Desde el pasado 19 de agosto rige la ley 18.412, que obliga a contratar una póliza para todos los vehículos, la cual debe responder por los eventuales daños causados a terceros como consecuencia de accidentes de tránsito.

El SOA brinda cobertura en casos de lesiones personales, perjuicios no materiales, y deben tenerlo contratado todos los vehículos que circulen por la vía pública, sean automotores o remolcados, además de las motos de 70 centímetros cúbicos o más. Las de motores más chicos no están obligadas a asegurar durante los próximos tres años, con la excepción de las empadronadas a partir de 2008.

Vilaró consideró “positiva” la puesta en funcionamiento del SOA y destacó que “tuvo una muy buena respuesta de quienes no tenían contratado un seguro”. En ese sentido, detalló que el BSE tiene “algo más de 150.000 seguros SOA contratados, y unos 25.000 más que fueron a contratar un SOA y optaron por tener una cobertura superior”.

Aunque manifestó que no se dispone de “datos concretos” sobre el universo de vehículos sin cobertura, aseguró que las estimaciones previas a la puesta en vigencia de la citada ley se ubicaban “en el entorno de los 200.000”. En ese sentido, añadió que si se toma en cuenta la cantidad de pólizas contratadas en el BSE, y se le agregan las de las empresas privadas, “no estamos muy lejos del universo previsto”. Al respecto, destacó que probablemente “en las motos la falta de cobertura sea mayor, porque la ley es un poco más flexible”.

El SOA dinamizó el mercado, según considera Vilaró, porque “la gente entendió la razón y lo contrató más allá de que la fiscalización en la calle todavía no está activa”. “Lo importante es esa reacción positiva de la gente, lo que representa el cambio hacia una cultura aseguradora y la ventaja que significa para los siniestrados”, evaluó.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Empresas Aseguradoras, Andrés Elola, dijo a la diaria que el análisis que puede realizarse al día de hoy aún es “prematuro”, y que las empresas tomaron “distintas actitudes” frente a la nueva normativa. Mientras que “algunas decidieron participar activamente en el mercado, buscando clientes, con precios accesibles”, hubo otras que “fueron más reticentes y se posicionaron con precios más altos y mayores exigencias”.

No obstante, valoró que el SOA dinamizó el mercado asegurador al propiciar “una mayor venta de otros seguros”. “Un número importante de personas, cuando fue a asegurar su vehículo, se enteró de que por poco dinero más podía contratar una póliza más amplia, con mayor cobertura, y así lo hizo”, reafirmó Elola.

Fuera de control

La fiscalización del cumplimiento de la ley consta de dos partes: el control en la calle a cargo del Ministerio del Interior y el control administrativo. Éste consiste en que el propietario del vehículo, cuando hace cualquier trámite vinculado a sus registros (compraventa, empadronamiento, transferencia, entre otros), tiene que disponer de la constancia de contratación del SOA desde el inicio de la vigencia de la norma, o bien de otra póliza con un máximo de tres años hacia atrás.

En tanto, la fiscalización en la calle aún no ha comenzado a realizarse plenamente. Según explicó a la diaria el director de Tránsito de la Intendencia de Montevideo, Gonzalo de Toro, más allá de que los inspectores municipales realizan controles de rutina y verifican que los vehículos cuenten con el seguro al día, “la ley no les permite fiscalizar directamente” sino que se debe llamar al Ministerio del Interior para que actúe. Al respecto, aseguró que esa Secretaría de Estado “aún no está organizada” como para retirar el vehículo de circulación si se constata la ausencia del SOA, ya que “no dispone de guinches ni de parques de estacionamiento destinados para ello”.

Si bien negó conocer una fecha concreta para el comienzo de la fiscalización directa, De Toro explicó que “seguramente se termine el problema mediante la firma de un convenio entre las intendencias y el Ministerio” mencionado.

Vilaró, por su lado, opinó que, “cuando lo hagan, va a haber otro momento de reacción de la gente” para contratar el seguro, aunque “lo sustantivo ya se dio”. Elola, a su turno, coincidió en este aspecto y agregó que, además de generar “un nuevo boom”, provocará que “muchos clientes renueven sus seguros, porque si no se fiscaliza, muchos los van a dar de baja”.