El 21 de abril de 1999 Cristalerías del Uruguay SA cerró su planta de producción, instalada en 1914, alegando que producir vidrio en nuestro país había dejado de ser rentable. Doscientas personas quedaron sin trabajo. Los trabajadores -eran todos hombres- ocuparon la fábrica durante cuatrocientos días. Armaron un proyecto e intentaron conseguir fondos que les permitieran comprar la fábrica (tasada en siete millones de dólares). Solicitaron préstamos a entidades financieras pero no consiguieron nada y desistieron luego de una negativa del Banco República al comienzo de la administración de Jorge Batlle.

El proyecto quedó en suspenso hasta 2004, cuando un grupo de aquellos trabajadores volvió a reunirse. El paso firme fue dado a partir de una donación del gobierno venezolano para recuperar empresas uruguayas, en el marco de un acuerdo binacional firmado con el gobierno uruguayo en octubre de 2005. Por éste, Envidrio recibió 3.920.000 dólares, con la sola condición de brindar capacitación a emprendimientos venezolanos en el ramo de la fabricación del vidrio hueco. Al año siguiente, los ex trabajadores de Cristalerías presentaron el proyecto al 2º Concurso de apoyo a empresas del Banco República (BROU), mediante el cual obtuvieron un préstamo de 3.280.000 dólares, que les fue otorgado en setiembre de 2007. Poco antes, en diciembre de 2006, Envidrio firmó un contrato de comodato con la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) para usar un predio de 14.500 metros cuadrados en el Parque Tecnológico Industrial del Cerro (PTI-C). El proyecto fue declarado de interés nacional por Presidencia de la República, lo que le permitió la exoneración de impuestos durante el montaje de la planta, cuyo equipamiento procedió mayoritariamente del exterior.

La construcción comenzó en enero de 2007 y llevó catorce meses. Envidrio comenzó a producir el 24 de julio de 2008 y hasta el momento ha elaborado 24 millones de botellas.

Autogestión

Envidrio es una sociedad anónima, llamada Ebigold SA. Leonardo Laitano explicó que se constituyeron como sociedad anónima para que el proyecto pudiera ser declarado de interés nacional. “Es una sociedad anónima. Pero en su función es cooperativa, porque el 100% de las acciones son de los trabajadores, no se pueden vender para afuera, ni entre compañeros ni transferir y el propietario de esas acciones es una asociación civil sin fines de lucro llamada 21 de Abril.

La sociedad está constituida por sesenta trabajadores (todos ex trabajadores de Cristalerías). El directorio está conformado por doce miembros; los cargos son elegibles, cada cinco años se renueva el 50%, de modo que seis directores permanecen en sus cargos hasta el siguiente período, para oficiar de nexo con los seis entrantes. Se autodenominan directores honorarios, dado que ganan en función de las categorías de producción, con la intención de que “no haya competencia por la dirección”. Daniel Placeres explicó que “la planta tiene un proceso sin jefe y sin mandos medios, se trabaja en equipo, en cada equipo hay un coordinador que no es jefe, es un compañero al que elige el grupo. En este caso coincidió que aquellos a los que el grupo eligió la dirección ya había pensado en ponerlos como coordinadores, pero no ganan más ni menos que el que trabaja la máquina, y él también trabaja la máquina. Estamos desarrollando ideas que permitan mandarse uno mismo”.

Laitano indicó que “todas las decisiones generalmente son colectivas. Hay un plan de reuniones semanales en las que se planifica la producción y con doce referentes de área se ven los problemas que pueda haber, cada cual vuelca su temática y en conjunto con la dirección y con el gerente general, van surgiendo las decisiones”.

Envidrio cuenta con 102 trabajadores, incluyendo al sector administrativo. “En su mayoría los contratados son hijos de trabajadores, es algo muy bueno que tiene este proyecto, ir trasladando el conocimiento, porque cómo trabajar en una fábrica de vidrio no lo aprendés en ningún lado, se aprende trabajando. Y después hay contratados que no son ex trabajadores y que se han insertado en el proyecto”, dijo Laitano.

En su gran mayoría el plantel sigue siendo masculino. Las mujeres predominan en la administración; en la planta los directivos destacan la reciente incorporación de dos trabajadoras al área de control de calidad, y señalan que es un paso adelante respecto de lo que fue en sus finales la planta de Cristalerías, en la que no había ninguna mujer.

En cuanto al nivel salarial, los directores afirmaron que “se supera el cien por ciento de la expectativa de los Consejos de Salarios”.

Entre otras cosas, destacan el cumplimiento con los compromisos financieros. “Eso es importante porque a veces las empresas gestionadas por los trabajadores se funden o no cumplen. Nosotros hemos cumplido hasta ahora con nuestras obligaciones financieras, los trabajadores cobran su salario en tiempo y fecha, los proveedores están al día”, dijo Laitano.

Autosustentable

En la fábrica el fuego es continuo, el horno está permanentemente encendido. Los turnos son rotativos, de ocho horas. La producción en cada turno supera las 20.000 botellas. Por el momento sólo fabrican botellas. Cubren la línea de bodegas, de alcoholes de ANCAP y de cerveza. “Tenemos perspectivas de hacer bollones, pero no hemos podido porque falta una implementación en la máquina, que es algo que se está comprando en estos días. Se han captado clientes grandes, se ha tratado de cumplir con pequeñas bodegas y ahora se está pensando en diversificar un poco la producción. Se está instalando una planta de decoración de envases, para el decorado de botellas de refresco y de agua, por ahora no tenemos la maquinaria ni el horno para el vitrificado de la pintura. Estamos desarrollando un proyecto para instalarlo, lo que nos va a permitir producir más y ponerle valor agregado al envase”, explicó Laitano. Placeres agregó que la idea es abastecer a líneas de agua, a Coca-Cola y a Pepsi, y dijo que además están pensando en una línea de vasos.

Envidrio tiene un acuerdo comercial con Cristalerías. “Nosotros producimos y Cristalerías hace la comercialización del envase, asumiendo los riesgos comerciales, y nosotros asumimos los riesgos productivos. Esto no quita que nosotros, por la nuestra, podamos hacer la comercialización, pero tenemos que compartir la renta con ellos y ellos cuando importan comparten con nosotros”, dijo Laitano.

Hace algunas semanas Envidrio concretó la primera exportación -tres millones y medio de botellas para Brasil-, a través de un acuerdo de complementariedad con la empresa multinacional Sangoven.

Si bien la producción de Envidrio está lejos de cubrir el mercado interno, la exportación es una meta planteada, fundamentalmente por la perspectiva que genera y no tanto por la ganancia: “exportar cuesta mucho, tenemos una energía muy cara comparada con la región, gastamos más de dos millones de pesos por mes en fuel oil, de energía eléctrica por encima de los 500.000 pesos, eso pesa en la empresa. Argentina tiene subsidios, y tiene gas natural. Nosotros tenemos fuel oil, GLP [Gas Licuado del Petróleo] y energía eléctrica”, explicó Laitano.

Autorrescate

La fábrica ha reactivado el engranaje de la industria del vidrio. Los directivos calculan que el funcionamiento de Envidrio genera entre 350 y 400 puestos de trabajo indirectos. Placeres ejemplificó: “Canteras que no tenían actividad y la tienen a partir de esto; las areneras, el transporte, mínimo entran dos a tres camiones de arena por día; la piedra caliza, que lleva todo un proceso de extracción, molienda y transporte; material de empaque, aserraderos, y no hay más porque hay muchas cosas que no se producen acá […] En Uruguay había quedado trunco el tema del vidrio, cuando comenzamos el proyecto muchos materiales no se conseguían acá, hoy por lo menos hay tornerías que han diseñado cosas y después de un año de producción, sabemos qué tornería puede hacer algo que necesitemos”.

También se reactivó el reciclado del vidrio, porque abarata los costos de producción. La fábrica está preparando un proyecto de reciclaje de vidrio en Montevideo para presentar ante las Naciones Unidas, con la idea de colocar comevidrios en escuelas, merenderos y cooperativas de vivienda, que recibirían un beneficio económico.

El vidrio es un material 100% reciclable y totalmente inocuo para los productos que porta. Sin embargo, ecuaciones económicas empresariales han determinado que en las últimas décadas los envases de vidrio hayan sido desplazados por los plásticos y combinaciones como el tetrabrik. Los directivos explicaron que Envidrio está teniendo reuniones con el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente para contribuir a la aplicación de la Ley de Uso de Envases no Retornables. “Quien fabrica un envase tiene que hacerse responsable de su vida útil.

El vidrio es el único material que se recicla 100%, pero tenemos productos como el tetrabrik, que entra a baldes, que está incorporado al consumo diario, que no se recicla y ni siquiera se fabrica acá. Creo que con la aplicación de esa ley tendríamos que apostar más al tema del vidrio. Porque existe la visión muy inmediatista que piensa: el tetra me sirve en la góndola, lo llevo más fácil en una bolsa, ¿pero qué costo tiene para el medio ambiente y para la sociedad en su conjunto?”, señaló Laitano.