No se puede decir que la historieta extranjera haya llegado con facilidad a Uruguay. A fines de los 80 y principios de los 90, el camino eran saldos que llegaban a quioscos y librerías de usado, y luego comenzaron a aparecer en lugares especializados a precios prohibitivos. Así, nuestra perspectiva del género está bastante distanciada de la idea de un lenguaje masivo y de fácil acceso. Aquí, los lectores de historieta nacen de varias maneras: con las revistas de superhéroes cuyas sagas completan con paciencia sobrehumana recorriendo Tristán Narvaja; con libros de Astérix o Lucky Lucke que llegaban a las librerías normales camuflados como material infantil; con las feamente coloreadas Nippur o D’Artagnan en cualquier mesa de canje; con mangas de colección cuya compra terminaba igualando el producto bruto de Ruanda. Pero además, aquellos más curiosos o beneficiados por el azar se topaban con publicaciones llamativas por su contenido de humor crudo, violencia y sexo explícito, como las españolas El Víbora o Cimoc.
Amigos de Makoki
• Miguel Gallardo (Lleida, 1955): colaborador habitual en medios de prensa y portadista de libros, es autor de álbumes diversos, en particular de la saga Makoki, personaje que llegó a tener una revista propia a principios de los 80. Makoki, que en la ficción es un fugado de un manicomio, se volvió uno de los íconos de “la movida” española, cruce de rock, cine, drogas, destape y, por supuesto, cómics.
• Keko (Madrid, 1963): hace su debut en la revista Madriz a mediados de los 80 y colabora en publicaciones como El Europeo y La Luna. Luego se hace presente en las míticas revistas como Metal Hurlant, Tótem o Nosotros Somos los Muertos. Actualmente realiza la tira Bob Deler para Exit Express, con guiones de Felipe Hernández Cava.
• Mauro Entrialgo (Vitoria-Gasteiz, 1965): colaborador desde la primera hora de El Víbora y del semanario satírico El Jueves, también es autor de álbumes como La Factoría de Ideas, El Demonio Rojo, Déjà Vu y Ángel Sufija desde el quinto piso. Mantiene desde 2005 el blog Lo que hago y lo que me hacen hacer desde su sitio www.mauroentrialgo.com.
• Max (Barcelona, 1956): creador del personaje Peter Pank (donde satiriza obviamente a Peter Pan y combina su mitología con las encarnaciones ibéricas del punk y el rockabilly), del que ha publicado libros como Licantropunk y Pankdinista. Su más reciente obra, Hechos, dichos, ocurrencias y andanzas de Bardín el Superrealista (2006) se llevó los premios a Mejor Obra, Mejor Dibujo y Mejor Guión en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona en 2007.
• Micharmut (El Cabañal, Valencia, 1953): veterano autor y colaborador de diversas antologías (Museo Vivo, Cien Cómics con Aspirina) así como de una docena de libros propios (Bzzz…, Dogón, El Circ de les puces, La noche de la rata, Arf!). Es además una de las firmas más repetidas de El Víbora.
• Miguelanxo Prado (A Coruña, 1958): probablemente sea el más exitoso de estos seis embajadores del cómic español, o al menos el más reconocido. Sus obras han trascendido cualquier clase de gueto genérico o límite geográfico y es hoy uno de los autores más reconocidos de Europa. Es autor de álbumes como Crónicas Incongruentes, Trazo de Tiza, Tangencias y La Mansión de los Pampín. Ha realizado cubiertas de discos y libros a coterráneos gallegos como la banda Siniestro Total y el novelista Manuel Rivas, y asimismo ilustró un episodio de Sandman, guionado por el mismísimo Neil Gaiman.
Había en estas revistas un mundo diferente, sólo comparable quizá con el de Fierro en su etapa de fines de los 80 (y que quizá abrevaba de éste). Un mundo desconcertante, alejado de las historias trilladas, del bien y del mal de los superhéroes o de la historieta argentina, un mundo infinitamente más cercano al mundo real, hecho de sangre, sudor y semen. Con un humor que llegaría a ser reconocido como el “humor bestia español” (lo que en cine haría gente como Álex de la Iglesia, por decir uno) que chocaba al más preparado. Y además, con un nivel altísimo e increíblemente consistente. Estos españoles estaban desarrollando un lenguaje propio, reconocible como tal, pero al mismo tiempo cada autor era fiel a sí mismo y a lo que quería contar. Que no se entienda por esto que eran o son cultores del minimalismo o el costumbrismo. Ninguno de ellos desprecia el uso de géneros (incluso, se puede ver algún western en la muestra del Centro Cultural de España); lo particular de su trazo y creación es la manera de hacer suya cada historia, cada planteamiento, cada página.
Los seis autores que componen la muestra ¡Viaje con nosotros! son más o menos reconocibles para los lectores de esas revistas de fines de los 80. El visitante puede reencontrarse con Peter Pank, de Max, o con el increíble preciosismo de Miguelanxo Prado. Puede acceder de primera mano a originales del genial Gallardo y su Makoki, al experimental Mauro Entrialgo, o conocer por vez primera, como es mi caso, la labor de Micharmut y Keko.
La generación de dibujantes representada en la muestra comienza su andadura con el fin del franquismo y durante la tambaleante restauración democrática española. Quizá por esto es que se remarcan desde un principio su independencia de toda influencia extranjera (sólo y muy tal vez se puede encontrar paralelismos con los independientes estadounidenses Dan Clowes, Chris Ware, Robert Crumb y Peter Bagge) y cimentan una historieta propia, basada en el hacer y decir lo que les viniera en gana.
Bautizados ahora como “El nuevo cómic español”, en su momento no tuvieron una entrada fácil al mundo editorial o a la distribución masiva. El uso de fanzines y autoediciones o la apuesta de algunas editoriales independientes fue cuota corriente para muchos de ellos y sólo mediante mucho esfuerzo y perseverancia terminaron por llegar a un público más numeroso (en ocasiones vinculados con bandas underground o punk, con las que terminaban compartiendo audiencia, temática e incluso filosofía). En estos últimos veinte años, estos seis dibujantes han generado un verdadero lenguaje español, reconocible como tal, desde distintas revistas, antologías y álbumes propios (todos terminaron siendo publicados por Norma Editorial, editorial que terminó rindiéndose ante la evidencia).
La muestra instalada en el Centro Cultural de España es apenas una selección de la obra de estos autores, con la que se pretende dar a conocer sus planteamientos del nuevo cómic español y la posterior madurez artística que dan casi treinta años de trabajo. En palabras de Jorge Díez, curador de la muestra, se trata de “seis autores que han logrado un lenguaje personal y que desde focos geográficos distintos dibujan con trazo propio y diverso el panorama actual del cómic español dentro de la escena internacional”.