Se conocieron los resultados de la encuesta a referentes adultos de los niños, niñas y adolescentes del sistema educativo que buscaba conocer la opinión de las familias sobre el transcurso educativo de 2020 y el inicio de este año. Según el relevamiento de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), 92% de las familias pudo “seguir los cursos sin ninguna o sin mayor dificultad”.
Las respuestas se obtuvieron tras lanzar una encuesta voluntaria y en línea, de las que se tomó una muestra “con criterios de representatividad estadística”, según afirma la ANEP. Del total de familias de los 595.528 niños inscriptos en la educación pública respondieron la encuesta 56.330 y en paralelo se tomó una muestra de 2.709 estudiantes, en función de la distribución de matrícula de los tres subsistemas.
Una de las cosas que se observan son disparidades entre los subsistemas de enseñanza en relación al seguimiento de los cursos: en el caso de la educación técnico profesional, 15% indica que “no lograron seguir el curso”, mientras que en Inicial y Primaria y Secundaria esa cifra es de menos de menos de 5%. Para la mayoría de las familias, “las instancias de educación a distancia fueron adecuadamente organizadas durante el año 2020”, aunque en enseñanza secundaria y en UTU aumentan las opiniones de disconformidad de familias que indican que no están de acuerdo con esa afirmación, con 26% y 23%, respectivamente,.
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En líneas generales, para 72% de las familias que completaron la encuesta “los apoyos que brindó el centro educativo fueron adecuados o muy adecuados”, 24% expresa que los apoyos fueron “más o menos adecuados” y la disconformidad es de 4% en el promedio de todos los subsistemas.
En cuanto a los cursos presenciales de 2020 y los de este año, 90% de las familias señaló que “se organizaron respetando las medidas de protección sanitaria”, con una disconformidad muy baja: 4% consideró que no se respetaron las medidas sanitarias y 5% no se expresó al respecto. Se consultó sobre si las instancias presenciales fueron “correctamente organizadas y aprovechadas” y 80% respondió que sí, mientras que la no aceptación sumó 11% de las familias encuestadas.
También se indagó sobre las condiciones materiales de los estudiantes para seguir las clases virtuales y las respuestas indicaron que hay un amplio reconocimiento sobre la utilidad de las plataformas educativas y la mayoría entiende que la tecnología es importante para mantener la comunicación con el centro educativo y los docentes.
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Para 62% de las familias que completaron la encuesta, la enseñanza mixta entre presencialidad y virtual es una buena alternativa educativa, mientras que 29% piensa que no lo es. En esta línea, 49% dijo que hubo modificaciones en las dinámicas y rutinas de estudio positivas debido a la virtualidad, mientras que 50% asegura que los cambios fueron negativos.
90% de las respuestas consideran que los niños, niñas y jóvenes tuvieron un espacio físico adecuado para estudiar, 80% que contaron con conexión a internet adecuada para seguir los cursos y 80% indica que los estudiantes dispusieron de teléfonos celulares para la conexión con el centro educativo y 74% tenían PC, laptop o tablet para conectarse.
En el informe se subraya que “las condiciones materiales son siempre algo más desfavorables -en todos los rubros- entre los estudiantes de enseñanza técnico profesional, al compararlas con sus pares de enseñanza secundaria”.
¿Cómo participaron las familias?
Otro capítulo de la encuesta relevó la participación de los referentes adultos en la educación de los niños, niñas y jóvenes. 23,1% indica que le dedica más de ocho horas diarias a apoyar al estudiante en actividades educativas, entre cinco y ocho horas el 30,3%, entre tres y cuatro lo hace el 33,4%, en tanto el 13,2% restante dedica entre cero y dos horas.
El porcentaje de quienes no brindan apoyo en los deberes es mínimo: 46% señala que los ayuda siempre, 22% casi siempre y 23% algunas veces. En cuanto a las razones para no apoyarlos, la mitad refiere que el estudiante no necesita ayuda, 25% indica que no le es posible contribuir debido a que no posee los conocimientos necesarios, 13% dice no disponer de tiempo y 8% lo atribuyó a otras causas. En particular, en educación técnico profesional 64% declara que no tiene los conocimientos suficientes para apoyar a los estudiantes en las tareas domiciliarias, mientras que en secundaria ese porcentaje es de 18%.
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En esta línea, se consultó cuáles son las principales demandas en temáticas de formación para los niños y adolescentes. Al respecto, 67% pide asesoría en cuanto a técnicas de estudio, 39% sobre el manejo de las emociones, y 31% en ideas de actividades de ocio y tiempo libre. Sobre esto, 58% dice que prefiere tener encuentros con docentes para formarse y 46% indica que “les resultaría adecuado contar con materiales impresos tales como cartillas, boletines, revistas, etcétera”.
En general, las familias que respondieron están satisfechas con cómo actuó el centro educativo (94%) y las decisiones que se han tomado (95%), 88% señala estar informado sobre las actividades del centro y 68% asiste de forma asidua al centro para estar en contacto e interiorizado con las dinámicas. Además, la mayoría mostró un alto grado de satisfacción con la información que recibió sobre las medidas que se tomaron a comienzo de año.
Sobre las medidas que más conocen para cumplir los protocolos de la presencialidad, “las familias señalan el uso de tapabocas, la alternancia de clases presenciales y virtuales, y -en menor medida- el uso de espacios comunes”. En particular, el informe destaca que “las familias de jóvenes de enseñanza secundaria y de enseñanza técnico profesional, en mayor grado que las correspondientes a primaria, señalan al uso de espacios comunes como alternativa adoptada”. 88,6% de las familias indicó que la suspensión de la presencialidad, a fines de marzo, tras el aumento de casos de coronavirus fue “una medida necesaria”.