La pérdida de puestos de trabajo fue una consecuencia directa de la crisis global en los países desarrollados. Si bien la economía estadounidense mostró una recuperación de 3,5% en el tercer trimestre, el gobierno de Barack Obama pidió cautela, dado que la destrucción de empleos continúa y la administración entiende que la reactivación del mercado laboral puede demorar. En setiembre la desocupación llegó a 9,8% y se estima que puede superar los dos dígitos en los próximos meses, para comenzar a recuperarse a mediados de 2010.
La Unión Europea también alertó sobre el freno a la recuperación que puede significar el creciente desempleo en el viejo continente. Quizá sea España el caso más claro de esas dificultades, donde el paro ronda el 19% y podría superar el 20%.
La situación uruguaya, en cambio, luce diferente y pese a un moderado incremento en el primer tercio del año, la desocupación volvió a bajar desde mayo, reflejando una tendencia en curso.
Índice gallito
La demanda laboral en el tercer trimestre exhibió un importante crecimiento del 50% respecto del trimestre anterior, según la medición de avisos publicados en prensa que realiza la consultora Advice. La demanda subió en todas las áreas pero especialmente en la de “Operaciones”, evidenciada por más pedidos para cargos gerenciales y medios, así como para las profesiones relacionadas.
Más y más = menos
La reducción de la falta de trabajo entre julio y setiembre ofrece una lectura doblemente positiva, porque se verifica junto con un incremento de 0,9% en la tasa de actividad, que mide la búsqueda de trabajo. Ello implica que si bien más personas se volcaron al mercado en busca de empleo, la demanda, que creció 1,4%, absorbió la mayor oferta.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, la deso-cupación se situó en 7,1% en el tercer trimestre, con el mismo porcentaje en la capital y el interior. No obstante, en la evolución mensual hubo un leve aumento de una décima: de 7,2% en agosto a 7,3% en setiembre, explicado por el incremento de 0,5% en Montevideo y la reducción de 0,3% en el resto del país.
La tasa de actividad en el tercer trimestre se ubicó en 63,5%, 0,9% por encima del promedio de abril-junio, con una suba de 1,5% en Montevideo (65,6%) y de 0,4% en el interior (61,9%). En la comparación mensual, la población económicamente activa alcanzó en setiembre al 63,8%, 0,2% debajo de agosto aunque arriba del promedio trimestral. La tasa de empleo marcó 59% en julio-setiembre, 1,4% más que en el trimestre previo, principalmente por la suba en la capital, de 2,2%, situándose en 61%. En el interior también subió pero a un ritmo menor, de 0,8%, quedando en 57,5%. En setiembre, el empleo se ubicó en 59,1%, 0,3% debajo de agosto. El subempleo a nivel nacional se estimó en 10,1% y el no registro a la seguridad social marcó 32,5%.
Siga bajando
Baraibar expresó a la diaria que las perspectivas auguran “que el desempleo siga descendiendo”, lo que ocurriría en los próximos meses: “Es una época en que tradicionalmente baja por la multiplicación del comercio por la temporada, las fiestas de navidad y año nuevo, mayor actividad gastronómica y de hoteles”, enmarcó. “Probablemente podamos decir que la desocupación va a llegar a un guarismo cercano a lo que fue el récord de noviembre del año pasado, cuando se ubicó en 6,3%”, subrayó el ministro, declarándose “optimista” al respecto porque “Uruguay tiene la capacidad de bajar el desempleo”. Sin embargo, subrayó la “necesidad de aumentar la capacitación de la población” como factor fundamental para cumplir ese objetivo, “ya que inversiones y proyectos hay”.
En ese sentido, destacó la gestión desarrollada por el gobierno del Frente Amplio desde 2005, “luego de la salida de la crisis, aplicando políticas económicas, laborales y sociales” que “hoy en día son muy bien consideradas”. El secretario de Estado celebró que representantes de la Organización Internacional del Trabajo recomiendan a los países de la Organización de Estados Americanos “que hagan lo que hizo Uruguay desde 2005”.
También se refirió al papel de la región en el mediano y largo plazo, que debe “cumplir un rol más importante en el mundo, así como lo hizo Asia”. “La región está llamada a hacer eso” con Brasil como “principal protagonista”, reflexionó.