths, lo dio a conocer como un compositor de temática homoerótica y melodías delicadas y minimalistas, es decir: en un principio, el músico menos violento del mundo. Hasta que se acaba el champagne.
Invitado a la preinauguración de la vigesimoquinta edición de ArteBA, tal vez la principal muestra de artes plásticas de la vecina orilla, García -quizás imbuido del espíritu del otro García, el del bigote bicolor- se agarró tremendo chupete cuando, tras haberse prendido con entusiasmo de las copas de champagne gratis del brindis inaugural, descubrió que si quería seguir dándole a la burbujeante bebida tenía que abonar el precio de cada copa. Fue entonces que se puso verde como Hulk y armó un tremendo escándalo, saltando, gritando y rompiendo cuanto objeto encontró en el stand de Chandon, hasta que llegaron unos guardias de seguridad y lo sacaron de las pestañas. El rapto de vandalismo del músico fue registrado por algunos celulares, y el video se volvió viral casi de inmediato. Sin embargo, cierto manto de duda acerca de la espontaneidad del arrebato fue tendido por el propio García, que bromeó en su cuenta de Twitter acerca de lo que había ocurrido, calificando sus acciones depredadoras como una obra de arte efímero.