Parece haber entre los evangélicos brasileños una especie de voto colectivo de silencio con respecto a la política. La mejora del vínculo con el gobierno tras la derrota del exmandatario Jair Bolsonaro en octubre de 2022 ¿es sólo resultado de la mejora económica o están en espera de una mejor oportunidad?

Los evangélicos parecen estar distendiendo su rechazo al gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. Según la última encuesta de Genial/Quaest1, publicada el 21 de junio, la desaprobación de los evangélicos hacia el gobierno cayó en cuatro puntos porcentuales (de 55 al 51 por ciento), mientras que su aprobación habría aumentado en cinco puntos, de 39 al 44 por ciento. La mejora de la economía parece ser la principal justificación, pero no es la única. Hay una estrategia en marcha.

El aumento de la popularidad del gobierno entre los evangélicos parece seguir una tendencia general. Según la misma encuesta, entre abril y junio la aprobación del gobierno aumentó en todos los estratos sociales en el mismo valor (de 51 a 56 por ciento), mientras que el rechazo cayó dos puntos (de 42 a 40 por ciento).

La mejora de los indicadores económicos parece haber sido decisiva para este resultado. Para casi un tercio de los encuestados, la economía brasileña ha mejorado en los últimos 12 meses, un aumento de casi 10 por ciento en comparación con la encuesta anterior.

Ese buen desempeño parece compensar incluso las críticas del gobierno. En junio, la principal noticia negativa recordada por los encuestados fue la reunión de Lula con su par venezolano, Nicolás Maduro, el 29 de mayo (10 por ciento), mientras que la noticia positiva fue la reducción de los precios de los combustibles (8 por ciento), el aumento en el piso salarial de los maestros (6 por ciento) y la caída de la inflación (4 por ciento).

A través de la lente de los grandes números, el aumento de la popularidad de la administración Lula entre los evangélicos puede no sonar tan significativo, pero es sorprendente. Sobre todo, si tenemos en cuenta que en los últimos meses las principales redes bolsonaristas evangélicas han vuelto a la actividad tras las polémicas relacionadas con el Proyecto de Ley de Noticias Falsas2, la Comisión Parlamentaria de Investigación sobre acciones del Movimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra3, las investigaciones sobre la asonada del 8 de enero4, la destitución del exdiputado evangélico Deltan Dallagnol5 y la visita de Maduro a Brasil6.

Todos estos episodios han involucrado en cierta medida temas sensibles a las audiencias evangélicas (y bolsonaristas) en los últimos años, por lo que, junto con las polémicas estacionales asociadas al desfile del orgullo gay7 y la Marcha por Jesús8, tuvieron todo para componer el escenario y el momento ideal para la reanudación de la ofensiva evangélica bolsonarista, que no sucedió.

La gran sorpresa es que, incluso ante este panorama, el apoyo de los evangélicos al gobierno haya aumentado. ¿Hay algo más que la mejora económica para explicarlo? Después del 8 de enero9 parece haber entre los evangélicos una especie de voto colectivo de silencio con respecto a la política. Tal vez por miedo o agotamiento, en los últimos meses sus líderes han dejado de lado los temas políticos para enfatizar agendas más domésticas del cristianismo: la oración, la santidad, la evangelización, etcétera.

¿Significa esto una tendencia a romper con el bolsonarismo? Es poco probable. Sobre todo porque este silencio colectivo después de la debacle parece indicar, de hecho, una retirada táctica de los liderazgos evangélicos para recomponer su base social mientras recuperan capital político para las próximas elecciones.

En los últimos años, las iglesias locales han sufrido graves daños con la adhesión enfática al bolsonarismo, provocando estampidas, escándalos públicos y divisiones internas como resultado de la radicalización política. Perder miembros en masa siempre es traumático para las iglesias, en especial para las pequeñas y medianas, porque suele provocar, además del vaciamiento de los servicios, efectos secundarios como la pérdida de legitimidad del liderazgo, crisis reputacionales y, por supuesto, una caída de los ingresos financieros. Adoptar el silencio colectivo, en este sentido, se convierte en una forma útil de recuperar el prestigio con la base sin tener que asumir la autocrítica. Es una forma razonablemente inteligente de evitar controversias agotadoras (que podrían requerir algún tipo de retractación pública o rendición de cuentas) mientras se prepara en silencio para la próxima ofensiva en sintonía con la extrema derecha.

Entonces, aunque los buenos resultados de la economía están, de hecho, colaborando para suavizar la difícil relación entre Lula y los evangélicos, el momento es menos de celebración y más de atención para el gobierno. La aparente deshidratación del apoyo bolsonarista entre los evangélicos es un efecto positivo de la economía, pero también un repliegue táctico de un grupo influyente y organizado que se está preparando, de forma gradual, para la llegada de “un nuevo Mesías” a la política, de preferencia más “terriblemente evangélico” y conservador que el anterior.

Rafael Rodrigues da Costa es sociólogo, tiene una maestría en Ciencias Sociales de la Unifesp y es investigador visitante de la Universidad Federal de Bahía. Profesor invitado del posgrado de la Fundación Escuela de Sociología y Política de San Pablo. Es colaborador de Le Monde diplomatique, edición Brasil.


  1. Disponible en el sitio web de la empresa

  2. “Proyecto de ley brasileño busca combatir noticias falsas y genera polémica”, la diaria, 20-5-2023. 

  3. Silvio Caccia Bava, “O jogo pesado dos ruralistas”, Le Monde diplomatique, edición Brasil, junio de 2023. 

  4. NdR: Asalto a la sede de los poderes en Brasilia por parte de una turba de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro que desconocían la legitimidad de la elección de Lula. 

  5. Joan Royo Gual, “La justicia trunca la carrera política de Dallagnol, el fiscal que llevó a Lula a la cárcel”, El País, Madrid, 18-5-2023. 

  6. “Lula defiende la legitimidad de Maduro y enciende la polémica”, euronews, 30-5-2023. 

  7. “La Marcha del Orgullo Gay en San Pablo celebra el fin de la ‘desastrosa’ era Bolsonaro”, Efe, 12-6-2023. 

  8. “La ‘Marcha para Jesús’ reúne nuevamente una multitud en la mayor ciudad brasileña”, Efe, 9-6-2023. 

  9. Ver nota 4.