Peñarol volvió a ser goleado y quedó muy mal posicionado en la Sudamericana

Con su tercera derrota consecutiva en el grupo F, Peñarol quedó muy complicado para intentar la clasificación a la próxima fase de la Sudamericana. Defensa y Justicia le ganó con amplio margen por 4-1 y lo dejó hundido en el último lugar de la tabla, sin puntos y con diez goles en tres partidos. Defensa resolvió el partido en los últimos minutos de la primera parte con dos goles del uruguayo Agustín Sant’Anna y en el complemento alejó cualquier posibilidad de empate, sumando dos más con anotaciones de Nicolás Fernández y Gastón Togni. El gol de Peñarol, el 1-2, fue de Sebastián Rodríguez.

Ver para creer

El fútbol es así. Decenas, centenas de veces el desarrollo de una contienda no condice con el resultado. Es decir, en un partido, como en este entre Defensa y Justicia y Peñarol, puede pasar que parezca que un equipo está más cerca de anotar o de ganarlo, por su posición o desarrollo dentro del campo, pero después sucede lo contrario, y en unos minutos todo se desbarata porque llega el gol.

Peñarol, con su necesidad de sumar para dejar más a tiro las expectativas, empezó muy bien, y en los cinco minutos iniciales, en los que no se vieron por televisión, estuvo muy cerca de llegar al gol. Pero nada.

Los aurinegros plantearon el juego intentando neutralizar bien arriba para recuperar cerca del arco contrario y así quedar más cerca de la definición. Al principio lo logreron, tal vez sorprendieron, tal vez Defensa y su técnico acomodaron el juego y empezaron a jugar más en largo y llevaron el juego a otra zona.

Fue por derecha donde los argentinos empezaron a complicar, a la espalda de Valentín Rodríguez y obligando al tercer zaguero, el joven Nahuel Herrera, a jugar casi de lateral. Primero fue Alanis hasta que salió lesionado y después Santiago Solari y Sant’Anna, dueño del callejón y de los goles.

Sólo faltaban cinco minutos para que terminara la primera parte, cuando Sant’Anna rompió el guion original del partido y con un gol inolvidable colocó a los argentinos 1-0. El lateral derecho uruguayo, campeón sudamericano sub 20 con la celeste, recibió sobre la banda un poco antes del área, avanzó en tres pasos en diagonal y cuando vio el momento golpeó con perfección con su pierna izquierda, poniendo la pelota de manera inatajable para Thiago Cardozo.

Pero no era todo para Sant’ Anna, porque seis minutos después y antes de que se fueran a los vestuarios, tras un error muy básico de Peñarol -saque de banda mal sacado-, volvió a atacar a fondo el equipo argentino. Cardozo contuvo un dificilísimo remate de Uvita Fernández, pero en el rebote en el medio del área chica estaba otra vez el uruguayo para anotar el segundo, poniendo una diferencia grande y complicando el partido.

Con luz

El segundo tiempo fue como un festival de fuegos artificiales. Apenas un poquito literal por unas bengalas que hicieron parar el juego, y también por la explosión de juego ofensivo de los dos lados, pero especialmente de Peñarol, que a los 55’ se puso a tiro con un gol energizante de Seba Rodríguez, que después de la forzada acción de pivotear de Matías Arezo sacó un zurdazo de oportunidad desde la media luna y, como siguiendo un caminito de hormigas, se fue justito al trampero contra el caño izquierdo.

De aquel Peñarol deprimido a este excitado sólo fueron minutos y la acción única de un gol que sacudió a su tribuna.

Peñarol pudo haber empatado, pero en una jugada de mil toques que tuvo todo, velocidad, enlentecimiento y combinaciones justas en los lugares justos, llegó el 3-1 de Defensa y Justicia a través de una impecable definición de Fernández.

Todo se complicó para peor a los 35 de la parte final: Togni corrió por izquierda y sacó un bombazo cruzado inolvidable para el 4-1.

Fue el fin. El fin del partido, pero, asimismo, parece acercarse el fin de las expectativas de seguir adelante: Peñarol deberá ganar los nueve puntos que le restan por jugar y ni siquiera así asegurará lo que pueda pasar.